¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y editar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este sábado de la 29ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 13,1-9
Lectio
Sábado, 24 de octubre de 2020
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 13,1-9
En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.» Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: `Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala; ¿Para qué ha de ocupar el terreno estérilmente?' Pero él le respondió: `Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.'»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos proporciona informaciones que encontramos
sólo en el evangelio de Lucas y no tienen pasajes paralelos en otros
evangelios. Estamos meditando el largo caminar de Jesús, desde Galilea hasta
Jerusalén, que ocupa casi la mitad del evangelio de Lucas, desde el capítulo 9
hasta el capítulo 19 (Lc 9,51 a 19,28). Es aquí donde Lucas coloca la mayor
parte de la información que tiene sobre la vida y la enseñanza de Jesús (Lc
1,1-4).
• Lucas 13,1: El acontecimiento que pide una explicación. “En aquel
mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre
había mezclado Pilatos con la de sus sacrificios.”. Cuando leemos los
periódicos o cuando asistimos al noticiario en la TV, recibimos muchas
informaciones, pero no siempre evaluamos todo su significado. Escuchamos todo,
pero no sabemos bien qué hacer con tantas informaciones y noticias. Noticias
terribles como el tsunami, el terrorismo, las guerras, el hambre, la violencia,
el crimen, los atentados, etc. Así fueron a llevar a Jesús la noticia de la
terrible masacre que Pilatos, gobernador romano, hizo con algunos peregrinos
samaritanos. Noticias así nos incomodan. Nos derriban: ¿Qué puedo hacer?” Para
apaciguar la conciencia, muchos se defienden y dicen: “¡Es su culpa! ¡No
trabajan! ¡Es gente llena de prejuicios!” En tiempo de Jesús, la gente se defendía
diciendo: “¡Es un castigo de Dios por sus pecados!” (Jn 9,2-3). Desde hace
siglos se enseñaba: “Los samaritanos no valen. ¡Siguen una religión
equivocada!” (2Re 17,24-41)!
• Lucas 13,2-3: La respuesta de Jesús. Jesús tiene otra opinión.
"¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás
galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os
convertís, todos pereceréis del mismo modo”. Jesús ayuda a las personas a leer
los hechos con otros ojos y a sacar una conclusión para su vida. Dice que no
fue castigo de Dios. Por el contrario: “Y si no os convertís, todos pereceréis
del mismo modo” y procura alertar hacia la conversión y el cambio.
• Lucas 13,4-5: Jesús comenta otro hecho. “O aquellos dieciocho sobre
los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más
culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?” Debe haber sido un
desastre muy comentado en la ciudad. Una tormenta derribó la torre de Siloé y
mató a dieciocho personas que se estaban abrigando debajo. El comentario normal
era: “¡Castigo de Dios!” Jesús repite: “No, os lo aseguro; y si no os
convertís, todos pereceréis del mismo modo ". Ellos no se convirtieron, no
cambiaron, y cuarenta años después Jerusalén fue destruida y mucha gente murió
asesinada en el Templo como los samaritanos, y mucha más murió debajo de los
escombros de las murallas de la ciudad. Jesús trató de prevenir, pero no
escucharon la petición de paz: “¡Jerusalén! ¡Jerusalén!” (Lc 13,34). Jesús
enseña a descubrir las llamadas que vienen de los acontecimientos de la vida de
cada día.
• Lucas 13,6-9: Una parábola para que la gente piense y descubra el proyecto de Dios. " Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: `Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala; ¿Para qué ha de ocupar el terreno estérilmente?' Pero él le respondió: `Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.” Muchas veces la viña es usada tanto para indicar el cariño que Dios tiene hacia su pueblo o como falta de correspondencia de parte de la gente hacia el amor de Dios (Is 5,1-7; 27,2-5; Jr 2,21; 8,13; Ez 19,10-14; Os 10,1-8; Mq 7,1; Jn 15,1-6). En la parábola, el dueño de la viña es Dios Padre. El agricultor que intercede por la viña es Jesús. Insiste con el Padre para alargar el espacio de la conversión.
4) Para la reflexión personal
• El pueblo de Dios, la viña de Dios. Yo soy un pedazo de esta viña.
Me aplico la parábola de la viña. ¿Qué conclusiones saco?
• ¿Qué hago con las noticias que recibo? ¿Trato de tener una opinión crítica, o sigo la opinión de la mayoría y de los medios de comunicación?
5) Oración final
¿Quién como el Señor, nuestro Dios,
con su trono arriba, en las alturas,
que se abaja para ver el cielo y la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza al pobre del estiércol. (Sal 113,5-7)
Orden de los Carmelitas
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