¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este viernes de la 25ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 9,18-22
Lectio
Viernes, 25 de septiembre de 2020
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 9,18-22
Estando una vez orando a solas, en compañía de los discípulos, les preguntó:
«¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos respondieron: «Unos, que Juan el
Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos ha
resucitado.» Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le
contestó: «El Cristo de Dios.» Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto
a nadie.
Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos,
los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer
día.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy retoma el mismo asunto del evangelio de ayer: la
opinión de la gente sobre Jesús. Ayer, era a partir de Herodes. Hoy es el mismo
Jesús quien pregunta qué dice la opinión pública, y los apóstoles responden
dando la misma opinión que ayer. En seguida viene el primer anuncio de la
pasión, de la muerte y de la resurrección de Jesús.
• Lucas 9,18: La pregunta de Jesús después de la oración. “Estando una
vez orando a solas, en compañía de los discípulos, les preguntó: «¿Quién dice
la gente que soy yo?” . En el evangelio de Lucas, en varias oportunidades
importantes y decisivas Jesús aparece rezando: en el bautismo, cuando asume su
misión (Lc 3,21); en los 40 días en el desierto, cuando vence las tentaciones
del diablo con la luz de la Palabra de Dios (Lc 4,1-13); por la noche, antes de
escoger a los doce apóstoles (Lc 6,12); en la transfiguración, cuando con
Moisés y Elías conversa sobre la pasión en Jerusalén (Lc 9,29); en el huerto,
cuando se enfrenta a la agonía (Lc 22,39-46); en la cruz, cuando pide perdón
por el soldado (Lc 23,34) y entrega el espíritu a Dios (Lc 23,46).
• Lucas 9,19: La opinión de la gente sobre Jesús. “Ellos respondieron:
"Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de
los antiguos ha resucitado." Al igual que Herodes, muchos pensaban que
Juan Bautista hubiera resucitado en Jesús. Era creencia común que el profeta
Elías tenía que volver (Mt 17,10-13; Mc 9,11-12; Mt 3,23-24; Ec 48,10). Y todos
alimentaban la esperanza de la venida del profeta prometido por Moisés (Dt
18,15). Respuestas insuficientes.
• Lucas 9,20: La pregunta de Jesús a los discípulos. Después de oír
las opiniones de los demás, Jesús pregunta: “Y vosotros ¿quién decís que soy
yo?”. Pedro respondió: “¡El Mesías de Dios!” Pedro reconoce que Jesús es aquel
que la gente está esperando y que viene a realizar las promesas. Lucas omite la
reacción de Pedro tentando de disuadir a Jesús a que siguiera por el camino de
la cruz y omite también la dura crítica de Jesús a Pedro (Mc 8,32-33; Mt
16,22-23).
• Lucas 9,21: La prohibición de revelar que Jesús es el Mesías de Dios.
“Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie”. Les está prohibido
el que revelen a la gente que Jesús es el Mesías de Dios. ¿Por qué Jesús lo
prohibió? Es que en aquel tiempo, como ya vimos, todos esperaban la venida del
Mesías, pero cada uno a su manera: unos como rey, otros como sacerdote, otros
como doctor, guerrero, juez, o ¡profeta! Nadie parecía estar esperando al
mesías siervo, anunciado por Isaías (Is 42,1-9). Quien insiste en mantener la
idea de Pedro, esto es, del Mesías glorioso sin la cruz, no va a entender nada
y nunca llegará a tomar la actitud del verdadero discípulo. Continuará ciego,
como Pedro, cambiando a la gente por un árbol (cf. Mc 8,24). Pues sin la cruz
es imposible entender quién es Jesús y qué significa seguir a Jesús. Por esto,
Jesús insiste de nuevo en la Cruz y hace el segundo anuncio de su pasión,
muerte y resurrección.
• Lucas 9,22: El segundo anuncio de la pasión. Y Jesús añadió: "El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.” La comprensión plena del seguimiento de Jesús no se obtiene por la instrucción teórica, sino por el compromiso práctico, caminando con él por el camino del servicio, desde Galilea hasta Jerusalén. El camino del seguimiento es el camino de la entrega, del abandono, del servicio, de la disponibilidad, de la aceptación del conflicto, sabiendo que habrá resurrección. La cruz no es un accidente de camino, sino que forma parte del camino. ¡Pues en un mundo organizado desde el egoísmo, el amor y el servicio sólo pueden existir crucificados! Quien hace de su vida un servicio a los demás, incomoda a los que viven agarrados a los privilegios, y sufre.
4) Para la reflexión personal
• Creemos todos en Jesús. Pero algunos entienden a Jesús de una manera
y otros de otra. Hoy ¿cuál es el Jesús más común en la manera de pensar de la
gente?
• La propaganda ¿cómo interfiere en mi modo de ver a Jesús? ¿Qué hago para no dejarme embaucar por la propaganda? ¿Qué nos impide hoy reconocer y asumir el proyecto de Jesús?
5) Oración final
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la batalla.
Es mi aliado y mi baluarte,
mi alcázar y libertador,
el escudo que me cobija. (Sal 144,1-2)
Orden de los Carmelitas
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