¡Amor y paz!
Lo invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en
este miércoles en que celebramos la memoria de Santos Marta, ciclo A.
Dios nos bendice..
Lectio Divina: Santa Marta
Lectio
Miércoles,
29 Julio , 2020
Lucas 10,38-42
Tiempo Ordinario
1)
Oración inicial
¡Oh Dios!, protector de los que
en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo. Multiplica sobre nosotros los
signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos
sirvamos de los bienes pasajeros que podamos adherirnos a los eternos. Por
nuestro Señor.
2)
Lectura
Del santo Evangelio según Lucas
10,38-42
Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le
recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los
pies del Señor, escuchaba su palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos
quehaceres. Al fin, se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me
deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.» Le respondió el Señor:
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de
pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será
quitada.»
3)
Reflexión
• Dinámica del relato. La
condición de Jesús de maestro itinerante ofrece a Marta la posibilidad de
acogerlo en su casa. La narración presenta la actitud de las dos hermanas:
María, sentada, a los pies de Jesús, preocupada por escuchar su palabra; Marta,
en cambio, preocupada por preparar los numerosos servicios, se acerca a Jesús
protestando por el comportamiento de la hermana. El diálogo entre Jesús y Marta
ocupa un amplio espacio de la narración (vv.40b-42): Marta empieza con una
pregunta retórica, “¿Señor, no te importa que mi hermana me deje sola en el
trabajo?”; después pide que Jesús intervenga y ordene a su hermana que no
abandone los trabajos domésticos, “Dile, pues, que me ayude”. Jesús responde
con tono afectuoso, expresado en la repetición del nombre “Marta, Marta”: le
recuerda que ella está preocupada por “muchas cosas”, que en realidad es
necesaria “una sólo” y concluye con una alusión a la hermana que ha escogido la
mejor parte, la cual no le será quitada. Lucas construye su relato sobre el
contraste de la personalidad diversa de Marta y de María; la primera,
preocupada por “muchas” cosas, la segunda hace una cosa sólo, está preocupada
por escuchar al Maestro. La función de este contraste es la de subrayar la
actitud de María, dedicada a la plena y total escucha del Maestro, con lo que
pasa a ser modelo de todo creyente.
• La figura de Marta. Es la que toma la iniciativa de acoger a Jesús en su
casa. Al dedicarse a acoger al Maestro, se preocupa con afán de la muchas cosas
que se han de preparar y, ante esto, siente la tensión de encontrarse sola. Le
agobia tanto trabajo, está ansiosa, vive una gran tensión. Por eso, Marta se
“adelanta” y dispara a Jesús una justa petición de ayuda: ¿por qué la hermana
la deja sola? Jesús le responde constatando el hecho de que ella está
preocupada y tiene el corazón dividido entre el deseo de ofrecer a Jesús una
comida digna de su persona y el deseo de dedicarse a escucharlo. Por tanto,
Jesús no reprueba el servicio de Marta, sino la angustia con que lo lleva a
cabo. Jesús había explicado un poco antes, en la parábola del sembrador, que la
semilla caída entre abrojos evoca la situación de los que escuchan la Palabra
pero son presa de las preocupaciones (Lc 8,14). En la laboriosidad de Marta no
critica Jesús el valor de la acogida a su persona, sino que alerta sobre los
riesgos en que se puede caer: el afán y la angustia. También sobre estos
riesgos se pronuncia Jesús: “Buscad su reino y lo demás os será dado por añadidura”
(Lc 12,31).
• La figura de María. Es la que escucha la Palabra, cosa que se expresa con un
pretérito imperfecto, “escuchaba”, indicando una acción continua en la escucha
de Jesús. La actitud de María contrasta con el afán y la tensión de la hermana.
Jesús dice que María ha escogido “la parte buena”, la escucha de su Palabra. De
las palabras de Jesús aprende el lector que no se trata de dos partes, de las
cuales una es mejor que la otra, sino que existe sólo la parte buena: escuchar
su Palabra. Esta actitud no significa evadirse del propio quehacer o
responsabilidad cuotidianos, sólo expresa la necesidad de que la escucha de la
Palabra preceda a cualquier servicio o actividad.
• Equilibrio entre acción y contemplación. Lucas presta particular atención a
unir escucha de la Palabra y relación con el Señor. No se trata de dividir la
jornada en un tiempo dedicado a la oración y otro al servicio, sino que la
atención a la Palabra precede y acompaña al servicio. El deseo de escuchar a
Dios no se puede suplir por otras actividades: es necesario dedicar cierto
tiempo y espacio para buscara al Señor. El compromiso de cultivar la escucha de
la Palabra nace de la atención a Dios: todo puede contribuir, el ambiente, el
lugar, el tiempo. Pero el deseo de encontrar a Dios debe nacer en el propio
corazón. No existen tácticas que te lleven a encontrar a Dios de manera
automática. Se trata de un problema de amor: es necesario escuchar a Jesús,
estar con Él; entonces se comunica el don y se inicia el enamoramiento. El equilibrio
entre escucha y servicio implica a todos los creyentes, tanto en la vida
familiar como en la profesional y social: ¿qué hacer para que los bautizados
sean perseverantes y alcancen la madurez de la fe? Educarse en la escucha de la
Palabra de Dios. Es éste el camino más difícil, pero el más seguro para llegar
a la madurez en la fe.
4) Para
la reflexión personal
• ¿Sé crear en mi vida
situaciones e itinerarios de escucha? ¿Me limito sólo a escuchar la Palabra en
la iglesia, o me esfuerzo también en buscar espacios y lugares adecuados para
una escucha personal y profunda?
• ¿Te limitas a un consumo privado de la Palabra o eres anunciador de la misma
y luz para los demás, no sólo lámpara que ilumina tu propia vida privada?
5)
Oración final
Señor, ¿quién vivirá en tu
tienda?,
¿quién habitará en tu m
¿quién habitará en tu m
onte santo?
El de conducta íntegra
que actúa con rectitud. (Sal 15,1-2)
El de conducta íntegra
que actúa con rectitud. (Sal 15,1-2)
Orden de los Carmelitas
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