¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este martes de la 9ª semana del Tiempo Ordinario,
ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Marcos
12,13-17
Lectio
Martes, 2 junio de 2020
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Señor, nos acogemos confiadamente a tu providencia, que nunca se equivoca;
y te suplicamos que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquellos
beneficios que pueden ayudarnos para la vida presente y la futura. Por nuestro
Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Marcos 12,13-17
Y envían hacia él algunos fariseos y herodianos, para cazarle en
alguna palabra. Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te
importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que
enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o
no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?» Mas él, dándose cuenta de su hipocresía, les
dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea.» Se lo trajeron y
les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?» Ellos le dijeron: «Del
César.» Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a
Dios.» Y se maravillaban de él.
3) Reflexión
• En el evangelio de hoy continúa el enfrentamiento entre Jesús y las
autoridades. Los sacerdotes, ancianos y escribas habían sido criticados y denunciados
por Jesús en la parábola de la viña (Mc 12,1-12). Ahora, los mismos piden a los
fariseos y a los herodianos que preparen una encerrona contra Jesús, para
poderlo acusar y condenar. Preguntaban a Jesús sobre el impuesto que había que
pagar a los romanos. Era un asunto polémico que dividía a la opinión pública.
Los adversarios de Jesús querían a toda costa acusarlo para menguar su
influencia ante la gente. Grupos, que antes eran enemigos entre sí, ahora se
unen para luchar en contra de Jesús que invadía, según ellos, su terreno. Esto
sigue ocurriendo hoy. Muchas veces, personas o grupos, enemigos entre sí, se
unen para defender sus privilegios contra aquellos que los incomodan con el
anuncio de la verdad y de la justicia.
• Marcos 12,13-14. La pregunta de los fariseos y de los herodianos.
Fariseos y herodianos eran las lideranzas locales en los poblados de Galilea.
Mucho antes, habían decidido matar a Jesús (Mc 3,6). Ahora, al mando de los
Sacerdotes y de los Ancianos, quieren saber de Jesús si está a favor o contra
el pago del impuesto a los romanos, a César. Pregunta experta, ¡llena de
malicia! Bajo la apariencia de fidelidad a la ley de Dios, buscan motivos para
poderle acusar. Si Jesús dijera: “¡Tienes que pagar!”, podrían acusarle ante el
pueblo de ser amigos de los romanos. Si dijera: “¡No hay que pagar!”, podrían
acusarle ante las autoridades romanas de ser subversivo. ¡Parecía un callejón
sin salida!
• Marcos 12, 15-17: La respuesta de Jesús. Jesús percibe la
hipocresía. En su respuesta, no pierde tiempo en inútiles discusiones y va
derecho al núcleo de la cuestión. En vez de responder y de discutir el asunto
del tributo a César, pide que le muestren la moneda, y pregunta: "¿De
quién es esta imagen e inserción?" Ellos responden: "¡De César!"
Respuesta de Jesús:"Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a
Dios!”. En la práctica reconocían ya la autoridad de César. Ya estaban dando a
César lo que era de César, pues usaban sus monedas para comprar y vender y
hasta para pagar ¡el impuesto al Templo! Lo que interesa a Jesús es que “den a
Dios lo que es de Dios”, esto es, que devuelvan a Dios el pueblo, por ellos
desviado, pues con sus enseñanzas bloqueaban a la gente la venida del Reino (Mt
23,13). Otros explicaban esta frase de Jesús de otro modo: “¡Den a Dios lo de
Dios!”, esto es, practiquen la justicia y la honestidad según lo que exige la
Ley de Dios, pues por la hipocresía ustedes están negando a Dios lo que se le
debe. Los discípulos y las discípulas deben ¡tomar conciencia! Pues era el fermento
de estos fariseos y herodianos lo que les estaba cegando los ojos (Mc 8,15).
• Impuestos, tributos y diezmos. En el tiempo de Jesús, la gente de
Palestina pagaba muchos impuestos, tasas, tributos y diezmos a los romanos y al
Templo. El imperio romano invadió Palestina en el año 63 aC y pasó a exigir
muchos impuestos y tributos. Por los cálculos hechos, se calcula que la mitad o
más del sueldo familiar iba para los impuestos, los tributos, las tasas y los
diezmos. Los impuestos que los romanos exigían eran de dos tipos: directos e
indirectos:
a) El impuesto Directo era sobre las propiedades y sobre las personas.
Impuesto sobre las propiedades (tributum soli): los fiscales del gobierno
verificaban el tamaño de la propiedad, la cantidad de la producción, y el
número de esclavos y fijaban la cuantía que debía ser pagada. Periódicamente,
había una fiscalización mediante censos. Impuesto sobre las personas (tributum
capitis): era para las clases pobres, sin tierra. Incluía tanto a los hombres
como a las mujeres entre 12 y 65 años. Era sobre la fuerza de trabajo. 20% de
la renta de cada persona era para el impuesto.
b) El imposto Indirecto era sobre transacciones variadas. Corona de
oro: Originariamente era un regalo al emperador, pero se convirtió en un impuesto
obligatorio. Se cobraba en ocasiones especiales, como fiestas y visitas del
emperador. Impuesto sobre la sal: la sal era monopolio del emperador. Se
tributaba sólo la sal para uso comercial. Por ejemplo la sal usada para esicar
el pescado. De aquí la palabra “salario”. Impuesto sobre compra y venta: En
cada transacción comercial se pagaba el 1%. El cobro corría a cargo de los
fiscales en la feria. En la compra de esclavo se exigía el 4%.
En cada contrato comercial registrado, se exigía el 2%. Impuesto para
ejercer la profesión. Para todo se precisaba la licencia. Por ejemplo, un
zapatero en la ciudad de Palmira, pagaba un denario al mes. Un denario era el
equivalente al salario de un día. Hasta las prostitutas tenían que pagar.
Impuesto sobre el uso de cosas de utilidad pública: El emperador Vespasiano
introdujo el impuesto para poder usar los retretes públicos en Roma. El decía:
”¡El dinero no huele!”.
c) Otras tasas y obligaciones: Pedaje o aduana. Trabajo forzado.
Gastos especiales para el ejército (dar hospedaje a los soldados, pagar la
comida para el sustento de las tropas); Impuesto para el Templo y el Culto.
4) Para la reflexión personal
• ¿Conoces algún caso de grupos o de personas que eran enemigos entre
sí, pero que se juntaron para perseguir a una persona honesta que los
incomodaba y denunciaba? ¿Te ha pasado alguna vez?
• ¿Cuál es hoy el sentido de la frase: “Lo de César devolvédselo a César, lo de
Dios a Dios”?
5) Oración final
Sácianos de tu amor por la mañana,
y gozaremos y cantaremos de por vida.
¡Que tus siervos vean tu acción,
y tus hijos tu esplendor! (Sal 90:14,16)
y gozaremos y cantaremos de por vida.
¡Que tus siervos vean tu acción,
y tus hijos tu esplendor! (Sal 90:14,16)
Orden de los Carmelitas
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