¡Amor y paz!
Los invito, hermanos,
a leer y meditar el Evangelio, en este sábado de la XII Semana del Tiempo
Ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Mateo 8,5-17
Lectio
Sábado,
27 de junio de 2020
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
Concédenos
vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo nombre, porque jamás
dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del
santo Evangelio según Mateo 8,5-17
Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor,
mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.» Dícele Jesús:
«Yo iré a curarle.» Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres
bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque
también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste:
`Vete', y va; y a otro: `Ven', y viene; y a mi siervo: `Haz esto', y lo hace.»
Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que
en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán
muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob
en el reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las
tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.» Y dijo Jesús
al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.» Y en aquella hora sanó el
criado. Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con
fiebre. Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y se puso a servirle.
Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:
"Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades".
Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:
"Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades".
3) Reflexión
•
El evangelio de hoy sigue describiendo las actividades de Jesús para mostrar
como practicaba la Ley de Dios, proclamada en el Monte de las Bienaventuranzas.
Después de la curación del leproso del evangelio de ayer (Mt 8,1-4), sigue
ahora la descripción de varias otras curaciones:
• Mateo 8,5-7: La demanda del centurión y la respuesta de Jesús. Al analizar
los textos del evangelio, es oportuno prestar atención siempre a los pequeños
detalles. El centurión es un pagano, un extranjero. No pide nada, sino que
apenas informa a Jesús que su empleado está enfermo y que sufre horriblemente.
Detrás de esta actitud de la gente ante Jesús está la convicción de que no era
necesario pedir las cosas a Jesús. Bastaba comunicarle el problema. Y Jesús
haría el resto. ¡Actitud de ilimitada confianza! De hecho, la reacción de Jesús
es inmediata: “¡Yo iré a curarle!”
• Mateo 8,8: La reacción del centurión. El centurión no esperaba un gesto tan
inmediato y tan generoso. No esperaba que Jesús fuera hasta su casa. Y desde su
experiencia como capitán saca un ejemplo para expresar la fe y la confianza que
tenía en Jesús. Dice: "Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo;
basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que
soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: `Vete', y va; y
a otro: `Ven', y viene; y a mi siervo: `Haz esto', y lo hace”. Esta reacción de
un extranjero ante Jesús revela cómo era la opinión del pueblo respecto a
Jesús. Jesús era alguien en el cual podían confiar y que no rechazaría a aquel
que recorriese a él o que le revelase sus problemas. Es ésta la imagen de Jesús
que el evangelio de Mateo nos comunica hasta hoy a nosotros, sus lectores y
lectoras del siglo XXI.
• Mateo 8,10-13: El comentario de Jesús. El oficial quedó admirado con la
reacción de Jesús. Jesús quedó admirado con la reacción del oficial: "Os
aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande.!” Y Jesús
previó aquello que estaba aconteciendo en la época en que Mateo escribía su
evangelio: “Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a
la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos, mientras que los
hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y
el rechinar de dientes”. El mensaje de Jesús, la nueva Ley de Dios proclamada
en lo alto del Monte de las Bienaventuranzas es una respuesta a los deseos más
profundos del corazón humano. Los paganos sinceros y honestos como el centurión
y tantos otros que vinieron de Oriente o de Occidente, perciben en Jesús una
respuesta a sus inquietudes y le acogen. El mensaje de Jesús no es, en primer
lugar, una doctrina o una moral, ni tampoco un rito o un conjunto de normas,
sino una experiencia profunda de Dios que responde a lo que el corazón humano
desea. Si hoy muchos se alejan de la Iglesia o van hacia otras religiones la
culpa no siempre es de ellos, sino que puede ser de nosotros que no sabemos
vivir ni irradiar el mensaje de Jesús.
• Mateo 8,14-15: La curación de la suegra de Pedro. Jesús entró en la casa de
Pedro y curó a su suegra. Estaba enferma. En la segunda mitad del siglo
primero, cuando Mateo escribe, la expresión “Casa de Pedro” evoca la Iglesia,
construida sobre la roca que era Pedro. Jesús entra en esta casa y cura a la
suegra de Pedro: “Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y se puso a
servirle. ”. El verbo usado en griego es diakonew, servir. Una mujer se vuelve
diaconisa en la Casa de Pedro. Era lo que estaba ocurriendo en aquel tiempo. En
la carta a los Romanos, Pablo menciona a la diaconisa Febe de la comunidad de
Cencreas (Rom 16,1). Tenemos mucho que aprender de los primeros cristianos.
• Mateo 8,16-17: La realización de la profecía de Isaías. Mateo dice que: “al
atardecer”, llevaron a Jesús muchas personas que estaban poseídas por el
demonio”. ¿Por qué sólo al atardecer? Porque en el evangelio de Marcos, de
donde Mateo saca su información, se trata de un día de sábado (Mc 1,21), y el
sábado terminaba en el momento en que aparecía la primera estrella en el cielo.
En ese momento la gente podía salir de casa, cargar con el peso del enfermo y
llevarlo ante Jesús. Y “¡Jesús con su palabra, expulsaba los espíritus y curaba
todas las enfermedades!” Usando un texto de Isaías, Mateo ilumina el
significado de este gesto de Jesús:”para que se cumpliera lo dicho por el
profeta Isaías: Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras
enfermedades”.De este modo, Mateo enseña que Jesús era el Mesías – Siervo,
anunciado por Isaías (Is 53,4; cf. Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12).
Mateo hacía lo que hacen hoy nuestras comunidades: usa la Biblia para iluminar
e interpretar los acontecimientos y descubrir en ellos la presencia de la
palabra creadora de Dios.
4) Para la reflexión personal
•
Compara la imagen que tú tienes de Jesús con la del centurión y de la gente que
iba detrás de Jesús.
• La Buena Nueva de Jesús no es, en primer lugar, una doctrina o una moral, ni
un rito o un conjunto de normas, sino una experiencia profunda de Dios que
responde a lo que el corazón humano desea. La Buena Nueva de Jesús ¿cómo
repercute en ti, en tu vida y en tu corazón?
Orden de los
Carmelitas
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