¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en
este viernes de la 10ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: Mateo 5,27-32
Lectio
Viernes,
12 de junio de 2020
1)
Oración inicial
¡Oh
Dios!, fuente de todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas; y concédenos,
inspirados por Ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda. Por nuestro
Señor.
2)
Lectura
Del
santo Evangelio según Mateo 5,27-32
«Habéis
oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el
que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti;
más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo
sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado,
córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros,
que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.
«También
se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. Pues
yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la
hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.
3)
Reflexión
•
En el evangelio de ayer Jesús hizo una relectura del mandamiento “No
matarás” (Mt 5,20-26). En el evangelio de hoy, hace una relectura del
mandamiento “No cometer adulterio”. Jesús relee la ley a partir de la
intención que Dios tenía al proclamarla, en el Monte Sinaí, siglos atrás. Lo
que importa es el Espíritu de la Ley, no encerrarse en la letra.
Retoma
y defiende los grandes valores de la vida humana que están por detrás de cada
uno de los Diez Mandamientos. Insiste en el amor, en la fidelidad, en la
misericordia, en la justicia y en la verdad, en la humanidad (Mt 9,13; 12,7;
23,23; Mt 5,10; 5,20; Lc 11,42; 18,9). El resultado de la plena observancia de
la Ley de Dios es la humanización de la vida. La observancia de la Ley humaniza
a la persona. En Jesús aparece aquello que acontece cuando un ser humano deja
que Dios ocupe el centro de su vida. El objetivo último es unir los dos amores,
la construcción de la fraternidad en defensa de la vida. Cuanto más se vive la
fraternidad, tanto mayor será la plenitud de vida y mayor es la adoración de las
criaturas todas a Dios, Creador y Salvador.
•
En el evangelio de hoy, Jesús mira de cerca la relación mujer y hombre, en el
matrimonio, la base fundamental de la convivencia en familia. Había un
mandamiento que decía: “No cometer adulterio, y otro que decía: “El que repudie
a su mujer, que le dé acta de divorcio”. Jesús retoma los dos y les da un nuevo
sentido.
•
Mateo 5,27-28: No cometer adulterio. ¿Qué nos pide este mandamiento?
La respuesta antigua era ésta: el hombre no puede dormir con la mujer de otro.
Es lo que exigía la letra del mandamiento. Pero Jesús va más allá de la letra y
dice: “Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la
hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio”.
El
objetivo del mandamiento es la fidelidad mutua entre el hombre y la mujer que
asumirían vivir juntos como casados. Y esta fidelidad sólo será completa, si
los dos saben mantener la fidelidad mutua hasta en el pensamiento y en el deseo
y si saben llegar a una total trasparencia entre sí.
•
Mateo 5,29-30: Arrancar el ojo y cortar la mano. Para ilustrar lo que
acaba de decir Jesús se sirve de una palabra fuerte que usó también en otra
ocasión, cuando habló de no escandalizar a los pequeños (Mt 18,9 e Mc 9,47).
Dice: “Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y
arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que
todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna” Estas afirmaciones pueden
tomarse al pie de la letra. Indican la radicalidad y la seriedad con la que
Jesús insiste en la observancia de este mandamiento.
•
Mateo 5,31-32: La cuestión del divorcio. Al hombre estaba permitido
dar una acta de divorcio para la mujer. Jesús dirá en el Sermón de la Comunidad
que lo permitió por la dureza de corazón de la gente (Mt 19,8). “Pues yo
os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la
hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete
adulterio". Se había discutido ya mucho sobre este asunto. Basándose
en esta afirmación de Jesús, la iglesia oriental permite el divorcio en caso de
“fornicación”, esto es en caso de infidelidad. Otros dicen que aquí la palabra fornicación
traduce un término aramaico o hebraico zenuth que indicaba un
casamiento con un grado de parentesco prohibido. No serían unas bodas válidas.
•
Cualquiera que sea la interpretación correcta de esta palabra, lo que importa
es ver el objetivo y el sentido general de las afirmaciones de Jesús en la
nueva lectura que hace de los Diez Mandamientos. Jesús apunta hacia un ideal
que debe estar siempre delante de mis ojos. El ideal último es éste: “Ser
perfecto como el padre celestial es perfecto” (Mt 5,48). Este ideal vale para
todos los mandamientos revisados por Jesús. En la relectura del mandamiento:
“No cometer adulterio” este ideal se traduce en una total transparencia y
honestidad entre marido y mujer. Nadie nunca va a poder decir: “Soy perfecto
como el Padre celestial es perfecto”.
Estaremos
siempre por debajo de la medida. Nunca vamos a poder merecer el premio por
nuestra observancia porque estaremos siempre por debajo de la medida. Lo que
importa es mantenerse en camino, mantener alto el ideal ante nuestros ojos,
¡siempre¡ Y al mismo tiempo, como Jesús, debemos saber aceptar a las personas
con la misma misericordia con que él aceptaba a las personas y las orientaba
para el ideal. Por esto, ciertas exigencias jurídicas de la iglesia de hoy,
como por ejemplo, no permitir la comunión a personas que viven en segundas
nupcias, se parecen más a la actitud de los fariseos que a la actitud de Jesús.
Nadie aplica al pie de la letra la explicación del mandamiento. “No matar”, en
la que Jesús dice que todo aquel que llama a su hermano idiota merece
el infierno (Mt 5,22). Pues en este caso, todos estaríamos seguros de terminar
allí y nadie se salvaría. ¿Por qué nuestra doctrina usa medidas diferentes en
caso del quinto y del noveno mandamiento?
4)
Para una reflexión personal
•
¿Logras vivir la total honestidad y transparencia con las personas de otro
sexo?
•
¿Cómo entender la exigencia “ser perfecto como el Padre celestial es perfecto”?
5)
Oración final
Digo
para mis adentros:
«Busca su rostro».
Sí, Señor, tu rostro busco:
no me ocultes tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación. (Sal 27,8-9)
«Busca su rostro».
Sí, Señor, tu rostro busco:
no me ocultes tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación. (Sal 27,8-9)
Orden de los Carmelitas
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