¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y
meditar el Evangelio, en este sábado de la 32a semana del Tiempo Ordinario,
ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 18,1-8
Lectio
Sábado, 16 Noviembre
, 2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios omnipotente y misericordioso,
aparta de nosotros todos los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y
nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Lucas 18,1-8
Les propuso una
parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: «Había
en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en
aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia
contra mi adversario!' Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí
mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me
causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de
importunarme.'»
Dijo, pues, el Señor:
«Oíd lo que dice el juez injusto; pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos,
que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? Os digo que les hará
justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre
la tierra?»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos relata otro
asunto muy importante para Lucas, a saber: la oración. Es la segunda vez que
Lucas nos trae palabras de Jesús para enseñar a rezar. (Lc 11,1-13). Nos ha
enseñado el Padre Nuestro y, por medio de comparaciones y de parábolas, nos
enseña que debemos rezar con insistencia, sin desfallecer. Ahora, esta segunda
vez, recurre de nuevo a una parábola sacada de la vida para enseñar la
insistencia en la oración (Lc 18,1-8). Es la parábola de la viuda que incomoda
al juez sin moral. La manera de presentar la parábola es muy didáctica.
Primero, Lucas da una breve introducción que sirve de llave de lectura. Luego
cuenta la parábola. Al final, Jesús mismo la aplica.
• Lucas 18,1: La introducción. Lucas
introduce la parábola con la siguiente frase: " Les propuso una parábola
para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer". La
recomendación a “orar Sin desfallecer” aparece muchas veces en el Nuevo
Testamento (1 Tes 5,17; Rom 12,12; Ef 6,18; etc.). Este es un rasgo
característico de la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas.
• Lucas 18,2-5: La parábola. Luego
Jesús presenta dos personajes de la vida real: un juez sin consideración para
Dios y sin consideración para las personas, y una viuda que lucha por sus
derechos ante el juez. El simple hecho que Jesús presenta estos dos personajes
revela la conciencia crítica que tenía de la sociedad de su tiempo. La parábola
presenta a la gente pobre luchando en el tribunal por sus derechos. El juez
decide atender a la viuda y hacerle justicia. El motivo es éste: dejaré libre
de la obstinación de la viuda y ésta deje de importunarle. Motivo bien
interesado. ¡Pero la viuda obtuvo lo que quería! Es éste el hecho de la vida
diaria del que Jesús se sirve para enseñar cómo rezar.
• Lucas 18,6-8: La aplicación. Jesús
aplica la parábola: " Oíd lo que dice el juez injusto; pues, ¿no hará Dios
justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará
esperar? Os digo que les hará justicia pronto”. Si no fuera Jesús, nosotros no
tendríamos el valor de comparar a Dios con un Juez inmoral. Al final Jesús
expresa una duda: " Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la
fe sobre la tierra?» Es decir, ¿vamos a tener el valor de esperar, de tener
paciencia, aunque Dios se demora en atendernos?
• Jesús orante. Los primeros
cristianos tenían una imagen Jesús orante, en contacto con el Padre. De hecho,
la respiración de la vida de Jesús era hacer la voluntad del Padre (Jn 5,19).
Jesús rezaba mucho e insistía para que la gente y sus discípulos rezaran
también. Pues es en la confrontación con Dios donde aparece la verdad y la
persona se encuentra consigo misma en toda su realidad y humildad. Lucas es el
evangelista que más nos informa sobre la vida de oración de Jesús. Nos presenta
a Jesús en constante oración. He aquí algunos de los momentos en los que Jesús
aparece rezando. Tú puedes completar la lista:
- A los doce años de edad va al
Templo, a la Casa del Padre (Lc 2,46-50).
- Reza cuando es bautizado y asume la
misión (Lc 3,21).
- Cuando inicia la misión, pasa
cuarenta días en el desierto (Lc 4,1-2).
- En la hora de la tentación, se
enfrenta al diablo con textos de la Escritura (Lc 4,3-12).
- Jesús tiene costumbre de participar
en las celebraciones en las sinagogas, los sábados (Lc 4,16)
- Busca la soledad del desierto para
rezar ( Lc 5,16; 9,18).
- La víspera de elegir a los doce
Apóstoles, pasa la noche en oración (Lc 6,12).
- Reza antes de comer (Lc 9,16;
24,30).
- Cuando explica la realidad y habla
de su pasión, reza (Lc 9,18).
- En la hora de la crisis sube al
Monte para rezar y es transfigurado cuando reza (Lc 9,28).
- Ante la revelación del Evangelio a
los pequeños, dice: “¡Padre, yo te alabo!” (Lc 10,21)
- Rezando, despierta en los apóstoles
la voluntad de rezar (Lc 11,1).
- Reza por Pedro para que no
desfallezca en la fe (Lc 22,32).
- Celebra la Cena Pascual con sus
discípulos (Lc 22,7-14).
- En el Jardín de los Olivares, reza,
sudando sangre (Lc 22,41-42).
- En la angustia de la agonía, pide a
los amigos que recen con él (Lc 22,40.46).
- En la hora de ser clavado en la
cruz, pide perdón por los ladrones (Lc 23,34).
- En la hora de la muerte, dice
"¡En tus manos entrego mi espíritu!" (Lc 23,46; Sal 31,6)
- Jesús muere soltando el grito del
pobre (Lc 23,46).
• Esta larga lista indica lo
siguiente. Para Jesús, la oración estaba íntimamente unida a la vida, a los
hechos concretos, a las decisiones que debía tomar. Para poder ser fiel al
proyecto del Padre, trataba de quedarse a solas con él. De escucharlo. En los
momentos difíciles y decisivos de su vida, Jesús rezaba los Salmos. Al igual
que todo judío piadoso, los conocía de memoria. La recita de los Salmos no mató
en él la creatividad. Por el contrario, Jesús llega a componer él mismo un
Salmo que nos transmite. Es el Padre Nuestro. Su vida era una permanente
oración. “No busco mi voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envió."
(Jn 5,19.30) A él se aplica lo que dice el Salmo: "¡No hago más que
orar!" (Sal 109,4)
4) Para la reflexión
personal
• Hay gente que dice que no sabe
rezar, pero conversa con Dios todo el día. ¿Conoces a personas así? Cuenta cómo
son. Hay muchas maneras que la gente usa para expresar su devoción y oración.
¿Cuáles son?
• ¿Qué nos enseñan estas dos
parábolas sobre la oración? ¿Qué nos enseñan sobre la manera de ver la vida y
las personas?
5) Oración final
¡Dichoso el hombre que teme al Señor,
que encuentra placer en todos sus
mandatos!
Su estirpe arraigará con fuerza en el
país,
la raza de los rectos será bendita.
(Sal 112,1-2)
Orden de los
Carmelitas
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