¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y
meditar el Evangelio, en este miércoles
de la 33a semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 19,11-28
Lectio
Miércoles, 20
Noviembre , 2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Señor, Dios nuestro, concédenos vivir
siempre alegres en tu servicio, porque en servirte a ti, creador de todo bien,
consiste el gozo pleno y verdadero. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Lucas 19,11-28
Mientras la gente
escuchaba estas cosas, añadió una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén
y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro. Dijo,
pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura
real y volverse. Llamó a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo:
`Negociad hasta que vuelva.' Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás
de él una embajada que dijese: `No queremos que ése reine sobre nosotros.'
«Cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a
aquellos siervos suyos a los que había dado el dinero, para saber lo que había
ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: `Señor, tu mina ha producido
diez minas.' Le respondió: `¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en
lo insignificante, toma el gobierno de diez ciudades.' Vino el segundo y dijo:
`Tu mina, Señor, ha producido cinco minas.' Dijo a éste: `Ponte tú también al
mando de cinco ciudades. ' «Vino el otro y dijo: `Señor, aquí tienes tu mina,
que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre
severo; que tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste.' Dícele:
`Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo,
que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por qué no colocaste
mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los
intereses.' Y dijo a los presentes: `Quitadle la mina y dádsela al que tiene
las diez minas.' Dijéronle: `Señor, tiene ya diez minas.' -`Os digo que a todo
el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le
quitará.'
«`Y a esos enemigos
míos, que no querían que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos
delante de mí.'» Y dicho esto, marchaba por delante, subiendo a Jerusalén.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos trae la
Parábola de los Talentos, en la que Jesús nos habla de los dones que las
personas reciben de Dios. Toda persona tiene alguna cualidad, recibe algún don
o sabe alguna cosa que puede enseñar a los otros. Nadie es sólo alumno, nadie
es sólo profesor. Aprendemos unos de otros.
• Lucas 19,11: La llave para entender
la historia de la parábola. Para introducir la parábola Lucas dice lo que
sigue: “Mientras la gente escuchaba estas cosas, añadió una parábola, porque
estaba él cerca de Jerusalén y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de
un momento a otro”. En esta información inicial, Lucas destaca tres
motivaciones que llevan a Jesús a contar la parábola: (a) La acogida que hay
que dar a los excluidos, pues, diciendo “mientras la gente escuchaba estas
cosas”, se refiere al episodio de Zaqueo, el excluido que fue acogido por Jesús
(b) La proximidad de la pasión, de la muerte y de la resurrección, pues decía
que Jesús estaba cerca de Jerusalén donde iba a morir en breve. (c) La llegada
inminente del Reino de Dios, pues las personas que acompañaban a Jesús pensaban
que el Reino de Dios llegaría luego.
• Lucas 19,12-14: El inicio de la
Parábola. “Dijo, pues: Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la
investidura real y volverse. Llamó a diez siervos suyos, les dio diez minas y
les dijo: `Negociad hasta que vuelva.' Pero sus ciudadanos le odiaban y
enviaron detrás de él una embajada que dijese: `No queremos que ése reine sobre
nosotros”. Algunos estudiosos piensan que en esta parábola Jesús se refiere a
Herodes quien setenta años antes (40 aC), había ido a Roma con el fin de
recibir el título y el poder de Rey de Palestina. A la gente no le gustaba
Herodes y no quería que fuera rey, pues la experiencia que habían tenido con él
como comandante para reprimir las rebeliones en la Galilea contra Roma fue una
experiencia trágica y dolorosa. Por esto decían: “No queremos que ése reine
sobre nosotros” A este mismo Herodes se aplicaría la frase final de la
parábola: “Y a esos enemigos míos, que no querían que yo reinara sobre ellos,
traedlos aquí y matadlos delante de mí.” De hecho, Herodes mató a mucha gente.
• Lucas 19,15-19: Rendimiento de
cuentas de los primeros empleados que recibieron cien monedas de plata. La
historia nos dice que Herodes recibió el título de rey y volvió a Palestina
para asumir el poder. En la parábola, el rey llama a los empleados a los que
había dado cien monedas de plata, para saber cuánto habían ganado. Se presentó
el primero y dijo: `Señor, tu mina ha producido diez minas.' Le respondió:
`¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo insignificante, toma el
gobierno de diez ciudades. Vino el segundo y dijo: `Tu mina, Señor, ha
producido cinco minas.' Dijo a éste: `Ponte tú también al mando de cinco
ciudades.' Según la historia, tanto Herodes Magno como su hijo Herodes Antipas,
ambos sabían tratar con el dinero y promover a las personas que los ayudaban.
En la parábola, el rey da diez ciudades al empleado que multiplicó por diez las
cien monedas que había recibido, y cinco ciudades al empleado que las
multiplicó por cinco.
• Lucas 19,20-23: Rendimiento de
cuentas del empleado que no ganó nada. El tercer empleado llegó y dijo:
''Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía
miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste y cosechas
lo que no sembraste”. En esta frase aflora una idea equivocada de Dios que es
criticada por Jesús. El empleado ve a Dios como a un dueño severo. Ante un Dios
así, el ser humano siente miedo y se esconde detrás de la observancia exacta y
mezquina de la ley. Piensa que, al actuar así, no será castigado por la
severidad del legislador. En realidad, una persona así no cree en Dios, sino
que cree solamente en si misma, en su propia observancia de la ley. Ella se
cierra en sí misma, se aleja de Dios y no consigue ocuparse y preocuparse de
los otros. Se vuelve incapaz de crecer como persona libre. Esta imagen falsa de
Dios aísla al ser humano, mata la comunidad, acaba con la alegría y empobrece
la vida. “El rey responde: '`Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías
que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no
sembré; pues, ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo,
lo habría cobrado con los intereses.” El empleado no fue coherente con la
imagen que tenía de Dios. Si imaginaba a un Dios tan severo, hubiera tenido que
colocar, por lo menos, el dinero en el banco. Así que es condenado no por Dios,
sino por la idea errada que tenía de Dios y que le vuelve temeroso e inmaduro.
Una de las cosas que más influye en la vida de la gente es la idea que nos
hacemos de Dios. Entre los judíos de la línea de los fariseos, algunos
imaginaban a Dios como a un Juez severo que los trataba de acuerdo con el
mérito conquistado por las observancias. Esto producía miedo e impedía a las
personas el poder crecer. Sobretodo, impedía que las personas pudiesen abrir un
espacio dentro de sí para acoger la nueva experiencia de Dios que Jesús
comunicaba.
• Lucas 19,24-27: Conclusión para
todos. “Y dijo a los presentes: `Quitadle la mina y dádsela al que tiene las
diez minas.' Dijéronle: `Señor, tiene ya diez minas.' -`Os digo que a todo el
que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.
El señor manda quitarle las cien monedas y darlas a aquel que ya tenía mil,
porque “a todo el que tiene, se le dará, pero al que no tiene, aun lo que tiene
se le quitará. En esta frase final está la clave que aclara la parábola. En el
simbolismo de la parábola, las monedas de plata del rey son los bienes del
Reino de Dios, esto es, todo aquello que hace crecer a las persona y revela la
presencia de Dios: amor, servicio, compartir. Aquel que se cierra en si mismo
con miedo a perder lo poco que tiene, éste va a perder lo poco que ya tiene. La
persona, pues, que no piensa en sí, sino que se entrega a los otros, ésta va a
crecer y a recibir a su vez, de forma inesperada, todo lo que entregó y mucho
más: “cien veces más, con persecuciones” (Mc 10,30). “Pierde la vida quien
quiere salvarla, gana su vida quien tiene el valor de perderla” (Lc 9,24;
17,33; Mt 10,39;16,25;Mc 8,35). El tercer empleado tiene miedo y no hace nada.
No quiere perder nada y, por esto, no gana nada. Pierde hasta lo poco que
tiene. El Reino es riesgo. Aquel que no quiere correr riesgos, ¡pierde el
Reino!
• Lucas 19,28: Volviendo a la triple
llave inicial. Al final, Lucas concluye el asunto con esta información: “Y
dicho esto marchaba por delante, subiendo a Jerusalén”. Esta información final
evoca la triple llave dada al comienzo: acogida a los excluidos, proximidad de
la pasión, muerte y resurrección de Jesús en Jerusalén y la idea de la
inminente llegada del Reino. A los que pensaban que el Reino de Dios estaba por
llegar, la parábola manda mudar la mirada. El Reino de Dios llega, sí, pero a
través de la muerte y de la resurrección de Jesús que acontece en breve en
Jerusalén. Y el motivo de la muerte fue su acogida, la acogida que Jesús daba a
los excluidos como Zaqueo y a tantos otros. Molestaba a los grandes y ellos lo
eliminaron condenándolo a muerte y a una muerte de cruz.
4) Para la reflexión
personal
• En nuestra comunidad, ¿tratamos de
conocer y valorar los dones de cada persona? A veces los dones de unos generan
envidia y competitividad en otros. ¿Cómo reaccionamos?
• Nuestra comunidad ¿es un espacio
donde las personas pueden explayar sus dones?
5) Oración final
Alabad a Dios en su santuario,
alabadlo en su poderoso firmamento,
alabadlo por sus grandes hazañas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
(Sal 150,1-2)
Orden de los
Carmelitas
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