¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la 27a
semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Lucas 11, 5-13
Lectio
Jueves, 10 Octubre ,
2019
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te
suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra
conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a
pedir. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Lucas 11,5-13
Les dijo también: «Si
uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: `Amigo,
préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no
tengo qué ofrecerle', y aquél, desde dentro, le responde: `No me molestes; la
puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme
a dártelos', os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, se
levantará para que deje de molestarle y le dará cuanto necesite. «Yo os digo:
Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el
que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán. ¿Qué padre
hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una
culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, aun
siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre
del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»
3) Reflexión
● El evangelio de hoy
continúa el asunto de la oración, iniciado ayer con la enseñanza del Padre
Nuestro (Lc 11,1-4). Hoy Jesús enseña que debemos rezar con fe e insistencia,
sin desfallecer. Para esto, usa una parábola provocadora.
● Lucas 11,5-7: La parábola que provoca. Como de costumbre, cuando tiene algo importante que
enseñar, Jesús recurre a una comparación, a una parábola. Hoy nos cuenta una
historia curiosa que termina en pregunta, y dirige esta pregunta a la gente que
escucha y también a nosotros que hoy leemos o escuchamos la historia: "Si uno de vosotros tiene
un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: “Amigo, préstame tres panes,
porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle', y
aquél, desde dentro, le responde: `No me molestes; la puerta ya está cerrada, y
mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos”. Antes de que Jesús dé la respuesta, quiere que
nosotros demos nuestra opinión. ¿Qué contestarías: sí o no?
● Lucas 11,8: Jesús mismo responde a la
provocación. Jesús da su
respuesta: “Os
aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, se levantará para que
deje de molestarle y le dará cuanto necesite”. Si no fuera Jesús, ¿tendrías el valor de inventar una historia en
la que se sugiere que Dios atiende nuestras oraciones para verse libre de ser
molestado? La respuesta de Jesús afianza el mensaje sobre la oración, a saber:
Dios atiende siempre nuestra oración.
Esta parábola recuerda otra, también en
Lucas, la de la viuda que insiste en conseguir sus derechos ante el juez a
quien no le importa ni Dios ni la justicia, y que atiende a la viuda no porque
es justo, sino porque quiere librarse de la mujer inoportuna (Lc 18,3-5). Jesús
saca luego unas conclusiones para aplicar el mensaje de la parábola a la vida.
● Lucas 11,9-10: La primera aplicación de la
Parábola. “Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os
abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama,
le abrirán”. ¡Pedir, buscar, llamar!
Jesús no pone condiciones. Si pides, recibirás. Si llamas a la puerta, te
abrirán. Jesús no dice cuánto tiempo va a durar el pedido, la búsqueda o el
llamar, pero lo cierto es que vas a obtener resultado.
● Lucas
11,11-12: La
segunda aplicación de la parábola. “¿Qué padre hay entre vosotros que, si su
hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo,
le da un escorpión?” Esta segunda
aplicación deja ver al público que escuchaba las palabras de Jesús y la manera
en que él enseña en forma de diálogo. El pregunta: “Tu tienes hijos, si te pide un pez
¿le das en cambio una culebra?” La
gente responde: “¡No!” –“y
si pide un huevo, ¿le das un escorpión?” -“¡No!” Por medio del diálogo, Jesús implica a las personas en
la comparación y por la respuesta que recibe, las compromete con el mensaje de
la parábola.
● Lucas 11,13: El mensaje: recibir el don del
Espíritu Santo. “Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas
a vuestros hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los
que se lo pidan!” El gran don que Dios
tiene para nosotros es el Espíritu Santo. Cuando fuimos creados, el sopló su
espíritu en nuestras narices y nos volvimos un ser vivo (Gén 2,7). En la
segunda creación, a través de la fe en Jesús, él nos da de nuevo al Espíritu,
el mismo Espíritu que hizo que la Palabra se encarnara en María (Lc 1,35). Con
la ayuda del Espíritu Santo, el proceso de encarnación de la Palabra sigue
hasta la hora de la muerte en la Cruz. Al final, en la hora de la muerte, Jesús
devuelve el Espíritu al Padre: “Entre tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46). Es éste el Espíritu que Jesús
promete como fuente de verdad y de comprensión (Jn 14,14-17; 16,13), y como
ayuda en medio de las persecuciones (Mt 10,20; He 4,31). Este Espíritu no se
compra con dinero en los grandes almacenes. La única manera de obtenerlo es
mediante la oración. Nueve días de oración obtuvieron el don abundante del
Espíritu en día de Pentecostés (He 1,14; 2,1-4).
4) Para la reflexión
personal
● ¿Cómo reaccionas
ante la provocación de la parábola? Una persona que vive en un piso pequeño en
un gran ciudad, ¿cómo respondería? ¿Abriría la puerta?
● Cuando rezas, ¿rezas
con la convicción de que vas a recibir algo?
5) Oración final
Doy gracias al Señor
de todo corazón,
en la reunión de los
justos y en la comunidad.
Grandes son las obras
del Señor,
meditadas por todos los que las aman. (Sal 111,1-2)
Orden de los Carmelitas
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