¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y
meditar el Evangelio, en este sábado de la 25a semana del Tiempo Ordinario,
ciclo C.
Dios nos bendice...
LectioDivina: Lucas 9,43b-45
Lectio
Sábado, 28 septiembre de 2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud
de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos
para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Lucas 9,43b-45
Estando todos maravillados por todas
las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: «Poned en vuestros oídos estas
palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.» Pero
ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado su sentido de modo que
no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos habla del
segundo anuncio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Los discípulos no
entendieron la palabra sobre la cruz, porque no son capaces de entender ni di
aceptar a un Mesías que se hace siervo de los hermanos. Ellos siguen soñando
con un mesías glorioso.
• Lucas 9,43b-44: El contraste.
“Estando todos maravillados por todas las cosas que hacía, dijo a sus
discípulos: “Poned en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a
ser entregado en manos de los hombres.” El contraste es muy grande. Por un lado
la gente vibra y admira todo aquello que Jesús decía y hacía. Jesús parece
corresponder a todo aquello que la gente sueña, crea y espera. Por otro lado,
la afirmación de Jesús que será preso y que será entregado en manos de los
hombres. Es decir, la opinión de las autoridades sobre Jesús es totalmente
contraria a la opinión de la gente.
• Lucas 9,45: El anuncio de la Cruz.
“Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado su sentido de modo
que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto.” Y tenían
miedo a hacer preguntas sobre el asunto”. Los discípulos lo escuchaban, pero no
entendían las palabras sobre la cruz. Pero con todo, no piden aclaraciones.
¡Tienen miedo en dejar aflorar su ignorancia!
• El título de Hijo del Hombre. Este
nombre aparece con gran frecuencia en los evangelios: 12 veces en Juan, 13
veces en Marcos, 28 veces en Lucas, 30 veces en Mateo. En todo, 83 veces en los
cuatro evangelios. A Jesús le gustaba mucho usar este nombre, más que todos los
demás. Este título viene del AT. En el libro de Ezequiel, indica la condición
bien humana del profeta (Ez 3,1.4.10.17; 4,1 etc.). En el libro de Daniel, el
mismo título aparece en una visión apocalíptica (Dan 7,1-28), en la que Daniel
describe los imperios de los Babiloneses, de los Medos, de los Persas y de los
Griegos. En la visión del profeta, estos cuatro imperios tienen la apariencia
de “animales monstruosos” (cf. Dan 7,3-8). Son imperios animalescos, brutales,
deshumanos, que persiguen, deshumanizan y matan (Dan 7,21.25). En la visión del
profeta, después de los reinos anti-humanos, aparece el Reino de Dios que tiene
apariencia no de animal, sino que de figura humana, Hijo de hombre. Es decir,
se trata de un reino con apariencia de gente, reino humano, que promueve la
vida. Humaniza. (Dan 7,13-14). En la profecía de Daniel la figura del Hijo del
Hombre representa, no a un individuo, sino, como el mismo dice, al “pueblo de
los Santos del Altísimo” (Dan 7,27; Cf. Dan 7,18). Es el pueblo que no se deja
deshumanizar ni engañar o manipular por la ideología dominante de los imperios
animalescos. La misión del Hijo del Hombre, esto es, del pueblo de Dios,
consiste en realizar el Reino de Dios como un reino humano. Reino que no persigue
la vida, ¡sino que la promueve! Humaniza a las personas.
Al presentarse a los discípulos como
a Hijo del Hombre, Jesús asume como suya esta misión que es la misión de todo
el Pueblo de Dios. Y es como si les dijera a ellos y a todos nosotros: “¡Vengan
conmigo! Esta misión no es sólo mía, sino que es de todos nosotros. ¡Vamos
juntos a realizar la misión que Dios nos ha entregado, a realizar el Reino
humano y humanizador que él soñó!” Y fue lo que él hizo y vivió durante toda la
vida, sobre todo, en los últimos treinta años. Decía el Papa León Magno: “Jesús
fue tan humano, pero tan humano, como sólo Dios puede ser humano”. Cuando más
humano, tanto más divino. ¡Cuando más “hijo del hombre” tanto más “hijo de
Dios!” Todo aquello que deshumaniza a las personas aleja de Dios. Fue lo que
Jesús condenó, colocando el bien de la persona humana como prioridad encima de
las leyes, encima del sábado (Mc 2,27). En la hora de ser condenado por el
tribunal religioso del sinedrio, Jesús asumió este título. Al preguntarle si
era el “hijo de Dios” (Mc 14,61), responde que es el “hijo del Hombre”: “Yo
soy. Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Todo-Poderoso” (Mc
14,62). Por causa de esta afirmación fue declarado reo de muerte por las
autoridades. El mismo sabía de esto, pues había dicho: “El Hijo del Hombre no ha
venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos”
(Mc 10,45).
4) Para la reflexión
personal
• ¿Cómo combinas en tu vida el
sufrimiento y la fe en Dios?
• En tiempo de Jesús había
contrastes: la gente pensaba y esperaba de una forma, mientras que las
autoridades religiosas pensaban y esperaban de otra forma. Hoy existe ese mismo
contraste.
5) Oración final
Tu palabra, Señor, para siempre,
firme está en los cielos.
Tu verdad dura por todas las edades,
tú asentaste la tierra, que persiste.
(Sal 119,89-90)
Orden de los
Carmelitas
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