¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes
de la 4a semana de Pascua. Celebramos a Nuestra Señora la Virgen de Fátima.
Dios no
bendice...
Lectio Divina: Juan 10,1-10
Lectio
Lunes, 13 May , 2019
Tiempo de Pascua
1) Oración
inicial
Te
pedimos, Señor todopoderoso, que la celebración de las fiestas de Cristo
resucitado aumente en nosotros la alegría de sabernos salvados. Por Jesucristo
nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Juan 10,1-10
«En
verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las
ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el
que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y
las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca
fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le
siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán
de él, porque no conocen la voz de los extraños.» Jesús les dijo esta parábola,
pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
Entonces
Jesús les dijo de nuevo:
«En
verdad, en verdad os digo:
yo
soy la puerta de las ovejas.
Todos
los que han venido antes de mí
son
ladrones y salteadores;
pero
las ovejas no les escucharon.
Yo
soy la puerta;
si
uno entra por mí, estará a salvo;
entrará
y saldrá
y
encontrará pasto.
El
ladrón no viene
más
que a robar, matar y destruir.
Yo
he venido
para
que tengan vida
y
la tengan en abundancia.
3) Reflexión
•
En Jesús tenemos el modelo del verdadero pastor; en él llega a su cumplimiento
la espera del pastor bueno prometido por Dios: el “gran pastor”, más grande que
Moisés (Hb 13, 20).
•
Juan 10,1-6: La puerta del aprisco. En Jn 10,1-10 se dice que Jesús es la
“puerta” por la que se accede hasta las ovejas y por la que éstas sean
conducidas a los pastos (10,7.9-10).
El
tema de las ovejas también se trata en Jn 2,15 y de manera particular en 5,2
donde se indica una puerta de las Ovejas con cinco pórticos a lo largo de los
cuales se tendían los enfermos para ser curados. En este contexto, las ovejas
vienen a indicar al pueblo oprimido por sus dirigentes. En Jn 10,1 Jesús
conecta el tema de las ovejas con el atrio del templo, institución judía
gestionada por hombres poderosos que conculcan el derecho y la justicia y
explotan al pueblo. Estos tales son identificados por Jesús como “ladrones y
bandidos”.
Jesús
inicia su largo discurso de enfrentamiento con los Fariseos, obstinados en su
incredulidad y autosuficiencia (9,40-41), con una afirmación genérica: el modo
más seguro para entrar en contacto con las ovejas es acceder por la puerta del
recinto en el que ellos se encuentran. El que accede de otro modo no lo hace
movido por el amor a las ovejas, sino para explotarlas en beneficio propio. El
pecado de los guías del pueblo era éste: apropiarse de lo que era propiedad de
todos. Jesús califica esta conducta con el término “ladrón”. Esta fue la
acusación que Jesús hizo a los dirigentes del pueblo en su primera visita al
templo (2,13ss) Otro término con el que Jesús califica a los que quitan al
pueblo lo que es suyo es “bandido”. Esta calificación señala a los que además
usan la violencia. Por tanto, los dirigentes del templo obligan al pueblo a
someterse a la violencia de su sistema (7,13; 9,22). El efecto que esto produce
es un estado de muerte (5,3.21.25)
El
pastor entra por la puerta para cuidarse de las ovejas, no para vejarlas. De
hecho, las ovejas reconocen su autoridad (su voz) y lo siguen. Para ellas, la
voz de Jesús contiene un mensaje de liberación, propio del mesías. Su voz,
además, no se dirige a un grupo anónimo de personas, sino que las identifica
personalmente. Para Jesús no existe una multitud anónima de gente, sino que
cada uno tiene un rostro, un nombre, una dignidad.
El
templo (recinto de las ovejas) ha pasado a ser un lugar de tinieblas, marcado
sólo por intereses económicos; el dinero ha sustituido la atención exclusiva a
Dios: el templo ha pasado a ser la casa del comercio (Jn 2,16). Jesús conduce
al pueblo para sacarlo fuera de las tinieblas. No lo hace de manera ficticia
sino real, porque esta es la tarea que el Padre le ha confiado. Los pasos
fundamentales de esta misión son: entrar y llamar. Los que responden a la
llamada a la libertad llegan a ser una nueva comunidad: “los suyos”.
• Juan
10,7-10: Jesús es la nueva puerta. Jesús usa de nuevo el simbolismo de la
puerta en los VV. 7-8, aplicándolo a sí mismo. Él es la nueva puerta, no sólo
en relación con el viejo recinto de Israel representado por los dirigentes del
pueblo, sino también respecto a los que lo siguen. A los primeros les recuerda
su legitimidad de ser él el único acceso a las ovejas, pues es el mesías
dispuesto a dar la vida por las ovejas. Para mantener relación con el rebaño no
se accede a través del dominio y de la prevaricación, sino adoptando la actitud
del que da la vida. Sus palabras son una clara invitación a cambiar de modo de
pensar y de relacionarse. Entrar a través de Jesús supone poner el bien del
hombre como tarea prioritaria y usar todas las energías para conseguirlo. El
que no entra en esta lógica nueva es un opresor. El lector, ciertamente,
encontrará duras y fuertes las palabras que Jesús dirige a sus contemporáneos,
en modo particular a los dirigentes del pueblo que han usado el dominio y la violencia
para explotarlo. Jesús es la nueva puerta con relación a todo hombre. Pero ¿qué
quiere decir para el hombre de hoy entrar por la puerta que es Jesús? Esto
comporta “acercarse a él”, “fiarse de él” (Jn 6, 35), seguirlo y dejarse guiar
por su mensaje (8,31.51); comporta, en definitiva, participar de la entrega de
Jesús para que se realice la verdadera felicidad del hombre.
4) Para la reflexión
personal
•
Jesús es el buen pastor porque te conoce siempre, pero ¿lo reconoces tú a él?
Es el pastor que viene a tu vida como puerta por donde salir y entrar: ¿te
dejas conducir por él cuando te relacionas con los demás?
•
¿Eres tú también, en tu comunidad y en tu familia, una puerta, no para
encerrarte, sino para permanecer abierto a la comunicación fraterna y dejar
pasar el amor y la confianza?
5) Oración final
Envía
tu luz y tu verdad,
ellas
me guiarán,
me
llevarán a tu monte santo,
hasta
entrar en tu Morada. (Sal 43,3)
Orden de los Carmelitas
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