¡Amor y paz!
Los invito,
hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes de la
4a semana de Cuaresma.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan
5,1-16
Lectio
Martes, 2 abril ,
2019
Tiempo de
Cuaresma
1) Oración inicial
Te pedimos, Señor, que
las prácticas santas de esta Cuaresma dispongan el corazón de tus fieles para
celebrar dignamente el misterio pascual y anunciar a todos los hombres la
grandeza de tu salvación. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Juan 5,1-16
Después de esto, hubo
una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén una
piscina Probática que se llama en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos. En
ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación
del agua. Porque el ángel del Señor se lavaba de tiempo en tiempo en la piscina
y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua,
recobraba la salud de cualquier mal que tuviera. Había allí un hombre que
llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que
llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres recobrar la salud?» Le respondió el
enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el
agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo.» Jesús le dice: «Levántate,
toma tu camilla y anda.» Y al instante el hombre recobró la salud, tomó su
camilla y se puso a andar.
Pero era sábado aquel
día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te
está permitido llevar la camilla.» Él les respondió: «El que me ha devuelto la
salud me ha dicho: Toma tu camilla y anda.» Ellos le preguntaron: «¿Quién es el
hombre que te ha dicho: Tómala y anda?» Pero el curado no sabía quién era, pues
Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde
Jesús lo encuentra en el Templo y le dice: «Mira, has recobrado la salud; no
peques más, para que no te suceda algo peor.» El hombre se fue a decir a los
judíos que era Jesús el que le había devuelto la salud. Por eso los judíos
perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
3) Reflexión
• El Evangelio de hoy
describe como Jesús cura a un paralítico que se quedó esperando 38 años para
que alguien le ayudara a llegar al agua de la piscina para curarse. ¡Treinta y
ocho años! Ante esta ausencia total de solidaridad, Jesús, ¿qué hace? No respeta
la ley del sábado curando al paralítico. Hoy, al faltar gente que atiende a las
personas enfermas en los países pobres, mucha gente experimenta esa misma falta
de solidaridad. Viven en abandono total, sin ayuda, sin solidaridad de parte de
nadie.
• Juan 5,1-2: Jesús va
a Jerusalén. En ocasión de una fiesta de los judíos, Jesús va a Jerusalén.
Había allí, cerca del Templo, una piscina con cinco pórticos o pasillos. En
aquel tiempo, el culto en el Templo exigía el uso de mucha agua para los
numerosos animales que se sacrificaban, sobre todo en las grandes fiestas. Por
esto, al lado del Templo, había diversas cisternas con más de un millar de
litros de agua. Y allí cerca, gracias a la abundancia de agua, había un
balneario público, donde los enfermos se aglomeraban a la espera de ayuda o de
curación. La arqueología informa que, en aquel mismo lugar del Templo, había
otro donde los escribas enseñaban la ley a los estudiantes. Por un lado, la
enseñanza de la Ley de Dios. Por otro, el abandono de los pobres. Y el agua
purificaba el Templo, pero no purificaba a la gente.
• Juan 5,3-4: La
situación de los enfermos. Esos enfermos se sentían atraídos por las aguas del
balneario. Decían que un ángel removía las aguas y el primero que bajara
después del movimiento del ángel quedaría curado. Dicho con otras palabras, los
enfermos se sentían atraídos por falsas esperanzas. Pues la curación era sólo
para una sola persona. ¡Como las loterías de hoy! ¡Sólo una persona gana un
premio! La mayoría solamente paga y no gana nada. Y en esta situación de total
abandono, allí en el balneario popular, Jesús encuentra a los enfermos.
• Juan 5,5-9: Jesús
cura en el día de sábado. Bien cerca del lugar donde se enseñaba la observancia
de la Ley de Dios, un paralítico se quedó por 38 años a la espera de alguien
que le ayudara a bajar al agua para que se curara. Este hecho revela la absoluta
falta de solidaridad y de acogida a los excluidos. El número 38 indicaba la
duración de una generación (Dt 2,14). Es toda una generación que no llega a
experimentar ni solidaridad, ni misericordia. La religión de la época no era
capaz de revelar el rostro acogedor y misericordioso de Dios. Ante esta
situación dramática, Jesús no observa la ley del sábado y se ocupa del
paralítico diciendo: "¡Toma tu camilla y anda!" El hombre agarra su
camilla y se va, y Jesús desaparece en medio de la multitud.
• Juan 5,10-13:
Discusión del hombre curado con los judíos. Llegan inmediatamente algunos
judíos y critican al hombre por cargar con su camilla en el día de sábado. El
hombre no sabe responder a la pregunta de quién le ha curado. No conocía a
Jesús. Esto significa que Jesús, al pasar por ese lugar de pobres y enfermos,
vio a aquel hombre, percibió la situación dramática en la que se encontraba y,
sin más, lo cura. No lo cura para que el hombre se convierta, ni para que crea
en Dios. Lo hace, para ayudarle. Quería que el hombre pudiera experimentar un
poco de amor y de solidaridad mediante su ayuda y su afecto.
• Juan 5,14-16: El
reencuentro con Jesús. Al ir al Templo en medio de la multitud, Jesús encuentra
a la misma persona y le dice: "¡Mira, has recobrado la salud! ¡No peques
más para que no te suceda algo peor!" En aquel tiempo, la gente decía: "¡La
enfermedad es el castigo de Dios! Si tiene parálisis, es señal de que Dios no
está a bien contigo." Jesús no concordaba con este modo de pensar. Al
curar al hombre, estaba diciendo lo contrario: “Tu enfermedad no es un castigo
de Dios. Dios está contigo." Una vez curado, el hombre debe tratar de no
pecar más, para que no le suceda algo peor. Pero ingenuamente, el hombre va a
decir a los judíos que Jesús era quien le había curado. Los judíos empiezan a
perseguir a Jesús porque hace cosas en el día de sábado. En el Evangelio de
mañana veremos cómo sigue.
4) Para la reflexión personal
• ¿Has tenido una
experiencia semejante a la del paralítico, quedándote un tiempo sin ayuda?
¿Cómo es la situación de asistencia a los enfermos en el lugar donde tú vives?
¿Hay señales de solidaridad?
• ¿Qué nos enseña esto
a nosotros?
5) Oración final
Dios es nuestro
refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en
el peligro.
Por eso no tememos
aunque tiemble la tierra,
y los montes se
desplomen en el mar. (Sal 45)
Orden
de los Carmelitas
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