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¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este martes de la 2ª
semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MARCOS
2,23-28
Lectio:
Martes, 22 enero, 2019
Tiempo ordinario
1) Oración
inicial
Dios todopoderoso, que
gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu
pueblo, y haz que los días de nuestra vida se fundamenten en tu paz. Por
nuestro Señor. Amen.
2) Lectura
Del santo Evangelio según
Marcos 2,23-28
Y sucedió que un sábado
cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino
arrancando espigas. Decíanle los fariseos: «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo
que no es lícito?» Él les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando
tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, cómo entró en
la Casa de Dios, en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, y comió los panes de la
presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que
estaban con él?» Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no
el hombre para el sábado. De suerte que el Hijo del hombre también es señor del
sábado.»
3) Reflexión
• La ley existe para el
bien de las personas. En el día de sábado, los discípulos pasan por las
plantaciones y se abren camino arrancando espigas. En Mateo 12,1 se dice que
tenían hambre. Invocando la Biblia, los fariseos critican la actitud de los
discípulos. Sería una trasgresión de la Ley del Sábado (cf. Ex 20,8-11). Jesús
responde invocando la misma Biblia para mostrar que los argumentos de los demás
no tienen fundamento. Recuerda que el mismo David hizo algo prohibido, ya que
sacó los panes consagrados del templo y los dio de comer a los soldados que
tenían hambre (1 Sam 21,2-7). Y Jesús termina con dos frases importantes:
(a) El sábado ha sido
hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado
(b) ¡El Hijo del Hombre es
dueño del sábado!
• El sábado es para el ser humano, y no el ser humano para el sábado. Durante más de quinientos años, desde el tiempo del cautiverio en Babilonia hasta la época de Jesús, los judíos habían observado la ley del sábado. Esta observancia secular se volvió para ellos en una fuerte señal de identidad. El sábado era rigurosamente observado. En la época de los Macabeos, hacia la mitad del siglo II antes de Cristo, esta rígida observancia llegó a un punto crítico. Atacados por los griegos en día de sábado, los rebeldes Macabeos preferían dejarse matar y no transgredir el sábado usando las armas para defender su vida. Por esto, murieron mil personas (1Mac 2,32-38). Reflexionando sobre esta masacre, los líderes macabeos concluyeron que debían resistir y defender su vida, aunque fuera sábado (1Mac 2,39-41). Jesús tuvo la misma actitud: relativizar la ley del sábado a favor de la vida, pues la ley existe para el bien de la vida humana, y no ¡el contrario!
• ¡El Hijo del Hombre es
dueño del sábado! La nueva experiencia de Dios como Padre/Madre hace que Jesús,
el Hijo del Hombre, diera una llave para descubrir la intención de Dios que
está en el origen de las leyes del Antiguo Testamento. Por esto, el Hijo del
Hombre, es dueño hasta del sábado. Al convivir con el pueblo de Galilea,
durante treinta años y sintiendo en su piel la opresión y la exclusión a que
tantos hermanos y hermanas estaban condenados en nombre de la Ley de Dios,
Jesús percibió que esto no podía ser el sentido de aquellas leyes. Si Dios es
el Padre, entonces acoge a todos como hijos e hijas. Si Dios es Padre, entonces
tenemos que ser hermanos y hermanas unos de otros. Fue lo que Jesús vivió y
rezó, desde el comienzo hasta el fin. La Ley del Sábado debe estar al servicio
de la vida y de la fraternidad. Fue por su fidelidad a este mensaje que Jesús
fue preso y condenado a muerte. El incomodó el sistema, y el sistema se
defendió, usando la fuerza contra Jesús, pues Él quería la ley al servicio de
la vida, y no lo contrario.
• Jesús y la Biblia. Los
fariseos criticaban a Jesús en nombre de la Biblia. Jesús responde y critica a
los fariseos usando la Biblia. El conocía la Biblia de memoria. En aquel
tiempo, no había Biblias impresas como tenemos hoy en día. En cada comunidad
había sólo una Biblia, escrita a mano, que quedaba en la sinagoga. Si Jesús
conocía tan bien la Biblia, era señal de que, durante aquellos 30 años de su
vida en Nazaret, había participado intensamente en la vida de la comunidad,
donde el sábado se leían las Escrituras. ¡Nos falta mucho para que tengamos la
misma familiaridad con la Biblia y la misma participación en la comunidad!
4) Para la reflexión
personal
• El sábado es para el ser humano, y no viceversa. ¿Cuáles son los puntos de mi vida que he de cambiar?
• Aún sin tener la Biblia
en casa, Jesús la conocía de memoria. ¿Y yo?
5) Oración final
Doy gracias al Señor de
todo corazón,
en la reunión de los justos y en la comunidad.
Grandes son las obras del Señor,
meditadas por todos que las aman. (Sal 111,1-2)
en la reunión de los justos y en la comunidad.
Grandes son las obras del Señor,
meditadas por todos que las aman. (Sal 111,1-2)
Orden de los Carmelitas
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