¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este II Domingo de
Adviento, ciclo C.
Dios nos bendice....
LECTIO DIVINA: 2º
DOMINGO DE ADVIENTO (C)
Lectio:
Domingo, 9 diciembre, 2018
La predicación de Juan
Bautista
Prepararse para la visita de Dios
Prepararse para la visita de Dios
Lucas 3,1-6
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Clave de lectura:
El texto del Evangelio de
esta segunda semana de Adviento, nos presenta a Juan Bautista, profeta, que
aparece en el desierto para preparar los caminos del Señor. La gente, desde
hacía siglos, vivía en una espera de la venida del Mesías, pero el dominio cada
vez más opresor de la ocupación romana había hecho aumentar el deseo de la
venida del Liberador, del Salvador. La aparición de Juan en el desierto era
señal del hecho de que Dios estaba de nuevo visitando a su pueblo. ¡La
redención estaba cerca!
Lucas se preocupa de colocar la aparición de Juan en el contexto político social y en el contexto religioso de la época. En el contexto político social, Tiberio es el emperador, Pilatos es el gobernador de Judea, Herodes gobierna la Galilea, Anás y Caifás son los sumos sacerdotes. Después, por medio de un texto bíblico, Lucas coloca a Juan en el contexto religioso del proyecto de Dios y dice que él ha venido para preparar la realización de las esperanzas seculares de la venida del Mesías.
b) Una
división del texto para ayudarnos en su lectura:
Lucas: 3,1-2: Colocación
de la acción de Juan en el tiempo y en el espacio
Lucas: 3,3: Resumen de la actividad política de Juan
Lucas 3,4-6: Iluminación bíblica de la actividad de Juan
Lucas: 3,3: Resumen de la actividad política de Juan
Lucas 3,4-6: Iluminación bíblica de la actividad de Juan
c) Texto:
1 En el año quince del imperio de Tiberio
César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes tetrarca de Galilea;
Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de
Abilene; 2 en el pontificado de Anás y Caifás, fue
dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. 3 Y
se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión
para perdón de los pecados, 4 como está escrito en el
libro de los oráculos del profeta Isaías:
Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas;
5 todo barranco será rellenado,
todo monte y colina será rebajado,
lo tortuoso se hará recto
y las asperezas serán caminos llanos.
6 Y todos verán la salvación de Dios.
Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas;
5 todo barranco será rellenado,
todo monte y colina será rebajado,
lo tortuoso se hará recto
y las asperezas serán caminos llanos.
6 Y todos verán la salvación de Dios.
3. Un momento de
silencio orante
para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la
meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto de
este texto que más te ha gustado o que ha llamado más tu atención? ¿Por qué
b) ¿En qué lugar y
en qué época aparece Juan?
c) ¿Cuál es el significado
de la iluminación bíblica para entender las actividades de Juan?
d) Desierto, camino,
senderos, barranco, montes, colina, pasos tortuosos, lugares ásperos: ¿Cuál es
el significado de estas imágenes para entender mejor la actividad de Jesús?
e) ¿Cuál es el mensaje de
este texto para nosotros hoy?
5. Para aquellos
que quisieran profundizar más en el tema
a) Contexto de ayer y
de hoy:
* Lucas coloca la
actividad de Juan Bautista en el año 15 del gobierno de Tiberio, emperador de
Roma. Tiberio fue emperador del 14 al 37 después de Cristo. En el año 63 antes
de Cristo, el imperio romano había invadido a Palestina, imponiendo al pueblo
una dura esclavitud. Las revueltas populares se sucedían, una tras otra, sobre
todo en Galilea, pero fueron duramente reprimidas por las legiones romanas. Del
año 4 antes de Cristo hasta el 6 después de Cristo, esto es, durante el
gobierno de Archelao, la violencia se hizo sentir en toda la Judea. Este hecho
empuja a José y María a regresar a Nazaret en Galilea y no hacia Belén en la
Judea (Mt 2,22). En el año 6, Archelao fue depuesto y la Judea se convirtió en
Provincia Romana con el Procurador nombrado directamente del emperador de Roma.
Pilatos fue uno de estos procuradores. Gobernó desde el año 25 al 36. Este
cambio de régimen político trajo una cierta calma, pero revueltas esporádicas,
como la de Barrabás (Mc 15,7) y la subsiguiente represión romana (Lc 13,1),
recordaban la extrema gravedad de la situación. Bastaba que alguno atizase la
brasa para hacer saltar el incendio de la revuelta. La calma era apenas una
tregua, una ocasión ofrecida por la historia, por Dios, para que el pueblo
pudiese hacer una revisión del camino emprendido (cf. Lc 13,3.5) y, así, evitar
la destrucción total. Y Roma era cruel. En caso de revuelta, terminaría con el
Templo y con la Nación (Jn 11,48; cf. Lc 13,34-35; 19,41-44).
* Es en este contexto en
el que, hacia el año 28 después de Cristo, Juan Bautista aparece como profeta
en el desierto. Lucas habla de la gran expectativa que se creó entre la gente
en torno a la predicación de Juan Bautista, que anunciaba un bautismo de
conversión para el perdón de los pecados. También hoy existe una gran
expectativa de conversión y reconciliación con Dios que se manifiesta de muchas
maneras: la búsqueda de un significado que dar a la vida, búsqueda de
espiritualidad, el movimiento internacional del Foro Social Mundial “Otro mundo
es posible” y tantos otros movimientos religiosos. Sociólogos y políticos a la
búsqueda de un mundo más humano que revelan el deseo de conversión o
reconciliación con Dios. El adviento es un tiempo apropiado para renovar este
deseo de cambio en nosotros, de conversión de acercamiento a Dios.
b)
Comentario del texto:
Lucas 3,1-2: Recordando
a los antiguos profetas
El modo en el que Lucas
introduce la predicación de Juan es muy semejante al comienzo de los libros de
los antiguos profetas. Ellos solían señalar los nombres de los reyes, en cuyo
gobierno el profeta desarrollaba su actividad. Véase por ejemplo Isaías (Is 1,1),
Jeremías (Jer 1,1-3), Oseas (Os 1,1), Amós (Am 1,1) y otros . Lucas hace la
misma cosa para decir que, casi 500 años sin tener un profeta, aparece de nuevo
un profeta que se llama Juan, hijo de Zacarías y de Isabel. Lucas se preocupa
de colocar los hechos en el tiempo y en el espacio. Presenta los nombres de los
gobernantes y describe los lugares donde Juan se movía. La historia de la
salvación, de hecho, no es una historia diversa de la historia humana y de
nuestra historia personal.
Esta preocupación de Lucas
suscita una curiosidad. Hoy día, cuando una persona se ordena de sacerdote o
emite la profesión perpetua se acostumbra a imprimir una estampa de recuerdo en
la que se indica la fecha y el lugar de la ordenación o de la profesión y se
añade una frase significativa de la Biblia o de un santo para expresar el
significado de la ordenación o de la profesión para su vida. Pero no se ve
nunca una pequeña estampa, por ejemplo, diciendo: “ En el quinto año de Bush,
presidente de los Estados Unidos: siendo Blair el presidente del Consejo del
Reino Unido; Prodi el presidente de Italia, Zapatero presidente del gobierno de
España; siendo Joseph Ratzinger Papa con el nombre de Benedicto XVI, recibió la
ordenación sacerdotal para anunciar la Buena Nueva a los pobres, para abrir los
ojos a los ciegos, para liberar a los oprimidos y anunciar un año de gracia por
parte del Señor!”. ¿Por qué Lucas prefiere colocar los datos de la historia de
la salvación en el conjunto de la historia de la humanidad?
Lucas 3,3: Arrepentimiento
y perdón
Juan recorre la región del
Jordán predicando un bautismo de penitencia para obtener el perdón de los
pecados. Arrepentimiento (en griego metanoia) significa
cambio, no sólo de la conducta moral, sino también y sobre todo de la
mentalidad. ¡Cambio en el modo de pensar! La gente debía tomar conciencia del
hecho de que su modo de pensar, bañado por el “fermento de los fariseos y de
Herodes” (Mc 8,15), o sea por la propaganda del gobierno y de la religión
oficial, era un error y se debía cambiar. El perdón lleva
consigo la reconciliación con Dios y con el prójimo. De este modo, Juan
anunciaba un nuevo modo en el que el pueblo se ponía en relación con Dios.
Reconciliación será también el marco de la predicación de Jesús: reconciliarse
hasta “setenta veces siete” (Mt 18,22).
Lucas 3,4-6: Define
la misión de Juan
Lucas cita el siguiente
texto de Isaías para ayudar a los lectores a captar mejor el sentido de la
predicación de Juan: “Una voz grita: «Preparad el camino al Señor en el
desierto, enderezad en la estepa una calzada para nuestro Dios. Que se alcen
todos los valles y se rebajen todos los montes y collados; que se allanen las
cuestas y se nivelen los declives. Y todos verán la salvación de Dios”. (Is
40,3-5) . En este texto, Isaías anunciaba el regreso del pueblo del destierro
hacia la Palestina y lo describía como si fuese un nuevo Éxodo. Era como si la
gente, retornando de la esclavitud de Babilonia, saliese de Egipto y entrase de
nuevo en el desierto. Para Lucas, Jesús comienza un nuevo éxodo que estaba
preparado por la predicación de Juan en el desierto. Los evangelios de Mateo
(Mt 3,3) y de Marcos (Mc 1,3) citan ellos también la misma frase de Isaías,
pero citan sólo el principio (Is 40,3). Lucas lo cita enteramente, hasta donde
dice: “Y todos verán la salvación de Dios” (Is 40,5). La expresión todos,
todo hombre, significa todo ser humano. Esta pequeña diferencia
indica la preocupación de Lucas por mostrar a las comunidades que la apertura a
los paganos ¡era ya prevista por los profetas! Jesús no sólo ha venido por los
judíos, sino para que “todo ser humano” pudiese ver la salvación de Dios. Lucas
escribe su evangelio para las comunidades de la Grecia, que, en su mayoría,
eran paganos convertidos.
c) Ampliando
conocimientos:
Juan, el profeta – Desde el siglo VI antes de Cristo la
profecía había cesado. “Ya no existen profetas”, se decía (Sl 74,9). La gente
vivía con la esperanza de la llegada del profeta prometido por Moisés (Dt
18,15; 1 Mac 4,46; 14,41). Esta larga espera terminó con la venida de Juan (Lc
16,16). Juan era considerado por el pueblo, no como un rebelde del tipo de
Barrabás, ni como un escriba o fariseo, sino como un profeta esperado por todos
(Lc 1,76) Muchos pensaban que él fuese el Mesías. Hasta en la época de Lucas,
en los años 80, había personas y sobre todo judíos que consideraban a Juan como
el Mesías (Act 19,1-6).
Juan llega y anuncia:
“¡Convertíos, porque el Reino de los cielos está cerca!” Mt 3,2). Fue
encarcelado por su valor en denunciar los errores tanto del pueblo como de los
hombres de gobierno (Lc 3,19-20). Jesús al oír que Juan estaba en la cárcel,
vuelve a Galilea y anuncia las mismas cosas anunciadas por Juan: “El tiempo se
ha cumplido y el Reino de Dios está cerca, convertíos y creed al evangelio” (Mc
1,15). Jesús continúa la predicación de Juan y va más allá. En Juan termina el
Viejo Testamento, en Jesús empieza el Nuevo. Jesús llega a decir: “ Yo os digo,
entre los nacidos de mujer, no hay ninguno más grande que Juan; pero el más
pequeño en el Reino de Dios es más grande que él.” (Lc 7,28).
El contenido de la
predicación de Juan (Lc
3,7-18) – Juan atrae muchedumbres predicando un bautismo de cambio y perdón de
los pecados. Señal de que la gente quería cambiar y deseaba relacionarse con
Dios de un modo nuevo. Juan denunciaba los errores y atacaba privilegios. Decía
que el hecho de ser hijo de Abrahán no ofrecía ninguna garantía ni ventaja
delante de Dios. Para Dios la piedra y el hijo de Abrahán es la misma cosa: “¡
Porque yo os digo que Dios puede hacer nacer hijos de Abrahán de estas
piedras!” (Lc 3,8). Lo que da valor a la persona delante de Dios no es el
privilegio de ser hijo de Abrahán, sino la práctica que produce buenos frutos.
Lucas señala tres
categorías de personas que van a pedir a Juan: “¿Qué debemos hacer?”: el pueblo
(Lc 3,10), los publicanos (3,12) y los soldados (Lc 3,14). La repuesta para el
pueblo es sencilla: “¡Quien tenga dos túnicas, dé una a quien no tiene; y el
que tenga para comer, haga otro tanto!” (Lc 3,11). Respuesta clara: Compartir los
bienes es la condición para recibir la visita de Dios y pasar del Viejo al
Nuevo Testamento. En la respuesta para los publicanos (Lc 3,13) y a los
soldados (Lc 3,14) Juan pide la misma cosa pero aplicada a su categoría. Los
publicanos no pueden exigir más de lo permitido. El abuso por parte de los
publicanos era la plaga de la sociedad de aquella época. Los soldados no pueden
hacer extorsión a nadie o denunciar falsamente, deben contentarse con el
salario.
Cuando Lucas escribe,
hacia los años ochenta, todavía había mucha gente que pensaba que Juan fuese el
Mesías (cf. Act 19,3; 13,15). Lucas cita las mismas palabras de Juan para
ayudar a los lectores a colocar la persona de Juan en el conjunto de la
historia de la Salvación. Juan reconoce que Jesús es el más fuerte. La
diferencia entre Jesús y Juan está en el don del Espíritu que será dado a
través de Jesús. Lucas muestra que la idea que Juan tenía del Mesías no era
completa: Para Juan, el Mesías sería un juez severo, listo para comenzar un
juicio, una condena (Lc 3,17). Quizás por esto Juan, más tarde, tuvo problemas
en reconocer a Jesús como el Mesías (Lc 7,18-28), porque Jesús no se comportaba
como un juez severo que condenaba. Antes bien, llegó a decir: “Yo no condeno a
ninguno” (Jn 8,15); 12,47). En vez del juicio y condena, mostraba ternura,
acogida hacia los pecadores y comía con ellos.
6. Orar con el Salmo 15
(14)
Señor ¿quién puede
entrar en tu santuario?
Señor, ¿quién vivirá en tu
tienda?,
¿quién habitará en tu monte santo?
¿quién habitará en tu monte santo?
El de conducta íntegra
que actúa con rectitud,
que es sincero cuando piensa
y no calumnia con su lengua;
que no daña a conocidos
ni agravia a su vecino;
que mira con desprecio al réprobo
y honra a los que temen al Señor;
que jura en su perjuicio y no retracta;
que no presta a usura su dinero
ni acepta soborno contra el inocente.
Quien obra así jamás vacilará.
que actúa con rectitud,
que es sincero cuando piensa
y no calumnia con su lengua;
que no daña a conocidos
ni agravia a su vecino;
que mira con desprecio al réprobo
y honra a los que temen al Señor;
que jura en su perjuicio y no retracta;
que no presta a usura su dinero
ni acepta soborno contra el inocente.
Quien obra así jamás vacilará.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos
gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que
tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo
que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos
no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los
siglos. Amén.
Orden de los Carmelitas
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