¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la
25ª semana del tiempo ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
9,18-22
Lectio:
Viernes, 28 septiembre,
2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has puesto
la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus
mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
9,18-22
Estando una vez orando a
solas, en compañía de los discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que
soy yo?» Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías;
otros, que un profeta de los antiguos ha resucitado.» Les dijo: «Y vosotros, ¿quién
decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» Pero les mandó
enérgicamente que no dijeran esto a nadie.
Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.»
Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
retoma el mismo asunto del evangelio de ayer: la opinión de la gente sobre
Jesús. Ayer, era a partir de Herodes. Hoy es el mismo Jesús quien pregunta qué
dice la opinión pública, y los apóstoles responden dando la misma opinión que
ayer. En seguida viene el primer anuncio de la pasión, de la muerte y de la
resurrección de Jesús.
• Lucas 9,18: La pregunta
de Jesús después de la oración. “Estando una vez orando a solas, en compañía de
los discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?” . En el
evangelio de Lucas, en varias oportunidades importantes y decisivas Jesús
aparece rezando: en el bautismo, cuando asume su misión (Lc 3,21); en los 40
días en el desierto, cuando vence las tentaciones del diablo con la luz de la
Palabra de Dios (Lc 4,1-13); por la noche, antes de escoger a los doce
apóstoles (Lc 6,12); en la transfiguración, cuando con Moisés y Elías conversa
sobre la pasión en Jerusalén (Lc 9,29); en el huerto, cuando se enfrenta a la
agonía (Lc 22,39-46); en la cruz, cuando pide perdón por el soldado (Lc 23,34)
y entrega el espíritu a Dios (Lc 23,46).
• Lucas 9,19: La opinión
de la gente sobre Jesús. “Ellos respondieron: "Unos, que Juan el Bautista;
otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos ha resucitado." Al
igual que Herodes, muchos pensaban que Juan Bautista hubiera resucitado en
Jesús. Era creencia común que el profeta Elías tenía que volver (Mt 17,10-13;
Mc 9,11-12; Mt 3,23-24; Ec 48,10). Y todos alimentaban la esperanza de la
venida del profeta prometido por Moisés (Dt 18,15). Respuestas insuficientes.
• Lucas 9,20: La pregunta
de Jesús a los discípulos. Después de oír las opiniones de los demás, Jesús
pregunta: “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?”. Pedro respondió: “¡El Mesías
de Dios!” Pedro reconoce que Jesús es aquel que la gente está esperando y que
viene a realizar las promesas. Lucas omite la reacción de Pedro tentando de
disuadir a Jesús a que siguiera por el camino de la cruz y omite también la
dura crítica de Jesús a Pedro (Mc 8,32-33; Mt 16,22-23).
• Lucas 9,21: La
prohibición de revelar que Jesús es el Mesías de Dios. “Pero les mandó
enérgicamente que no dijeran esto a nadie”. Les está prohibido el que revelen a
la gente que Jesús es el Mesías de Dios. ¿Por qué Jesús lo prohibió? Es que, en
aquel tiempo, como ya vimos, todos esperaban la venida del Mesías, pero cada
uno a su manera: unos como rey, otros como sacerdote, otros como doctor,
guerrero, juez, o ¡profeta! Nadie parecía estar esperando al mesías siervo,
anunciado por Isaías (Is 42,1-9). Quien insiste en mantener la idea de Pedro,
esto es, del Mesías glorioso sin la cruz, no va a entender nada y nunca llegará
a tomar la actitud del verdadero discípulo. Continuará ciego, como Pedro,
cambiando a la gente por un árbol (cf. Mc 8,24). Pues sin la cruz es imposible
entender quién es Jesús y qué significa seguir a Jesús. Por esto, Jesús insiste
de nuevo en la Cruz y hace el segundo anuncio de su pasión, muerte y
resurrección.
• Lucas 9,22: El segundo
anuncio de la pasión. Y Jesús añadió: "El Hijo del hombre debe sufrir
mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas,
ser matado y resucitar al tercer día.” La comprensión plena del seguimiento de
Jesús no se obtiene por la instrucción teórica, sino por el compromiso
práctico, caminando con él por el camino del servicio, desde Galilea hasta
Jerusalén. El camino del seguimiento es el camino de la entrega, del abandono,
del servicio, de la disponibilidad, de la aceptación del conflicto, sabiendo
que habrá resurrección. La cruz no es un accidente de camino, sino que forma
parte del camino. ¡Pues en un mundo organizado desde el egoísmo, el amor y el
servicio sólo pueden existir crucificados! Quien hace de su vida un servicio a
los demás, incomoda a los que viven agarrados a los privilegios, y sufre.
4) Para la reflexión
personal
• Creemos todos en Jesús.
Pero algunos entienden a Jesús de una manera y otros de otra. Hoy ¿cuál es el
Jesús más común en la manera de pensar de la gente?
• La propaganda ¿cómo
interfiere en mi modo de ver a Jesús? ¿Qué hago para no dejarme embaucar por la
propaganda? ¿Qué nos impide hoy reconocer y asumir el proyecto de Jesús?
5) Oración final
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la batalla.
Es mi aliado y mi baluarte,
mi alcázar y libertador,
el escudo que me cobija. (Sal 144,1-2)
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la batalla.
Es mi aliado y mi baluarte,
mi alcázar y libertador,
el escudo que me cobija. (Sal 144,1-2)
Orden de los Carmelitas
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