¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este miércoles de
la 25ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
9,1-6
Lectio:
Miércoles, 26 septiembre,
2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has puesto
la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus
mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
9,1-6
Convocando a los Doce, les
dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y
los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada
para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas
cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de
allí. Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de
vuestros pies en testimonio contra ellos.» Partieron, pues, y recorrieron los
pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos
trae la descripción de la misión que los Doce recibieron de Jesús. Más
adelante, Lucas habla de la misión de los setenta y dos discípulos (Lc
10,1-12). Los dos se completan y revelan la misión de la iglesia.
• Lucas 9,1-2: Envío de
los doce para la misión. “Les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y
para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar”.
Llamando a los doce, Jesús intensifica el anuncio de la Buena Nueva. El
objetivo de la misión es simple y claro: reciben el poder y la autoridad para
expulsar a los demonios, para curar las dolencias y para anunciar el Reino de
Dios. Así como la gente quedaba admirada ante la autoridad de Jesús sobre los
espíritus impuros y ante su manera de anunciar la Buena Nueva (Lc 4,32.36), lo
mismo deberá acontecer con la predicación de los doce apóstoles.
• Lucas 9,3-5: Las
instrucciones para la Misión. Jesús los envió con las siguientes recomendaciones:
no pueden llevar nada “ni bastón, ni alforja, ni dinero, ni dos túnicas”. No
pueden andar de casa en casa, sino que “Cuando entréis en una casa, quedaos en
ella hasta que os marchéis de allí.” En caso de que no os reciban “sacudid el
polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos”. Como veremos, estas
recomendaciones extrañas para nosotros, tienen un significado muy importante.
• Lucas 9,6: La ejecución
de la misión. Y ellos se fueron. Es el comienzo de una nueva etapa. Ahora ya no
es sólo Jesús, sino es todo el grupo que va a anunciar la Buena Nueva de Dios a
la gente. Si la predicación de Jesús ya causaba conflictos, cuánto más ahora,
con la predicación de todo el grupo.
• Los cuatro puntos
básicos de la misión. En el tiempo de Jesús, había diversos movimientos de
renovación: esenios, fariseos, zelotes. Ellos también buscaban una nueva manera
de convivir en comunidad y tenían a sus misioneros (cf. Mt 23,15). Pero éstos,
cuando iban en misión, iban prevenidos. Llevaban alforja y dinero para cuidar de
su propia comida. Pues no confiaban en la comida de la gente que no siempre era
ritualmente “pura”. Al contrario de los otros misioneros, los discípulos y las
discípulas de Jesús recibieron recomendaciones diferentes que nos ayudan a
entender los puntos fundamentales de la misión de anunciar la Buena Nueva:
a) Deben ir sin nada (Lc
9,3; 10,4). Esto significa que Jesús obliga a confiar en la hospitalidad. Pues,
quien va sin nada, va porque confía en la gente y piensa que va a ser recibido.
Con esta actitud, critican las leyes de la exclusión, enseñadas por la religión
oficial, y por la nueva práctica, mostraron que tenían otros criterios de
comunidad.
b) Deben quedarse
hospedados en la primera casa hasta retirarse del lugar (Lc 9,4; 10,7). Esto
es, deben convivir de forma estable y no andar de casa en casa. Deben trabajar
como todo el mundo y vivir de lo que reciben a cambio, “pues el obrero merece
su salario” (Lc 10,7). Con otras palabras, tienen que participar de la vida y
del trabajo de la gente, y la gente los acogerá en su comunidad y compartirá
con ellos casa y comida. Esto significa que deben confiar en el compartir. Esto
explica también la severidad de la crítica contra los que no aceptan el
mensaje: sacudirse el polvo de los pies, como pretexto contra ellos (Lc
10,10-12), pues no rechazan algo nuevo, sino que su propio pasado.
c) Tienen que curar a los
enfermos y expulsar los demonios (Lc 9,1; 10,9; Mt 10,8). Esto es, deben
ejercer la función de “defensor” (goêl) y acoger para dentro del clan, dentro
de la comunidad, a los excluidos. Con esta actitud critican la situación de
desintegración de la vida comunitaria del clan y apuntan hacia salidas
concretas. La expulsión de demonios es señal de que el Reino de Dios ha llegado
(Lc 11,20).
d) Tienen que comer lo que
el pueblo les da (Lc 10,8). No pueden vivir separados con su propia comida,
sino que han de aceptar la comunión de mesa. Esto significa que, en contacto
con la gente, no deben tener miedo a perder la pureza como era enseñada en la
época. Con esta actitud critican las leyes de la pureza en vigor y muestran,
por medio de la nueva práctica, que poseen otro acceso a la pureza, esto es, a
la intimidad con Dios.
Estos eran los cuatro puntos básicos de la vida comunitaria que debían marcar la actitud de los misioneros o de las misioneras que anunciaban la Buena Nueva de Dios en nombre de Jesús: hospitalidad, compartir, comunión de mesa, y acogida a los excluidos (defensor, goêl). Si estas cuatro exigencias se cumplen, entonces pueden y deben gritar a los cuatro vientos: “¡El Reino ha llegado!” (cf. Lc 10,1-12; 9,1-6; Mc 6,7-13; Mt 10,6-16). Pues el Reino de Dios que Jesús nos ha revelado no es una doctrina, ni un catecismo, ni una ley. El Reino de Dios acontece y se hace presente cuando las personas, motivadas por su fe en Jesús, deciden convivir en comunidad para así testimoniar y revelar a todos que Dios es Padre y Madre y que, por consiguiente, nosotros, los seres humanos, somos hermanos y hermanas unos de otros. Jesús quería que la comunidad local fuera de nueva una expresión de la Alianza, del Reino, del amor de Dios como Padre, que nos hace a todos hermanos y hermanas.
4) Para la reflexión
personal
• La participación en la
comunidad ¿te ha ayudado a acoger y a confiar más en las personas, sobre todo
en los más sencillos y en los pobres?
• ¿Cuál es el punto de la
misión de los apóstoles que tiene más importancia para nosotros hoy? ¿Por qué?
5) Oración final
Mi porción es el Señor.
He decidido guardar tus palabras.
Busco con anhelo tu favor,
tenme piedad por tu promesa. (Sal 119,57-58)
He decidido guardar tus palabras.
Busco con anhelo tu favor,
tenme piedad por tu promesa. (Sal 119,57-58)
Orden de los Carmelitas
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