¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en esta fiesta de la
Transfiguración del Señor.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA:
TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR
Lectio:
Lunes, 6 agosto, 2018
Marcos 9:2-10
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Clave de lectura:
En esta solemnidad, la
Iglesia medita sobre la Transfiguración de Jesús delante de tres de sus
discípulos que con Él subieron a la montaña. La Transfiguración acontece
después del primer anuncio de la Muerte de Jesús (Lc 9,21-22). Este anuncio
había dejado confundidos a los dos discípulos y sobre todo a Pedro. Observemos
de cerca, en sus mínimos detalles, el texto que nos describe la transfiguración
de modo que nos demos cuenta cómo esta experiencia diversa de Jesús ha podido
ayudar a los discípulos a vencer y superar la crisis en la que se hallaban. En
el curso de la lectura tratemos de estar atentos a cuanto sigue:¿Cómo sucede la
transfiguración y cuál es la reacción de los discípulos ante esta experiencia?
b) Una división del texto
para ayudarnos en su lectura:
Marcos 9,2-4: La
Transfiguración de Jesús delante sus discípulos
Marcos 9,5-6: La reacción de Pedro ante la transfiguración
Marcos 9,7-8: La palabra del cielo que explica el sentido de la Transfiguración
Marcos 9,9-10: Mantener el secreto de lo que vieron
Marcos 9,5-6: La reacción de Pedro ante la transfiguración
Marcos 9,7-8: La palabra del cielo que explica el sentido de la Transfiguración
Marcos 9,9-10: Mantener el secreto de lo que vieron
c) Texto:
2 Seis días después, toma Jesús consigo a
Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y
se transfiguró delante de ellos, 3 y sus vestidos se
volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra
sería capaz de blanquearlos de ese modo. 4 Se les
aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. 5 Toma
la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer
tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»; 6 -pues
no sabía qué responder ya que estaban atemorizados-. 7 Entonces
se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube:
«Este es mi Hijo amado, escuchadle.» 8 Y de pronto,
mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. 10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. 10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»
3. Un momento de
silencio orante
para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la
meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto de
este texto que te ha gustado más y que ha llamado más tu atención?
b) ¿Cómo sucede la transfiguración y cuál es la reacción de los discípulos ante esta experiencia?
c) ¿Por qué el texto presenta a Jesús con vestidos resplandecientes mientras habla con Moisés y con Elías? ¿Qué significan para Jesús Moisés y Elías? ¿Y qué significan para los discípulos?
d) ¿Cuál es el mensaje de la voz del cielo para Jesús? ¿Y cuál es el mensaje para los discípulos?
e) ¿Cómo transfigurar hoy, la vida personal y familiar, y la vida comunitaria en nuestro barrio?
b) ¿Cómo sucede la transfiguración y cuál es la reacción de los discípulos ante esta experiencia?
c) ¿Por qué el texto presenta a Jesús con vestidos resplandecientes mientras habla con Moisés y con Elías? ¿Qué significan para Jesús Moisés y Elías? ¿Y qué significan para los discípulos?
d) ¿Cuál es el mensaje de la voz del cielo para Jesús? ¿Y cuál es el mensaje para los discípulos?
e) ¿Cómo transfigurar hoy, la vida personal y familiar, y la vida comunitaria en nuestro barrio?
5. Para los que desean
profundizar mayormente en el tema
a) Contexto de entonces y
de hoy
El anuncio de la pasión
sumergió a los discípulos en una profunda crisis. Ellos se encontraban en medio
de los pobres, pero en sus cabezas todo era confusión, perdidos como estaban en
la propaganda del gobierno y en la religión oficial de la época (Mc 8,15).
La religión oficial
enseñaba que el Mesías sería glorioso y victorioso. Y es por esto por lo que
Pedro reacciona con mucha fuerza contra la cruz (Mc. 8-32) Un condenado a la
muerte de cruz no podía ser el Mesías, al contrario, según la Ley de Dios,
debía ser considerado como un “maldito de Dios” (Dt 21,22-23). Ante esto, la
experiencia de la Transfiguración de Jesús podía ayudar a los discípulos a
superar el trauma de la Cruz. En efecto, en la Transfiguración, Jesús aparece
en la gloria, y habla con Moisés y con Elías de su Pasión y Muerte (Lc 9,31).
El camino de la gloria pasa por tanto por la cruz.
En los años 70, cuando
Marcos escribe su evangelio, la cruz constituía un gran impedimento para la
aceptación de Jesús como Mesías por parte de los judíos. ¿Cómo podía ser que un
crucificado, muerto como un marginado, pudiese ser el gran Mesías esperado por
siglos de los pueblos? La cruz era un impedimento para creer en Jesús. “La cruz
es un escándalo” decían (1Cor 1,23). Las comunidades no sabían cómo responder a
las preguntas críticas de los judíos. Uno de los mayores esfuerzos de los
primeros cristianos consistía en ayudar a las personas a comprender que la cruz
no era un escándalo, ni locura, antes bien, era la expresión del poder y de la
sabiduría de Dios (1Cor 1,22-31). El evangelio de Marcos contribuye a este
esfuerzo. Se sirve de textos del Viejo Testamento para describir la escena de
la Transfiguración. Ilumina los hechos de la vida de Jesús y muestra que en
Jesús se ven realizadas las profecías y que la Cruz es el camino que conduce a
la gloria. ¡Y no sólo la cruz de Jesús era un problema!. En los años 70 la cruz
de la persecución formaba parte de la vida de los cristianos. En efecto, poco
tiempo antes, Nerón había desencadenado la persecución y hubo muchos muertos.
Hasta hoy, muchas personas sufren porque son cristianos y porque viven el
evangelio. ¿Cómo afrontar la cruz? ¿Qué significado tiene? Con estas preguntas
en la mente meditemos y comentemos el texto de la Transfiguración.
b) Comentario del texto
Marcos 9,2-4: Jesús
cambia de aspecto
Jesús sube a un monte
alto. Lucas agrega que allí se dirige para rezar (Lc 9,28). Allí, sobre la cima
de la montaña, Jesús aparece en la gloria delante de Pedro. Santiago
y Juan. Junto a Él aparecen también Moisés y Elías. El monte alto evoca al
Monte Sinaí, donde, en el pasado, Dios había manifestado al pueblo su voluntad,
consignando la ley a Moisés. Las vestiduras blancas de Jesús recuerdan a Moisés
envuelto en la luz cuando habla con Dios en la Montaña y recibe de Dios la Ley
(cf. Ex 24,29-35). Elías y Moisés, las dos más grandes autoridades del Viejo
Testamento, hablan con Jesús. Moisés representa la Ley. Elías la Profecía.
Lucas dice que la conversación se establece sobre la Muerte de Jesús en
Jerusalén (Lc 9,31). Así quedaba claro que el Viejo Testamento, tanto la Ley
como los Profetas, enseñaban ya que el camino de la gloria pasa por la cruz
(Cf. Is 53).
Marcos 9,5-6) A Pedro
le place lo que acontece, pero no entiende
A Pedro le agrada todo lo
que sucede y quiere asegurarse el momento placentero sobre la Montaña. Propone
construir tres tiendas. Marcos dice que Pedro tenía miedo, sin saber lo que
estaba diciendo, y Lucas añade que los discípulos tenían sueño (Lc 9,32). Ellos
son como nosotros, ¡para ellos es difícil entender la Cruz!
La descripción del
episodio de la transfiguración comienza con una afirmación: “Seis días
después”. ¿A qué se refieren estos seis días? Algunos estudiosos explican
así la frase: Pedro quiere construir tiendas, porque era el sexto día de las
fiestas de las tiendas. Era una fiesta muy popular de seis días que festejaba
el don de la ley de Dios y los cuarenta años pasados en el desierto. Para
recordar estos cuarenta años, el pueblo debía transcurrir una semana de la
fiesta en tiendas improvisadas. Por esto se llamaba Fiesta de las Tiendas. Si
no era posible la celebración de todos los seis días, por lo menos que se
hiciese en el sexto día. La afirmación “después de seis días” sería una alusión
a la fiesta de las tiendas. Por esto Pedro recuerda la obligación de construir
tiendas. Y se ofrece espontáneamente para construirlas. Así Jesús, Moisés y
Elías habrían podido seguir conversando.
Marcos 9,7: La voz
del cielo esclarece los hechos
Apenas Jesús queda
envuelto en la gloria, una voz del cielo dice: ¡Este es mi Hijo predilecto!
¡Escuchadlo! La expresión “Hijo predilecto” evoca la figura del Mesías Siervo,
anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1). La expresión “Escuchadlo” evoca
la profecía que prometía la llegada de un nuevo Moisés (cf. Dt 18,15). En
Jesús, se están realizando las profecías del Viejo Testamento. Los discípulos
no podían dudarlo. Los cristianos de los años 70 no podían dudarlo. Jesús es
verdaderamente el Mesías glorioso, pero el camino de la gloria pasa por la
cruz, según el anuncio dado en la profecía del Siervo (Is 53,3-9). La gloria de
la Transfiguración es la prueba. Moisés y Elías lo confirman. El Padre es el
garante. Jesús la acepta.
Marcos 9,8: ¡Sólo Jesús y
nadie más!
Marcos dice que, después
de la visión, los discípulos sólo ven a Jesús y a nadie más. La insistencia en
afirmar que sólo ven a Jesús, sugiere que desde ahora en adelante Jesús es la
única revelación de Dios para nosotros. Para nosotros los cristianos, Jesús, y
solamente Él, es la llave para comprender todo el sentido del Viejo Testamento.
Marcos 9,9-10: Saber
quedar en silencio
Jesús pide a sus
discípulos que no digan a nadie nada, hasta que no hubiera resucitado de entre
los muertos, pero los discípulos no lo entendieron. En efecto, no entiende el
significado de la Cruz, quien no une el sufrimiento a la resurrección. La
Resurrección de Jesús es la prueba de que la vida es más fuerte que la muerte.
Marcos 9, 11-13: El
regreso de Elías
El profeta Malaquías había
anunciado que Elías debía volver para preparar el camino del Mesías (Ml
3,23-24). Este mismo anuncio se encuentra en el libro del Eclesiástico (Eclo
48,10)
Entonces ¿cómo podía ser Jesús el Mesías, si Elías todavía no había vuelto? Por esto, los discípulos preguntaban: “¿Por qué los escribas dicen que primero debe venir Elías?” (9,11). La repuesta de Jesús es clara: “Yo os digo que Elías ya ha venido, pero han hecho de él lo que han querido, como está escrito de él ( 9,13). Jesús estaba hablando de Juan el Bautista, asesinado por Herodes (Mt 17,13).
c) Ampliando
conocimientos:
i) La Transfiguración: el
cambio que se da en la práctica de Jesús
En medio de los conflictos
con los fariseos y los herodianos (Mc 8,11-21), Jesús deja la Galilea y se
dirige a la región de Cesárea de Filipo (Mc 8,27), donde comienza a preparar a
sus discípulos. Por el camino, lanza una pregunta: “¿Quién dice la gente que
soy yo?” (Mc 8,27). Después de haber escuchado la respuesta que lo consideraban
el Mesías, Jesús empieza a hablar de su Pasión y Muerte (Mc 8,31). Pedro
reacciona: “¡No quiera Dios, Señor, que esto suceda!” (Mt 16,22). Jesús
replica: “¡Lejos de mi Satanás” Tú me sirves de escándalo, porque no piensas
según Dios, sino según los hombres!” (Mc 8,33). Fue un momento de crisis. Los
discípulos presos por la idea de un mesías glorioso (Mc 8, 32-33; 9,32), no
comprenden la propuesta de Jesús y tratan de conducirla por otro camino.
Estaba cercana la fiesta
de las Tiendas, (cf. Lc 9,33), en la que la expectativa mesiánica popular por
lo general acostumbraba a aumentar y mucho. Jesús sube a la montaña a orar (Lc
9,28). Vence la tentación por medio de la oración. La manifestación del Reino
sería muy diferente de lo que la gente se imaginaba. La victoria del Siervo
llegaría a través de la condena a muerte (Is 50,4-9; 53,1-12). La cruz aparece
en el horizonte, no ya como una posibilidad, sino más bien como una certeza. A
partir de este momento, comienza una mutación en la práctica de Jesús. He aquí
algunos puntos significativos de esta mutación:
Pocos
milagros. Asistíamos antes a muchos milagros. Ahora, a partir de Mc 8,27;
Mt 16,13 y Lc 9,18, los milagros constituyen casi una excepción en la actividad
de Jesús.
Anuncio de la
Pasión. Antes se hablaba de la pasión, como de una posibilidad remota (Mc
3,6) Ahora se habla constantemente (Mc 8,31; 9,9.31; 10,33.38).
Tomar la Cruz . Antes,
Jesús anunciaba a llegada inminente del Reino. Ahora insiste en la vigilancia,
en las exigencias del seguimiento y en la necesidad de tomar la cruz. (Mt
16,24-26; 19,27-30; 24,42-51; 25,1-13: Mc 8,34; 10,28-31: Lc 9,23-26.57-62;
12,8-9.35-48; 14,25-33; 17,33; 18,28-30).
Enseña a los
discípulos. Primero enseñaba a la gente. Ahora se preocupa mayormente de
la formación de los discípulos. Les pide escoger de nuevo (Jn 6,67) y comienza
a prepararlos para la misión que vendrá pronto. Sale de la ciudad para poder
estar con ellos y ocuparse de su formación (Mc 8,27; 9,28.30-35;
10.10.23.28-32; 11,11).
Parábolas
diversas. Antes, las parábolas revelaban los misterios del Reino presente
en la actividad de Jesús. Ahora las parábolas orientan hacia el juicio futuro, hacia
el final de los tiempos: los viñadores homicidas (Mt 21, 33-46); el siervo
despiadado (Mt 18,23-35); los trabajadores de la hora undécima (Mt 20,1-16);
los dos hijos (Mt 21,28-32); el banquete de bodas (Mt 22,1-14); los diez
talentos (Mt 25, 14-30). Jesús asume la voluntad del Padre que se revela en la
nueva situación, y decide andar a Jerusalén (Lc 9,51). Asume esta decisión de
tal modo que asusta a los discípulos , que no consiguen entender estas cosas
(Mc 10,32; Lc 18,31-34): En aquella sociedad, el anuncio del Reino tal como era
anunciado por Jesús no era tolerado. Y por tanto o cambiaba o ¡sería muerto!
Jesús no cambió el anuncio. Continuó siendo fiel al Padre y a los pobres. ¡Por
esto fue condenado a muerte!
ii) La transfiguración y
la vuelta del Profeta Elías
En el Evangelio de Marcos,
el episodio de la Transfiguración (Mc 9,2-8) va unido a la cuestión de la
vuelta del profeta Elías (Mc 9,9-13). En aquel tiempo, la gente esperaba el
regreso del profeta Elías y no se daba cuenta que Elías ya había vuelto en la
persona de Juan Bautista (Mc 9,13). Hoy sucede la misma cosa. Muchas personas
viven esperando el retorno de Jesús y escriben incluso en los muros de las
ciudades: ¡Jesús volverá!. Ellos no se dan cuenta que Jesús está ya
presente en nuestra vida. De vez en cuando, como un relámpago improvisado, esta
presencia de Jesús irrumpe y se ilumina, transformando nuestra vida. Una
pregunta que cada uno debe hacerse: ¿Mi fe en Jesús, me ha regalado ya algún
momento de transfiguración y de intensa alegría? ¿Cómo me han dado fuerza estos
momentos de alegría en los momentos de dificultad?
6. Oración de un Salmo:
Salmo 27 (26)
El Señor es mi luz
Yahvé es mi luz y mi
salvación,
¿a quién temeré?
Yahvé, el refugio de mi vida,
¿ante quién temblaré?
Cuando me asaltan los malhechores
ávidos de mi carne,
ellos, adversarios y enemigos,
tropiezan y sucumben.
¿a quién temeré?
Yahvé, el refugio de mi vida,
¿ante quién temblaré?
Cuando me asaltan los malhechores
ávidos de mi carne,
ellos, adversarios y enemigos,
tropiezan y sucumben.
Aunque acampe un ejército
contra mí,
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
sigo confiando.
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
sigo confiando.
Una cosa pido a Yahvé,
es lo que ando buscando:
morar en la Casa de Yahvé
todos los días de mi vida,
admirar la belleza de Yahvé
contemplando su templo.
es lo que ando buscando:
morar en la Casa de Yahvé
todos los días de mi vida,
admirar la belleza de Yahvé
contemplando su templo.
Me dará cobijo en su
cabaña
el día de la desgracia;
me ocultará en lo oculto de su tienda,
me encumbrará en una roca.
Entonces levantará mi cabeza
ante el enemigo que me hostiga;
y yo ofreceré en su tienda
sacrificios de victoria.
Cantaré, tocaré para Yahvé.
el día de la desgracia;
me ocultará en lo oculto de su tienda,
me encumbrará en una roca.
Entonces levantará mi cabeza
ante el enemigo que me hostiga;
y yo ofreceré en su tienda
sacrificios de victoria.
Cantaré, tocaré para Yahvé.
Escucha, Yahvé, el clamor
de mi voz,
¡ten piedad de mí, respóndeme!
Digo para mis adentros:
«Busca su rostro».
¡ten piedad de mí, respóndeme!
Digo para mis adentros:
«Busca su rostro».
Sí, Yahvé, tu rostro
busco:
no meocultes tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
Yahvé me acogerá.
no meocultes tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
Yahvé me acogerá.
Señálame, Yahvé, tu
camino,
guíame por senda llana,
pues tengo enemigos.
guíame por senda llana,
pues tengo enemigos.
No me entregues al ardor
de mis rivales,
pues se alzan contra mí testigos falsos,
testigos violentos además.
Creo que gozaré
de la bondad de Yahvé
en el país de la vida.
Espera en Yahvé, sé fuerte,
ten ánimo, espera en Yahvé.
pues se alzan contra mí testigos falsos,
testigos violentos además.
Creo que gozaré
de la bondad de Yahvé
en el país de la vida.
Espera en Yahvé, sé fuerte,
ten ánimo, espera en Yahvé.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos
gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que
tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo
que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos
no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los
siglos. Amén.
Orden de los Carmelitas
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