¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este martes de la
22ª semana del Tiempo Ordinario, en que celebramos la memoria de San Agustín, obispo
y doctor de la Iglesia.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO
23,23-26
Lectio:
Martes, 28 agosto, 2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que unes los
corazones de tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor a tus
preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes
del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro
Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del Evangelio según Mateo
23,23-26
«¡Ay de vosotros, escribas
y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del
comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia
y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías
ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
presenta dos otros ‘hay’ que Jesús pronuncia contra los líderes religiosos de
su época. Los dos ‘ay’ de hoy denuncian la falta de coherencia entre palabra y
actitud, entre el exterior y el interior. Repetimos hoy lo que afirmamos antes.
Al meditar las palabras tan duras de Jesús, tengo que pensar no sólo en los
doctores y en los fariseos de la época de Jesús., sino que también y sobre todo
en el hipócrita que hay en mí, en nosotros, en nuestra familia, en la
comunidad, en nuestra iglesia, en la sociedad de hoy. Vamos a mirar en el
espejo del texto, para descubrir lo que hay de errado en nosotros.
• Mateo 23,23-24: El
quinto ‘ay’ contra los que insisten en la observancia y olvidan la
misericordia. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el
diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de
la Ley: la justicia, la misericordia y la fe!”. Este quinto ‘ay’ de Jesús
contra los líderes religiosos de aquella época puede ser repetido contra muchos
líderes religiosos de los siglos siguientes, hasta hoy. Muchas veces, en nombre
de Dios, insistimos en detalles y olvidamos la misericordia.
Por ejemplo, el jansenismo
volvió la vivencia de la fe árida, insistiendo en observancias y penitencias
que desviaron al pueblo del camino del amor. La hermana carmelita Teresa de
Lisieux creció en este ambiente jansenista, que marcaba la Francia del final
del siglo XIX. Fue a partir de una dolorosa experiencia personal que ella supo
recuperar la gratuidad del amor de Dios con la fuerza que debe animar por
dentro la observancia de las normas. Pues, sin la experiencia del amor, las
observancias hacen de Dios un ídolo.
• Mateo 23,25-26: El sexto
‘ay’ contra los que limpian las cosas por fuera y las ensucian por dentro.
“«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la
copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia!
¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera
quede pura!” En el Sermón de la Montaña, Jesús critica a los que observan la
letra de la ley y transgreden el espíritu de la ley. Dice: " Habéis oído
que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el
tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será
reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano `imbécil', será reo ante
el Sanedrín; y el que le llame `renegado', será reo de la gehenna de fuego.
«Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que
mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt
5,21-22.27-28).
No basta observar la letra de la ley. No basta no matar, no
robar, no cometer adulterio, no jurar, para ser fiel a lo que Dios nos pide.
Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va
hasta la raíz y arranca dentro de sí “los deseos de robo y de codicia” que
pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se
realiza en la práctica del amor.
4) Para la reflexión
personal
• Dos más ‘ay’, dos
motivos más para recibir una crítica severa de parte de Jesús. ¿Cuál de los dos
cabe en mí?
• Observancia y gratuidad: ¿cuál de las dos prevalece en mí?
• Observancia y gratuidad: ¿cuál de las dos prevalece en mí?
5) Oración final
Anunciad su salvación día
a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)
Orden de los Carmelitas
No hay comentarios:
Publicar un comentario