¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la
11ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO
6,19-23
Lectio:
Viernes, 22 junio, 2018
Tiempo Ordinario
1) ORACIÓN INICIAL
¡Oh Dios!, fuerza de los
que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y sin
ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y
agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.
2) LECTURA
Del santo Evangelio según
Mateo 6,19-23
«No os amontonéis tesoros
en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan
y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni
herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu
tesoro, allí estará también tu corazón. «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu
ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo
tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué
oscuridad habrá!
3) REFLEXIÓN
• En el evangelio de hoy
seguimos nuestra reflexión sobre el Sermón del Monte. Anteayer y ayer hemos
reflexionado sobre la práctica de las tres obras de piedad: limosna (Mt 6,1-4),
oración (Mt 6,5-15) y ayuno (Mt 6,16-18). El evangelio de hoy y de mañana presenta
cuatro recomendaciones sobre la relación con los bienes materiales,
explicitando así cómo vivir la pobreza de la primera bienaventuranza: (a) no
acumular (Mt 6,19-21); (b) tener la visión correcta de los bienes materiales
(Mt 6,22-23); (c) no servir a dos señores (Mt 6,24); (d) abandonarse a la
providencia divina (Mt 6,25-34). El evangelio de hoy presenta las dos primeras
recomendaciones: no acumular bienes (6,19-21) y no mirar el mundo con ojos
malos (6,22-23).
• Mateo 6,19-21: No
acumular tesoros en la tierra. Si, por ejemplo, hoy en la tele se da
la noticia de que en el próximo mes faltarán azúcar y café, todos vamos a
comprar el máximo de azúcar y café posible. Acumulamos, porque no confiamos. En
los cuarenta años de desierto, el pueblo fue puesto a prueba para ver si era
capaz de observar la ley de Dios (Ex 16,4). La prueba consistía en esto: ver si
eran capaces de recoger sólo lo necesario de maná para un único día y no
acumular para el día siguiente. Jesús dice: "«No os amontonéis
tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que
socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla
ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben.” ¿Qué
significa acumular tesoros en el cielo? Se trata de saber dónde coloca el
fundamento de mi existencia. Si lo coloca en los bienes materiales de esta
tierra, corro siempre el peligro de perder lo que acumulé. Si coloco el
fundamento en Dios, nadie va a poder destruirlo y tendré la libertad interior
de compartir con los demás los bienes que poseo. Para que esto sea posible y
viable, es importante que se cree una convivencia comunitaria que favorezca el
compartir y la ayuda mutua, y en la que la mayor riqueza o
tesoro no es la riqueza material, sino la riqueza y el tesoro de la convivencia
fraterna nacida de la certeza traída por Jesús de que Dios es Padre/Madre de
todos. Donde está tu tesoro (riqueza), allí está tu corazón.
• Mateo 6,22-23: La
lámpara del cuerpo es el ojo. Para entender lo que Jesús pide es
necesario tener ojos nuevos. Jesús es exigente y pide muchas cosas: no acumular
(6,19-21), no servir a Dios y al dinero al mismo tiempo (6,24), no preocuparse
de lo que bebemos y comemos (6,25-34). Estas recomendaciones exigentes tratan
de aquella parte de la vida humana, donde las personas tienen más angustias y
preocupaciones. Es también la parte del Sermón del Monte que es más difícil de
entender y practicar. Por esto Jesús dice: "Si tu ojo está malo,
....". Algunos traducen ojo malo y ojo sano. Otros
traducen ojo mezquino y ojo generoso. Es igual. En
la realidad, la peor enfermedad que se pueda imaginar es una persona encerrada
en sí misma y en sus bienes, y la confianza que tiene sólo en sus bienes. ¡Es
la enfermedad de la mezquindad! Quien mira la vida con esta mirada vivirá en la
tristeza y en la oscuridad. El remedio para curar esta enfermedad es la
conversión, el cambio de mentalidad y de ideología. Poniendo el fundamento de
la vida en Dios, la mirada se vuelve generosa y la vida se vuelve luminosa,
pues hace nacer el compartir y la fraternidad.
• Jesús quiere un cambio
radical. Quiere la observancia de la ley del año sabático, donde se dice que en
la comunidad de los que creen, no puede haber pobres (Dt 15,4). La convivencia
humana debe organizarse de tal manera que ya no es necesario preocuparse de la
comida, de la bebida, de la ropa y de la vivienda, de la salud y de la
educación (Mt 6,25-34). Pero esto es posible sólo si todos buscamos primero el
Reino de Dios y su justicia (Mt 6,33). El Reino de Dios es permitir que Dios
reine: es imitar a Jesús (Mt 5,48). La imitación de Dios lleva a compartir con
justicia los bienes y lleva al amor creativo, que engendra la verdadera
fraternidad. La Providencia Divina tiene que ser mediada por la organización
fraterna. Sólo así es posible deshacernos de todas las preocupaciones para el
mañana (Mt 6,34).
4) PARA LA REFLEXIÓN
PERSONAL
• Jesús dice: “Donde está
tu riqueza, allí estará tu corazón”. ¿Dónde está mi riqueza: en el dinero o en
la fraternidad?
• ¿Cuál es la luz que
tengo en mis ojos para mirar la vida, los acontecimientos?
5) ORACIÓN FINAL
Pues el Señor ha escogido
a Sión,
la ha querido como sede para sí:
«Aquí está mi reposo para siempre,
en él me instalaré, que así lo quiero. (Sal 132,13-14)
la ha querido como sede para sí:
«Aquí está mi reposo para siempre,
en él me instalaré, que así lo quiero. (Sal 132,13-14)
Orden de los Carmelitas
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