lunes, 26 de febrero de 2018

Perdonen y serán perdonados


¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios y el comentario, en este lunes de la 2ª semana de Cuaresma.

Dios nos bendice...

Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel (9,4b-10):

¡AY, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos!
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.
Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.
Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 78,8.9.11.13

R/.
 Señor, no nos trates
como merecen nuestros pecados


V/. No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R/.

V/. Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R/.

V/. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R/.

V/. Nosotros, pueblo, ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,36-38):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor

Comentario

Son varios los textos donde se habla del perdón. Esto significa la importancia que le dio Jesús. El perdón se convierte en clave de identidad cristiana. El ejemplo lo puso Jesús cuando en la cruz perdonó a sus victimarios.

Como en el padrenuestro, el perdón y el dar, deben ser actos recíprocos. Ambos son expresiones de humildad y generosidad que serán retribuidas por el mismo Dios. Jesús añade otra actitud, la compasión. Esta se entiende como una actitud y una tarea.

No se trata de alimentar el sentimiento de la compasión, que solemos traducir en “pobrecito”, sino en una actitud y una práctica compasiva, que se define como la opción de compartir el sufrimiento con el otro, incluyendo el compromiso de ayudar y transformar la realidad que crea las condiciones de sufrimiento. La compasión abre en el cristianismo las puertas de la solidaridad y el compromiso con el “siervo   sufriente”.

La   cruz   será el   signo   por   excelencia   de   la compasión   de   Jesús   con la   humanidad.  Juzgar   o   condenar   no   es nuestra competencia, hacerlo sería usurpar el papel de Dios.

Servicio Bíblico Latinoamericano

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