¡Amor y paz!
Loa invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios y el comentario,
en este Domingo 3º de Adviento - Ciclo B.
Dios nos bendice...
Primera lectura
Lectura del libro de
Isaías (61,1-2a.10-11):
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de Dios
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de Dios
Salmo
Lc 1,46-48.49-50.53-54
R/. Me alegro con mi Dios
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R/.
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación. R/.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia. R/.
R/. Me alegro con mi Dios
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R/.
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación. R/.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera
carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,16-24):
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
Palabra de Dios
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo
evangelio según san Juan (1,6-8.19-28):
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: «Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?»
Él dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
Palabra del Señor
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: «Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?»
Él dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
Palabra del Señor
Comentario
1.1 La
vida y la palabra de Juan tenían que despertar esta pregunta: ¿quién eres?
Marcos, por ejemplo, nos ha contado cómo vivía Juan: "llevaba un vestido
de pie de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre" (Mc
1,6). Su manifiesta ruptura con la sociedad era un inmenso interrogante que un
día tenia que dispararse: ¿quién eres?, es decir: ¿por qué vives como vives y
hablas lo que hablas?
1.2 Hay
que destacar quiénes hacen la pregunta: son enviados de las autoridades. Su
pregunta no es simple curiosidad ni, lamentablemente, parece ser el espontáneo
deseo de conversión que las multitudes sintieron al oírle. Interrogan porque
quieren saber qué autoridad está detrás de Juan, o con otros términos, quén y
por qué podría hacer competenciao sombra a la autoridad de ellos. Esto explica
la razón de la interpelación que le hacen en Jn 1,25, del evangelio de hoy:
"Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el
profeta?".
2. Soy
una voz
2.1 La
respuesta del Bautista es extraña, sin duda, para aquellos fariseos. Soy una
voz, les dice. Un modo terriblemente abstracto de referirse a sí mismo. Mas no
cualquier voz; es la voz que anunció Isaías, aquella que proclama la redención
después del destierro.
2.2
Isaías hablaba de rectificar los caminos para que brillara la gloria de Dios
(Is 40,3ss). El espectáculo maravilloso que debía darse en esa calzada recta o
rectificada era el paso de victoria del pueblo que vuelve del destierro. La
realidad fue bastante distinta. Los judíos volvieron de su destierro a
Babilonia, pero en condiciones humildes y precarias, y con el corazón abatido,
como lo describen bien los libros de Esdras y Nehemías.
2.3 Este
contexto nos permite entrever la fuerza de la palabra del Bautista: él dice que
es esa voz que en aquel retorno no se dejó oír. Dice entonces que la gloria que
no brilló en el retorno de Babilonia ahora se apresta a lucir ante todos los
pueblos. De modo que si las autoridades están inquietas y quieren saber a qué
se están enfrentando, que entiendan que es Dios mismo quien está detrás de todo
esto. Esas autoridades no son lo que anunció Isaías; su poder es provisorio y
quedará empañado. El mensaje es claro.
3. Dios
se sale con la suya
3.1 Las
palabras de Juan al final del evangelio de hoy son un acto de humildad pero
también, si lo pensamos bien, una advertencia. Si Juan, el rebelde, el indómito
del desierto, es tan pequeño ante aquel que viene, ¿quién viene, por Dios?
3.2 Isaías dijo: "el Señor hará brotar la justicia y la alabanza
ante todas las naciones" (Is 61,11). Entonces Dios toma nuestra historia
en serio. La vida no es un botín para provecho de los más fuertes. Ningún
hombre puede creerse indefinidamente señor y dueño de otros hombres. La vanidad
cede y retrocede; la justicia de Dios brilla. ¡Qué hermosa visión de Adviento!
http://fraynelson.com/homilias.html.
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