¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y bel comentario, en este Sábado de la XXV Semana del
Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice…
Evangelio
según San Lucas 9,43b-45.
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Comentario
El evangelio de hoy nos
presenta la paradójica enseñanza de Cristo sobre el desenlace de su vida. Su
popularidad ha crecido, pero así también hace él que crezca la claridad de su
mensaje sobre el sombrío futuro que le aguarda.
Definitivamente Cristo no
se puso nunca a hacer extrapolaciones del tipo: "ya vemos que nos quiere
mucha gente y que muchos nos aceptan; ¡pronto serán todavía más!". Al
contrario, haciendo evidente contrapeso a los aplausos y elogios de la gente,
Cristo dice a sus discípulos (¡y a sí mismo!) que lo que viene es traición,
dolor, tortura, cruz y muerte.
Es interesante la
anotación que nos da Lucas. Los discípulos, por una parte no entienden, pero
por otra sienten temor de preguntar. ¿Por qué temor? Un comentarista protestante,
Matthew Henry, adelanta una hipótesis: "no querían ser despertados de su
sueño placentero", porque en realidad es "sueño" pretender que
la vida cristiana va de victoria en aplauso y de elogio en risa. Otros piensan
que el temor venía de no querer ser reprendidos en su ignorancia, pues en otros
lugares vemos que alguna vez Cristo les había mostrado su torpeza y se había
quejado de su lentitud para aprender (cf. Mt 16,9) y también de su poca fe (cf.
Lc 9,41).
Esto es interesante
reconocerlo, porque esa misma clase de temores pueden asaltarnos a nosotros.
http://fraynelson.com/homilias.html.
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