¡Amor y paz!
Los ataques de Jesús contra los fariseos empezamos
a leerlos el sábado pasado («no hacen lo que dicen») y van a continuar durante
tres días, con una serie de lamentaciones que les descalifican: «ay de
vosotros...».
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este lunes de la XXI Semana del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Mateo 23,13-22.
"¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías, ciegos, que dicen: 'Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale'! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: 'Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar'. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.
Comentario
a) Las acusaciones de Jesús son muy directas:
- no entran
en el Reino, ni dejan entrar a los demás: porque no quieren reconocer al que es
la Puerta, Jesús, y atosigan al pueblo con interpretaciones rigoristas;
- con el pretexto de oraciones, «devoran los bienes
de las viudas»;
- hacen proselitismo, pero cuando encuentran a una
persona dispuesta, no la convierten a Dios, sino a sus propias opiniones;
- caen en una casuística inútil, por ejemplo, sobre
los juramentos, perdiendo el tiempo y angustiando a los fieles con cosas que no
tienen importancia.
Son «guías ciegos y necios». Mal van a poder
conducir al pueblo.
b) Con las personas normales, por débiles y
pecadoras que sean, Jesús no se suele mostrar tan duro. Pero sí, con los que
son -deberían ser- guías del pueblo, o constituidos en autoridad: «vuestra
sentencia será más severa».
Los que tenemos alguna responsabilidad en la vida
de la familia o en el campo de la educación o de la comunidad eclesial, tenemos
mayor obligación de dar ejemplo a los demás, de no llevar una «doble vida»
(entre lo que enseñamos y lo que luego hacemos), de no ser exigentes con los
demás y tolerantes con nosotros mismos (la «ley del embudo»), de no ser como
los hipócritas, que presentan por fuera una fachada, pero por dentro son otra
cosa...
Las acusaciones de Jesús nos las hemos de aplicar a
nosotros, porque dentro de cada uno puede esconderse un pequeño o gran fariseo.
¿Qué actitudes farisaicas descubro en mí? Repasemos la lista y respondamos
sinceramente si se nos podría tildar de «guías ciegos y necios», si buscamos
«prosélitos» para vanidad nuestra más que para bien de los demás o para gloria
de Dios, si perdemos el tiempo en inútiles discusiones de palabras, si hemos
matado el espíritu con una casuística exagerada...
J.
ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 304-308
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 304-308
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