¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio según San Mateo y el comentario, a cargo de San Agustín de Hipona, en este Domingo XVI del
Tiempo Ordinario.
Los convoco, también, a orar por Colombia, en este
20 de julio, su día nacional, cuando se instalan las sesiones ordinarias del
nuevo Congreso de la República. Que todos los congresistas trabajen por el bien
de los colombianos y no por intereses particulares, partidistas o mezquinos.
Dios nos bendice…
Evangelio según San Mateo 13,24-43.
Jesús propuso a la gente otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'. Él les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. 'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'". También les propuso otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas". Después les dijo esta otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa". Todo esto lo decía Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas, y no les hablaba sin parábolas, para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: Hablaré en parábolas, anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo. Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo". Él les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!"
Comentario
Y vosotras, ovejas mías -dijo- esto dice el Señor Dios: He aquí que
yo juzgo entre oveja y oveja, y entre los carneros y los machos cabríos (Ez
34,17). ¿Qué hacen los machos cabríos aquí, en el rebaño de Dios? Están en los
mismos pastos, en las mismas fuentes; esos machos cabríos, destinados a estar a
la izquierda, están con las ovejas destinadas a la derecha; pero luego serán
separados los que hasta entonces habían sido tolerados. De este modo se
ejercita la paciencia de las ovejas, igual que la paciencia de Dios.
Llegará el momento en que él haga la separación:
los unos a la izquierda; los otros a la derecha. Ahora él calla, mientras tú
quieres hablar. ¿Por qué quieres hablar? Porque él calla. Tú alegas la venganza
del juicio, no la palabra de corrección. Él aún no separa y tú ya quieres
hacerlo. El que sembró tolera la amalgama. Si quieres que el trigo esté limpio
antes de la bielda, mal lo aventarás, si lo haces con tu viento.
Hubiese sido lícito a los siervos decir: ¿Quieres
que vayamos y arranquemos la cizaña? Se les revolvió el estómago al
ver la cizaña y lamentaron hallarla mezclada con tan buena cosecha. Dijeron:
¿No sembraste buena semilla? ¿A qué se debe el que haya aparecido la
cizaña?Él les explicó de dónde procedía. Sin embargo, no permitió que la
arrancasen antes de tiempo. Aunque los siervos mismos estaban airados contra la
cizaña, con todo pidieron el consejo y la orden del dueño. Les disgustaba el
ver la cizaña entre el trigo; pero veían que si hacían algo por su propia
cuenta aun en el arrancar la cizaña, ellos mismos iban a ser contados entre la
cizaña. Esperaron que el dueño se lo mandase; esperaron la orden del rey: ¿Quieres
que vayamos y la arranquemos? Él respondió: No, y les
dio la razón: No sea que, al querer arrancar la cizaña, arranquéis
también el trigo. Tranquilizó su indignación y no los dejó en el
dolor. A los siervos les parecía cosa grave el que hubiese cizaña entre el
trigo, y lo era en verdad.
Pero una es la condición del campo y otra la
tranquilidad que reina en el granero. Tolera, para eso has nacido. Tolera, pues
tal vez eres tolerado tú. Si siempre fuiste bueno, ten misericordia; si alguna
vez fuiste malo, no lo olvides. ¿Y quién es siempre bueno? Si Dios te examinara
atentamente, más fácilmente descubriría una maldad presente que esa bondad
perenne que te atribuyes. Por lo tanto, ha de tolerarse la cizaña en medio del trigo,
los machos cabríos en medio de las ovejas.
¿Qué dice acerca del trigo? En el tiempo de la
siega diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, atadla en haces
para quemarla; mi trigo, en cambio, guardadlo en el granero. Pasará la
promiscuidad del campo; vendrá la separación de la mies. El Señor exige ahora
de nosotros, la paciencia que presenta en sí mismo, al decirte: «Si yo quisiera
juzgar ahora, ¿sería injusto mi juicio? Si yo quisiera juzgar ahora, ¿podría
equivocarme, acaso? Si, pues, yo que siempre juzgo rectamente y no puedo
equivocarme, retardo mi juicio, ¿te atreves a juzgar antes de tiempo, tú que
ignoras cómo serás juzgado?». Ved hermanos, como el dueño no permitió a
aquellos siervos que querían arrancar la cizaña antes de tiempo que lo hicieran
ni siquiera en la siega. Dice, en efecto: En el tiempo de la siega diré
a los segadores: No dice: «Os diré a vosotros». Pero, ¿qué ocurrirá,
si los mismos siervos han de ser los segadores? No.
Expuso todo detalladamente y dijo: Los segadores
son los ángeles (Mt 13,24-30; 37- 43). Tú, hombre limitado por la
carne, que llevas la carne, o que, tal vez, no eres más que carne, es decir,
carne en el cuerpo y carne en el espíritu, ¿te atreves a usurpar antes de
tiempo un oficio ajeno, que ni siquiera en la siega será tuyo? 1. Esto respecto
a la separación de la cizaña. ¿Qué dice de los machos cabríos? Cuando
venga el Hijo del hombre y todos los ángeles de Dios con él, se sentará en el
trono de su gloria, congregará en su presentía a todos los pueblos y los separará
como e! pastor separa las ovejas de los machos cabríos(Mt 25,31-32). Vendrá
y los separará. Llegará la siega y ellos serán separados. Ahora, pues, no es el
tiempo de la separación, sino el de la tolerancia. Y no decimos esto, hermanos,
para que dormite el afán de corregir. Al contrario, para no llegar como
incautos a aquel juicio, o como ciegos que descuidaron su ceguera; para que no
nos encontremos repentinamente a la izquierda: con esta finalidad, impóngase la
disciplina, pero no se anticipe el juicio.
Sermón 47,6
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