¡Amor y paz!
En una sesión del
sanedrín, se decide la muerte de Jesús. San Juan extrae su vocabulario de los
salmos de los pobres y de los justos perseguidos, y da a la declaración de
Caifás una dimensión que no poseía, descubriendo en ella el anuncio de la
eficacia universal del sacrificio de Cristo. Esta escena evangélica nos pone en
disposición de iniciar mañana el camino de la Semana Santa (Misa Dominical 1990/07).
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado de la V Semana de
Cuaresma.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Juan 11,45-57.
Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: "¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación". Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: "Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?". No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos. A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús. Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos. Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: "¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?". Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno conocía el lugar donde él se encontraba, lo hiciera saber para detenerlo.
Comentario
Puesto que Dios nos ha
amado hasta entregarnos a su Hijo...
-Los príncipes de los
sacerdotes y los fariseos convocaron consejo contra Jesús
El gran Sanedrín convoca
consejo. La decisión se va precisando. Vamos a ver el desarrollo de la reunión
y de sus deliberaciones.
-¿Qué hacemos? Si le
dejamos así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro
templo y nuestra nación...
Es por una razón seria que
te condenan: por razón religiosa y por razón de Estado.
¡Hay intereses graves en
todo este juego! Mas también reconocen la gran atracción que
Tú provocas: "todos
creerán en El."
-Caifás, sumo sacerdote,
dijo: "Conviene que muera un solo hombre por todo el pueblo...
A fin de evitar que
perezca toda la nación.
Sorprendente sustitución:
Tú solo, en el lugar de todos.
Por su parte es un
horrible cálculo interesado, para salir ellos ilesos del asunto. Pero no creían
haber estado tan acertados. Porque ¡ésta es la verdad!
-No dijo esto de sí mismo,
sino que, como era pontífice aquel ano, profetizó...
Caifás imaginaba haber
acertado a decir una palabra inteligente humanamente. De hecho, sin él saberlo,
cumplía así el plan de Dios.
Me pasa a menudo no ver
muy claro en mi propia vida.
Hazme, Señor, un
instrumento d tus proyectos, aunque yo no lo vea.
-Jesús había de morir por
la nación, y no sólo por la nación, sino para reunirse en la unidad todos los
hijos de Dios que están dispersos.
Ayúdame, Señor, a meditar
detenidamente esta palabra.
Según san Juan, este es el
secreto de tu muerte. Por ello has ofrecido tu vida. Es una de tus intenciones
más profundas.
He ahí el fin, el objetivo
que Tú buscabas: "reunir todos los hombres en la unidad".
Hacer que se amen los
hombres divididos entre sí. Acercar a los antagonistas, no solamente a los de
tu raza, sino hasta todos los extremos de la tierra. "Porque todos son
hijos del mismo Padre." No es una visión política, ni simplemente humana la
que te guía. Es algo mucho más profundo que cualquier humanitarismo o
solidaridad natural. Es también el secreto de cada una de las misas.
"He aquí mi Cuerpo
entregado. He aquí mi Sangre derramada". Jesús se da para enrolar en su
movimiento de amor a toda la humanidad. "Humildemente, te suplicamos, que
participando al Cuerpo y a la Sangre de Cristo, seamos reunidos en un solo
cuerpo".
La fraternidad universal
de la familia humana -familia de Dios- es un don del Padre, que la sangre de
Jesús nos ha merecido. La humanidad desgarrada de hoy tiene siempre la misma
necesidad de sacrificio. Racismos. Oposiciones. Luchas y violencia. La
humanidad es un gran cuerpo descuartizado. Cristo ha dado su vida para que, en
El, la humanidad llegue a ser un Cuerpo único.
¿Y yo? ¿Trabajo en esa
gran obra de Dios?
NOEL
QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 1
EVANG. DE ADVIENTO A PENTECOSTES
EDIT. CLARET/BARCELONA 1984.Pág. 164 s.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 1
EVANG. DE ADVIENTO A PENTECOSTES
EDIT. CLARET/BARCELONA 1984.Pág. 164 s.
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