¡Amor
y paz!
En
la época en que vivimos, mucho es desechable, reemplazable y efímero. Por lo menos, así funcionan muchas
cosas: hoy nadie compra un automóvil para que le dure toda la vida, ni unos
muebles y menos una bombilla eléctrica. A las fábricas no les conviene. Tienen
que vender. Y así como operan las cosas muchos quieren que actúen las personas:
los amigos, las sociedades, los compromisos… los matrimonios. Que nada perdure.
Sin
embargo, Jesús va en contravía y afirma: “el hombre dejará a su padre y a su
madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne. De
manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que
Dios ha unido”.
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este
viernes de la XIX Semana del Tiempo Ordinario.
Dios
los bendiga…
Evangelio
según San Mateo 19,3-12.
Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?". El respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Le replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?". Él les dijo: "Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio". Los discípulos le dijeron: "Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". Y él les respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!".
Comentario
-Lo
que Dios ha unido, que no lo separe el hombre...
Si
uno repudia a su mujer... y se casa con otra, comete adulterio.
Jesús
lanza una verdadera llamada a favor de la indisolubilidad del matrimonio. El conjunto
del texto va, de modo manifiesto, en este sentido: la unión matrimonial
transforma unos amantes, que podrían serlo sólo de paso, en "compañeros de
eternidad". "¡Lo que Dios ha unido!"
-No
todos pueden entender esta palabra, sino sólo los que han recibido el don.
Esa
frase misteriosa de Jesús responde a una cuestión que expusieron los apóstoles:
"El matrimonio, así concebido, es demasiado hermoso, demasiado difícil. Si
esto es así, más vale no casarse".
De
ese modo, para Jesús la más alta concepción humana del amor conyugal es un
"don de Dios". La doctrina de Jesús no será entendida por todos.
¡Señor,
concédenos amar indisolublemente, fielmente, infinitamente... como Tú!
¡Definitivamente!
Salva de lo efímero nuestros amores, Señor.
Esto
supone muchos combates, día tras día.
-Hay
gentes que no se casarán... porque son incapaces por naturaleza... otros porque
han sido mutilados por los hombres...
Pero
los hay que no se casarán "por razón del reino de Dios". El que pueda
con eso, que lo haga.
Por
segunda vez, y sobre otro asunto, pero muy próximo en el fondo, aludes, Señor,
a una cierta intuición misteriosa que es dada por Dios: esa palabra de Jesús es
"abierta", hace alusión a una cierta afinidad, a una cierta capacidad
de recibirla, a un "carisma" personal. No puede erigirse en ley
general en la Iglesia, ni en el mundo; pero es un camino abierto, distinto del
matrimonio: el celibato, la continencia voluntaria.
Es
muy notable la insistencia de Jesús en dos puntos:
1º
La libertad que requiere esta decisión, que no es impuesta ni "por la
naturaleza" ni por la fuerza.
2º
La motivación profunda de esta decisión voluntaria:
"El
Reino de Dios". Dice Jesús: hay quienes renuncian al matrimonio y a toda
vida sexual para comprometerse con todo su ser en el "Reino", y
teniendo, como amor casi exclusivo, a Dios. Así Jesús realza a un muy alto
nivel el amor conyugal, dándole un horizonte eterno... y abre la hipótesis de
un celibato de muy alto nivel, que tiene ese mismo horizonte.
-Nota
breve sobre la excepción de Mateo: "salvo en caso de unión ilegal".
Mateo
es el único evangelista que introduce ese paréntesis, en una frase de Jesús que
no tolera ningún motivo de repudio. El término griego debería más bien
traducirse por "en caso de impudicia", o "en caso de prostitución".
Parece
que lo que Mateo tiene aquí en cuenta es el caso de aquellos que vivían juntos
sin estar casados. En ese caso no hay divorcio en sentido estricto sino más
bien restablecimiento de una situación normal. La tradición ortodoxa oriental ve
en ello, por el contrario, una base para permitir un nuevo casamiento al
consorte que ha sido víctima de un adulterio.
Esta interpretación no la admite
la Iglesia católica por lo menos como regla codificada por la ley; pero acepta
que en lo concreto es la misericordia la que ha de resolver a veces ciertas
situaciones excepcionales. Esto no hace más que subrayar la indisolubilidad
fundamental del matrimonio en su dinamismo normal: los dos serán uno... para
siempre.
NOEL
QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2
EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 124 s.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2
EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 124 s.
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