¡Amor y paz!
Esta semana, y desde el sábado, el Evangelio
nos trae los llamados "ayes" de Jesús contra escribas y fariseos. Son
ocho lamentaciones, que Mateo pone después de haber proclamado Jesús las
Bienaventuranzas.
Las invectivas del Señor
son especialmente dirigidas a quienes orientan a la comunidad. En el evangelio
según San Lucas, Jesús lo ha dicho: “El servidor que, conociendo la voluntad de su
señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había
dispuesto recibirá un castigo severo“(Lc 12, 39ss).
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la XXI Semana del
Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Mateo 23,13-22.
"¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías, ciegos, que dicen: 'Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale'! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: 'Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar'. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.
Comentario
a) Los ataques de Jesús
contra los fariseos empezamos a leerlos el sábado pasado («no hacen lo que
dicen») y van a continuar durante tres días, con una serie de lamentaciones que
les descalifican: «ay de vosotros...».
Las acusaciones de Jesús
son muy directas:
- no entran en el Reino,
ni dejan entrar a los demás: porque no quieren reconocer al que es la Puerta,
Jesús, y atosigan al pueblo con interpretaciones rigoristas;
- con el pretexto de oraciones,
«devoran los bienes de las viudas»;
- hacen proselitismo, pero
cuando encuentran a una persona dispuesta, no la
convierten a Dios, sino a sus
propias opiniones;
- caen en una casuística
inútil, por ejemplo, sobre los juramentos, perdiendo el tiempo y angustiando a
los fieles con cosas que no tienen importancia.
Son «guías ciegos y
necios». Mal van a poder conducir al pueblo.
b) Con las personas
normales, por débiles y pecadoras que sean, Jesús no se suele mostrar tan duro.
Pero sí, con los que son -deberían ser- guías del pueblo, o constituidos en
autoridad: «vuestra sentencia será más severa».
Los que tenemos alguna
responsabilidad en la vida de la familia o en el campo de la educación o de la
comunidad eclesial, tenemos mayor obligación de dar ejemplo a los demás, de no
llevar una «doble vida» (entre lo que enseñamos y lo que luego hacemos), de no
ser exigentes con los demás y tolerantes con nosotros mismos (la «ley del
embudo»), de no ser como los hipócritas, que presentan por fuera una fachada,
pero por dentro son otra cosa...
Las acusaciones de Jesús
nos las hemos de aplicar a nosotros, porque dentro de cada uno puede esconderse
un pequeño o gran fariseo. ¿Qué actitudes farisaicas descubro en mí? Repasemos
la lista y respondamos sinceramente si se nos podría tildar de «guías ciegos y
necios», si buscamos «prosélitos» para vanidad nuestra más que para bien de los
demás o para gloria de Dios, si perdemos el tiempo en inútiles discusiones de
palabras, si hemos matado el espíritu con una casuística exagerada...
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 304-308
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 304-308
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