sábado, 18 de diciembre de 2010

Jesús viene a salvar a su pueblo de los pecados

¡Amor y paz!

Ocho días antes de Navidad, la Iglesia nos propone "los evangelios de la infancia". Estas páginas tienen un carácter particular, bastante diferente al resto del Evangelio: los evangelistas no han sido testigos directos, como lo fueron de los sucesos que vivieron con Jesús, desde su bautismo hasta su ascensión.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Sábado de la 3ª. Semana de Adviento.

Dios los bendiga.,..

Evangelio según San Mateo 1,18-24.

Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa,

Comentario

Mateo nos presenta el proceso del matrimonio de María. En esa escena aparecen tres personajes: José, María y el ángel. María está desposada, pero aún no se ha realizado el traslado de la esposa a la casa de José quien ignora la acción que el Espíritu había efectuado en María; por eso decide abandonarla en secreto. El ángel del Señor, que representa a Dios, interviene para aclarar la situación. Y José, símbolo del pueblo fiel, acepta la misión que se le ha encomendado.

Por ser el padre legal de Jesús, le toca imponerle el nombre: Jesús que significa "el Señor salva". Pero ahora el nombre adquiere toda su plenitud. El ángel dice: porque él salvará a su pueblo de sus pecados, es decir, hará lo que es propio del Mesías, restablecer la justicia; en pocas palabras, librar al ser humano de su avaricia, de su orgullo, de sus ambiciones; y no se trata solamente de una liberación material y terrena: aquí la salvación es total, integral. La persona (en todas sus dimensiones: social, espiritual, corporal) va a experimentar la salvación y ésta es obra de Jesús. Una misión que aún no ha llegado a su fin, porque los seres humanos no han querido aceptar a Jesús como salvador. Lo aceptan como profeta, como maestro de moral, como líder espiritual, pero no como el Mesías que viene a establecer su reino en la verdad, la humildad, en el servicio y en la paz.

Nosotros cómo consideramos a Jesús. ¿Necesitamos de alguien que nos revele el misterio de Jesús? Cuando América Latina descubra lo que significa el compromiso con el Reino, se implantará la justicia: los pobres serán menos pobres, los ricos menos ricos, y eso será así porque todos nos amaremos como Jesús nos enseñó a amar.

Servicio Bíblico Latinoamericano

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