¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y mesurar la Palabra de Dios, en este martes de la 26ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo B.
Dios nos bendice...
PRIMERA LECTURA
Del Libro de Zacarías 8, 20-23
Esto dice el Señor de los ejércitos: “Vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades. Y los habitantes de una ciudad irán a ver a los de la otra y les dirán: ‘Vayamos a orar ante el Señor y a implorar la ayuda del Señor de los ejércitos’. ‘Yo también voy’. Y vendrán numerosos pueblos y naciones poderosas a orar ante el Señor Dios en Jerusalén y a implorar su protección”.
Esto dice el Señor de los ejércitos: “En aquellos días, diez hombres de cada lengua extranjera tomarán por el borde del manto a un judío y le dirán: ‘Queremos ir contigo, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes’ ”.
SALMO
Salmo 86
Él la ha cimentado sobre el monte santo; / y el Señor prefiere las puertas de Sión / a todas las moradas de Jacob. / ¡Qué pregón tan glorioso para ti, / ciudad de Dios! R.
"Contaré a Egipto y a Babilonia / entre mis fieles; / filisteos, tirios y etíopes / han nacido allí." Se dirá de Sión: "Uno por uno / todos han nacido de ella; / el Altísimo en persona la ha fundado." R.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: / "Éste ha nacido allí." / Y cantarán mientras danzan: / "Todas mis fuentes están en ti." R.
EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio según Lucas 9, 51-56
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?”
Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.
PALABRAS DEL PAPA
Mientras los discípulos hablaban de sus cosas o de argumentos totalmente ajenos a lo que Jesús decía, Jesús se quedó solo pues no fue acompañado en su decisión por ninguno de sus discípulos, ya que nadie podía entender el misterio de Jesús ni su soledad en el camino a Jerusalén: ¡Se quedó completamente solo! Basta pensar en el abandono de los discípulos, en la traición de Pedro.[…] Solo. [...] Por eso, es tan importante que agradezcamos y digamos: "Gracias Señor porque fuiste obediente hasta el final, fuiste valiente; amaste tanto, me amaste tanto".
De esta manera podemos tener hoy una afectuosa conversación con él y considerar ¿cuántas veces he intentado hacer tantas cosas y no te he mirado a ti, que has hecho todo esto por mí? Tú que te transformaste en la paciencia misma -el hombre paciente, el Dios paciente- y que con tanta paciencia toleras mis pecados, mis fracasos.... Hablemos con grande confianza con Jesús para darle las gracias por haber decidido seguir siempre adelante, y por haber dado siempre la cara. Tomémonos hoy un poco de tiempo, unos cinco, diez o quince minutos, para contemplar con la imaginación o frente al crucifijo a Jesús abandonado, pero que camina con decisión hacia Jerusalén y pidámosle la gracia de tener el valor de acompañarlo y seguirlo muy de cerca. (Homilía Santa Marta, 3 de octubre de 2017)
Vatican News
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