Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este viernes de la 15ª semana del tiempo
ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Mateo
12,1-8
Lectio
Viernes, 17 julio de 2020
1) Oración inicial
¡Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados,
para que puedan volver al buen camino!, concede a todos los cristianos rechazar
lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Mateo 12,1-8
En aquel tiempo cruzaba Jesús un sábado por los sembrados. Y sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerlas. Al verlo los fariseos, le dijeron: «Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado.» Pero él les dijo: «¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, que no le era lícito comer a él, ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes? ¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan el sábado sin incurrir en culpa? Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo. Si hubieseis comprendido lo que significa Misericordia quiero, que no sacrificio, no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»
3) Reflexión
• En el evangelio de hoy veremos de cerca uno de los muchos conflictos
entre Jesús y las autoridades religiosas de la época. Son conflictos entorno a
las prácticas religiosas de aquel tiempo: ayuno, pureza, observancia del
sábado, etc.. En términos de hoy, serían conflictos como por ejemplo, la boda
de de personas divorciadas, la amistad con prostitutas, la acogida de los
homosexuales, el comulgar sin estar casados por la iglesia, el faltar a la misa
en domingo, no ayunar el día de viernes santo. Son muchos los conflictos: en
casa, en la escuela, en el trabajo, en la comunidad, en la iglesia, en la vida
personal, en la sociedad. Conflictos de crecimiento, de relaciones, de edad, de
mentalidad. ¡Tantos! Vivir la vida sin conflicto ¡es imposible! El conflicto
forma parte de la vida y aparece desde el nacimiento. Nacemos con dolores de
parto. Los conflictos no son accidentes por el camino, sino que son parte
integrante del camino, del proceso de conversión. Lo que llama la atención es
la manera en que Jesús se enfrenta a los conflictos. En la discusión con los
adversarios, no se trataba de que tuviera razón en contra de ellos, sino de que
prevaleciera la experiencia que él, Jesús, tenía de Dios como Padre y Madre. La
imagen de Dios que los otros tenían era de un Dios juez severo, que sólo
amenazaba y condenaba. Jesús trataba de hacer prevalecer la misericordia sobre
la observancia ciega de las normas y de las leyes que no tenían nada que ver
con el objetivo de la Ley que es la práctica del amor.
• Mateo 12,1-2: Arrancar el trigo en día de sábado y la crítica de los
fariseos. En un día de sábado, los discípulos pasaban por las plantaciones y se
abrieron camino arrancando espigas para comerlas. Tenían hambre. Los fariseos
llegaron e invocaron la Biblia para decir que los discípulos estaban cometiendo
una trasgresión de la ley del sábado (Cf. Ex 20,8-11). Jesús también usa la
Biblia y responde evocando tres ejemplos sacados de la Escritura: (a) de David,
(b) da la legislación sobre el trabajo de los sacerdotes en el templo y (c) de
la acción del profeta Oseas, es decir, cita un libro histórico, un libro
legislativo y un libro profético.
• Mateo 12,3-4: El ejemplo de David. Jesús recuerda que David había
hecho una cosa prohibida por la ley, pues sacó a los panes sagrados del templo
y los dio a los soldados para que los comiesen porque tenían hambre (1 Sam
21,2-7). ¡Ningún fariseo tenía el valor de criticar al rey David!
• Mateo 12,5-6: El ejemplo de los sacerdotes.. Acusado por las
autoridades religiosas, Jesús argumenta a partir de lo que ellas mismas, las
autoridades religiosas, hacen en día de sábado. En el templo de Jerusalén, en
día de sábado, los sacerdotes trabajan mucho más que en los días entre semana,
pues deben sacrificar los animales para los sacrificios, deben limpiar, barrer,
cargar peso, degollar animales, etc. Y nadie decía que iban contra la ley, pues
pensaban que era normal, etc. La ley misma los obligaba a hacer esto (Núm
28,9-10).
• Mateo 12,7: El ejemplo del profeta. Jesús cita la frase del profeta
Oseas: Misericordia quiero y no sacrificio. La palabra misericordia significa
tener el corazón (cor) en la miseria (miseri) de los otros, es decir, la
persona misericordiosa tiene que estar bien cerca del sufrimiento de las
personas, tiene que identificarse con ellas. La palabra sacrificio significa
hacer (fício) que una cosa queda consagrada (sacri), es decir, quien ofrece un
sacrificio separa el objeto sacrificado del uso profano y lo distancia de la
vida diaria de la gente. Si los fariseos tuviesen en sí esta mirada del profeta
Oseas, sabrían que el sacrificio más agradable a Dios no es que la persona
consagrada viva distanciada de la realidad, sino que ponga enteramente su
corazón consagrado al servicio de la miseria de sus hermanos y hermanas para
aliviarla. Ellos no debían condenar como culpables a aquellos que en realidad
eran inocentes.
• Mateo 12,8: El Hijo del Hombre es señor del sábado. Jesús termina
con esta frase: el Hijo del Hombre es señor del sábado. Jesús, él mismo, es el
criterio para la interpretación de la Ley de Dios. Jesús conocía la Biblia de
memoria y la invocaba para mostrar que los argumentos de los otros no tenían
fundamento. En aquel tiempo, no había Biblias impresas como tenemos hoy en día.
En cada comunidad sólo había una Biblia, escrita a mano, que quedaba en la
sinagoga. El que Jesús conociera tan bien la Biblia es señal de que durante
treinta años de vida en Nazaret, ha participado intensamente en la vida de la
comunidad, donde todos los sábados se leían las escrituras. La nueva
experiencia de Dios como Padre hacía que Jesús llegara a descubrir mejor cuál
había sido la intención de Dios al decretar las leyes del Antiguo Testamento.
Al convivir con la gente de Galilea, durante treinta años en Nazaret, y
sintiendo en la piel la opresión y la exclusión de tantos hermanos y hermanas
en nombre de la Ley de Dios, Jesús tiene que haber percibido que esto no podía
ser el sentido de aquellas leyes. Si Dios es Padre, entonces él acoge a todos
como hijos e hijas. Si Dios es Padre, entonces debemos ser hermanos y hermanas
unos de otros. Fue lo que Jesús vivió y rezó, desde el comienzo hasta el fin.
La Ley debe estar al servicio de la vida y de la fraternidad. “El ser humano no
está hecho para el sábado, sino el sábado para el ser humano” (Mc 2,27). Fue
por su fidelidad a este mensaje que Jesús fue condenado a muerte.
Él incomodaba
al sistema, y el sistema se defendió, usando la fuerza contra Jesús, pues él
quería la Ley al servicio de la vida, y no viceversa. Falta todavía mucho para
que tengamos esa misma familiaridad con la Biblia y la misma participación en
la comunidad como Jesús.
4) Para la reflexión personal
• ¿Qué tipo de conflictos tú vives en familia, en la sociedad y en la
iglesia? ¿Cuáles son los conflictos relativos a prácticas religiosas que, hoy
hacen sufrir a las personas y son motivo de mucha discusión y polémica? ¿Cuál
es la imagen de Dios que está por detrás de todos estos preconceptos, normas y
prohibiciones?
• ¿Qué te ha enseñado el conflicto en estos años? ¿Cuál es el mensaje que
sacamos de todo esto para nuestras comunidades de hoy?
5) Oración final
Señor, si acostado me vienes a la mente,
quedo en vela meditando en Ti,
porque Tú me sirves de auxilio
y exulto a la sombra de tus alas;
mi ser se aprieta contra Ti,
tu diestra me sostiene. (Sal 63,7-9)
quedo en vela meditando en Ti,
porque Tú me sirves de auxilio
y exulto a la sombra de tus alas;
mi ser se aprieta contra Ti,
tu diestra me sostiene. (Sal 63,7-9)
Orden de los Carmelitas
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