¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este martes de la 7ª semana de Pascua,
ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: Juan 17,1-11a
Lectio
Martes,
26 de mayo de 2020
Tiempo
de Pascua
1)
Oración inicial
Te
pedimos, Dios de poder y misericordia, que envíes tu Espíritu Santo, para que,
haciendo morada en nosotros, nos convierta en templos de su gloria. Por nuestro
Señor.
2)
Lectura
Del
santo Evangelio según Juan 17,1-11a
Así
habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora;
glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder
que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le
has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti el único Dios verdadero,
y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra,
llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame
tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He
manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo.
Tuyos
eran y tú me los has dado; y han guardado tu palabra. Ahora ya saben que todo
lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he
dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que
vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por
el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es
tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy
en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida
en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros.
3)
Reflexión
•
En los evangelios de hoy, de mañana y de pasado mañana, vamos a meditar las
palabras que Jesús dirigió al Padre en el momento de la despedida. Juan
conserva estas palabras y las coloca como pronunciadas por Jesús durante el
último encuentro de Jesús con sus discípulos. Es el Testamento de Jesús en
forma de plegaria, también llamada Oración Sacerdotal (Jn 7,1-26).
•
El capítulo 17 del evangelio de Juan es el final de una larga reflexión de
Jesús, iniciada en el capítulo 15, sobre su misión en el mundo. Las comunidades
guardarán estas reflexiones para poder entender mejor el momento difícil que
atraviesan: tribulación, abandono, dudas, persecución. La larga reflexión
termina con la oración de Jesús para las comunidades. En ella afloran los
sentimientos y las preocupaciones que, según el evangelista, estaban en Jesús
en el momento de salir de este mundo para el Padre. Ahora Jesús está ante el
Padre con estos sentimientos y con esta preocupación, intercediendo por
nosotros. Por esto, la Oración Sacerdotal es también el Testamento de Jesús.
Mucha gente, en el momento de despedirse por siempre, deja algún mensaje. Todo
el mundo guarda palabras importantes del padre y de la madre, sobre todo cuando
son de los últimos momentos de la vida. Conservar estas palabras es como
guardar a las personas. Es una forma de añoranza.
•
El capítulo 17 es un texto diferente. Es más de amistad que de razonamientos.
Para captar bien todo su sentido, no basta la reflexión de la cabeza, de la
razón. Este texto debe ser meditado y acogido también en el corazón. Por esto,
no hay que preocuparse si no se entiende todo de inmediato. El texto exige toda
una vida para meditarlo y profundizarlo. Un texto así, hay que leerlo,
meditarlo, pensarlo, leerlo de nuevo, repetirlo, rumiarlo, como se hace con un
caramelo en la boca, un caramelo que gusta. Uno le da vueltas y vueltas en la
boca, hasta terminarlo del todo. Por esto, cierra los ojos, haz silencio dentro
de ti y escucha a Jesús que te está hablando a ti, transmitiéndote en el
Testamento su mayor preocupación, su última voluntad. Trata de descubrir cuál
es el punto en que Jesús insiste más y que considera el más importante.
•
Juan 17,1-3: ¡Ha llegado la hora! “Padre, ¡ha llegado la hora!" Es la hora
largamente esperada (Jn 2,4; 7,30; 8,20; 12,23.27; 13,1; 16,32). Es el momento
de la glorificación que se hará a través de la pasión, muerte y resurrección.
Es el momento de la glorificación, que se hará mediante la pasión, la muerte y
la resurrección. Al llegar al final de su misión, Jesús mira hacia atrás y hace
una revisión. En esta plegaria, él va a expresar el sentimiento más íntimo de
su corazón y el descubrimiento más profundo de su alma: la presencia del Padre
en su vida.
•
Juan 17,4-8: ¡Padre, reconocerán que vengo de Ti! Al volver a ver su vida,
Jesús se ve a si mismo como la manifestación del Padre para los amigos que el
Padre le dio. Jesús no vivió para sí. Vivió para que todos pudiesen tener un
atisbo de bondad y de amor que está encerrado en el Nombre de Dios que es Abba,
Padre.
•
Juan 17,9-11a: Todo lo mío es tuyo, todo lo tuyo es mío. En el momento de dejar
el mundo, Jesús expone al Padre su preocupación y reza por los amigos que él
deja atrás. Ellos continúan en el mundo, pero no son del mundo. Son de Jesús,
son de Dios, son señales de Dios y de Jesús en este mundo. Jesús se preocupa de
las personas que quedan, y reza por ellas.
4)
Para la reflexión personal
•
¿Cuáles son las palabras de las personas queridas que tu guardas con cariño y
que orientan tu vida? En caso de que te fueras, ¿qué mensaje dejarías para tu
familia y para la comunidad?
•
¿Cuál es la frase del Testamento de Jesús que más me tocó? ¿Por qué?
5)
Oración final
¡Bendito
sea el Señor, día tras día!
Él se encarga de nuestra salvación. Pausa.
Nuestro Dios es un Dios salvador,
el Señor libera de la muerte. (Sal 68,20-21)
Él se encarga de nuestra salvación. Pausa.
Nuestro Dios es un Dios salvador,
el Señor libera de la muerte. (Sal 68,20-21)
Orden de los Carmelitas
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