¡Amor y
paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este lunes en que celebramos la fiesta de Santa María Magdalena.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Santa María Magdalena
Lectio
Lunes,
22 Julio , 2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
Muéstrate propicio con
tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos dones de tu gracia, para que,
encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento
de tu ley. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 20,1-2.11-18
El primer día de la
semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba
oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega a Simón
Pedro y al otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del
sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.»
Estaba María junto al
sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve
dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la
cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les
respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.»
Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le
dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era
el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo
has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le
dice en hebreo: «Rabbuní -que quiere decir: «Maestro»-. Dícele Jesús: «Deja de
tocarme, que todavía no he subido al Padre. Pero vete a mis hermanos y diles:
Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.» Fue María Magdalena
y dijo a los discípulos: «He visto al Señor» y que había dicho estas
palabras.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
nos presenta la aparición de Jesús a María Magdalena, cuya fiesta celebramos
hoy. La muerte de Jesús, su gran amigo, le hace perder el sentido de la vida.
Pero ella no desiste de la búsqueda. Va al sepulcro para volver a encontrar a
aquel que le habían robado. Hay momentos en la vida en que todo se desmorona.
Parece que todo se termina. Muerte, desastre, enfermedad, decepción, traición.
Tantas cosas que pueden hacernos faltar la tierra bajo nuestros pies y echarnos
en una crisis profunda. Pero también acontece lo siguiente. Como que, de
repente, el volverse a encontrar con una persona amiga puede rehacer la vida y
puede hacernos descubrir que el amor es más fuerte que la muerte y la derrota.
En la manera de describir la aparición la aparición de Jesús a María Magdalena
aparecen las etapas de la travesía que ella tuvo que hacer, desde la búsqueda
dolorosa del fallecido amigo hasta el encuentro con el resucitado. Estas son
también las etapas por las que pasamos todos nosotros, a lo largo de la vida,
en busca de la dirección hacia Dios y en la vivencia del Evangelio. Es el
proceso de la muerte y de la resurrección que se prolonga en el día a día de la
vida.
• Juan 20,1: María
Magdalena va al sepulcro. Había un amor muy grande entre Jesús y María
Magdalena. Ella fue una de las pocas personas que tuvieron el valor de quedarse
con Jesús hasta la hora de su muerte en la cruz. Después del reposo obligatorio
del sábado, ella volvió al sepulcro para estar en el lugar donde había
encontrado al Amado por última vez. Pero, con su gran sorpresa, el sepulcro
estaba vacío.
• Juan 20,11-13: María
Magdalena llora, pero busca. Llorando, María Magdalena se inclina y mira para
dentro del túmulo, donde ve dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el
lugar donde había sido colocado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro
a los pies. Los ángeles preguntan: "¿Por qué lloras?" Respuesta:
"¡Porqué se han llevado a mi señor y no dé dónde lo han puesto!"
María Magdalena busca al Jesús que ella había conocido, el mismo con quien
había convivido durante tres años.
• Juan 20,14-15: María
Magdalena conversa con Jesús sin reconocerle. Los discípulos de Emaús vieron a
Jesús, pero no le reconocieron (Lc 24,15-16). Lo mismo acontece con María
Magdalena. Ella ve a Jesús, pero no le reconoce. Piensa que es el jardinero. Al
igual que los ángeles, también Jesús pregunta: "¿Por qué lloras?" Y
añade: "¿A quién buscas?" Respuesta: "«Señor, si tú lo has
llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré." Ella sigue
buscando al Jesús del pasado, de hace tres días. La imagen de Jesús del pasado
le impide reconocer al Jesús vivo, presente ante ella.
• Juan 20,16: María
Magdalena reconoce a Jesús. Jesús pronuncia el nombre: "¡María!"
(Miriam) Fue la señal de reconocimiento: la misma voz, la misma manera de
pronunciar el nombre. Ella responde: "¡Maestro!" (Rabuni) Jesús había
vuelto. La primera impresión es de que la muerte no fue que un accidente
doloroso a lo largo del camino, pero que ahora todo había vuelto a ser como
antes. María abraza a Jesús con fuerza. Era el mismo Jesús que había muerto en
cruz, el mismo que ella había conocido y amado. Aquí se realiza lo que Jesús
dijo en la parábola del Buen Pastor: "El las llama por su nombre y ellas
reconocen su voz". - "Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen"
(Jn 10,3.4.14).
• Juan 20,17: María
Magdalena recibe la misión de anunciar a los apóstoles la resurrección. De
hecho, es el mismo Jesús, pero lo que ha cambiado es la manera de estar unido a
ella: Jesús le dice: "Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre”
Jesús sube al Padre.
María Magdalena tiene que soltarle y asumir su misión: “Pero vete a mis
hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios”.
Llama a los discípulos “mis hermanos”. Subiendo al Padre, Jesús nos abrió el
camino e hizo con que Dios se quedara de nuevo cerca de nosotros. “Quiero que
donde yo esté ellos estén conmigo” (Jn 17,24; 14,3).
• Juan 20,18: La
dignidad y la misión de la Magdalena y de las Mujeres. María Magdalena es
citada como discípula de Jesús (Lc 8,1-2); como testigo de su crucifixión (Mc
15,40-41; Mt 27,55-56; Jn 19,25), de su sepultura (Mc 15,47; Lc 23,55; Mt
27,61), y de su resurrección (Mc 16,1-8; Mt 28,1-10; Lc 24,1-10; Jn
20,1.11-18). Y ahora recibe la orden, la ordenación, de ir a los Doce y
anunciarles que Jesús está vivo. en esta Buena Nueva de la Resurrección, las
siete lámparas de los sacramentos se apagarían (Mt 28,10; Jn 20,17-18).
4) Para la relación personal
• ¿Has pasado ya por
una experiencia que te dio este sensación de pérdida y de muerte? ¿Qué te dio
nueva vida y te devolvió la esperanza y la alegría de vivir?
• María Magdalena
buscaba a Jesús de una manera y le encontró de otra. ¿Cómo acontece esto hoy en
tu vida?
5) Oración final
Dios, tú mi Dios, yo
te busco,
mi ser tiene sed de
ti,
por ti languidece mi
cuerpo,
como erial agotado,
sin agua. (Sal 63,2)
Orden
de los Carmelitas
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