¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, este viernes 21º del Tiempo
Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO
25,1-13
Lectio:
Viernes, 31 agosto,
2018
Tiempo Ordinario
Oración inicial
Ven, Señor, en ayuda de
tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre los que te suplican, y renueva y
protege la obra de tus manos en favor de los que te alaban como creador y como
guía. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del Evangelio según Mateo
25,1-13
«Entonces el Reino de los
Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron
al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las
necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las
prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas.
Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche
se oyó un grito: ` ¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!' Entonces
todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias
dijeron a las prudentes: `Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se
apagan.' Pero las prudentes replicaron: `No, no sea que no alcance para
nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo
compréis.' Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban
preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde
llegaron las otras vírgenes diciendo: ` ¡Señor, señor, ábrenos!' Pero él respondió:
`En verdad os digo que no os conozco.' Velad, pues, porque no sabéis ni el día
ni la hora.
3) Reflexión
• Mateo 25,1ª: El
comienzo: “Entonces”. La parábola empieza con esta palabra: “Entonces”.
Se trata de la venida del Hijo del Hombre (cf Mt 24,37). Nadie sabe cuándo va a
venir ese día, “ni los ángeles, ni el hijo mismo, sino que solamente el
Padre” (Mt 24, 36). No importa que los adivinos quieran hacer
cálculos. El Hijo del Hombre vendrá de sorpresa, cuando la gente menos lo
espera (Mt 24,44). Puede ser hoy, puede ser mañana. Por esto, el recado final
de la parábola de las diez vírgenes es “¡Vigilad!’ Las diez muchachas deben
estar preparadas para cualquier eventualidad. Cuando la policía nazista llamó a
la puerta del monasterio de las Carmelitas en Echt en la provincia de Limburgia
en los Países Bajos, Edith Stein, la hermana Teresa Benedicta de la Cruz,
estaba preparada. Asumió la Cruz y siguió para el martirio en el campo de
exterminio por amor a Dios y a su gente. Era una de las vírgenes prudentes de
la parábola.
• Mateo 25,1b-4: Las
diez vírgenes preparadas para aguardar al novio. La parábola empieza
así: “El Reino del Cielo es como diez vírgenes que prepararon sus
lámparas y salieron al encuentro del novio”. Se trata de muchachas que
debían acompañar al novio para la fiesta de la boda. Para esto, ellas debían
llevar consigo las lámparas, sea para iluminar el camino, sea para iluminar la
fiesta. Cinco de ellas eran prudentes y cinco eran sin fundamento. Esta
diferencia aparece con claridad en la manera en que se preparan para la función
que recibirán. Junto con las lámparas encendidas, las previdentes llevaron
consigo también una vasija de aceite de reserva. Se preparaban para cualquier
eventualidad. Las vírgenes sin fundamento se llevaron sólo las lámparas, sin
pensar en llevarse un poco de aceite de reserva.
• Mateo 25,5-7: El
retraso no previsto de la llegada del novio. El novio se demora. No
había una hora determinada para que llegara. En la espera, el sueño se apodera
de las muchachas, sin embargo, las lámparas siguen gastando aceite e se van
apagando poco a poco. De repente, en medio de la noche, se oye un grito: “¡Ya
está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!”. Todas ellas despiertan y
empiezan a preparar las lámparas que ya estaban casi al final. Debían de poner
el aceite de reserva para evitar que las lámparas se
apagaran.
• Mateo 25,8-9: Las
diversas reacciones ante la llegada atrasada del novio. Solamente
ahora las necias se dan cuenta de que olvidaron llevar consigo el aceite de
reserva. Fueron a pedir aceite a las prudentes: “Dadnos de vuestro
aceite, que nuestras lámparas se apagan”. Las prudentes no pudieron
atender este pedido, pues en aquel momento lo que importaba no era que las
prudentes compartieran su aceite con las otras, sino que estuvieran listas para
acompañar al novio hasta el lugar de la fiesta. Por esto aconsejan: ‘es
mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.'
• Mateo 25,10-12: El
destino de las vírgenes prudentes y de las necias. Las necias siguen
el consejo de las prudentes y van a comprar aceite. Durante esta breve ausencia
de la compra llega el novio y las prudentes pueden acompañarlo a la fiesta de
las bodas. Y la puerta se cierra detrás de ellas. Cuando llegan las otras,
llaman a la puerta y piden: “¡Señor, Señor, abre la puerta para
nosotras!” Y reciben la respuesta: “En verdad os digo que no
os conozco”.
• Mateo 25,13: La
recomendación final de Jesús para todos nosotros. La historia de esta
parábola es muy sencilla y la lección es evidente. “Velad, pues, porque
no sabéis, ni el día, ni la hora”. Moral de la historia: no seas
superficial, mira más allá del momento presente, trata de descubrir el llamado
de Dios hasta en las mínimas cosas de la vida, hasta en el aceite que falta en
la lámpara.’
4) Para la reflexión
personal
• ¿Te ocurrió ya de pensar
en el aceite de reserva de tu lámpara?
• ¿Conoces la vida de
Santa Edith Stein, Teresa Benedicta de la Cruz?
5) Oración final
Bendeciré en todo tiempo
al Señor,
sin cesar en mi boca su alabanza;
en el Señor se gloría mi ser,
¡que lo oigan los humildes y se alegren! (Sal 34,2-3)
sin cesar en mi boca su alabanza;
en el Señor se gloría mi ser,
¡que lo oigan los humildes y se alegren! (Sal 34,2-3)
Orden de los Carmelitas