¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este miércoles en
que celebramos la fiesta de Santiago Apóstol.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: SAN
SANTIAGO APÓSTOL, MT. 20,20-28
Lectio:
Miércoles, 25 Julio, 2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Muéstrate propicio con tus
hijos, Señor, y multiplica sobre ellos dones de tu gracia, para que, encendidos
de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley.
Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Mateo
20,20-28
Entonces se le acercó la
madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle
algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos
se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.» Replicó
Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?»
Dícenle: «Sí, podemos.» Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi
derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes
está preparado por mi Padre.»
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
3) Reflexión
• Jesús y los discípulos
están en camino hacia Jerusalén (Mt 20,17). Jesús sabe que van a matarlo (Mt
20,8). El profeta Isaías lo había anunciado ya (Is 50,4-6; 53,1-10). Su muerte
no será fruto de un destino o de un plan ya preestablecido, sino que será consecuencia
del compromiso libremente asumido de ser fiel a la misión que recibió del Padre
junto a los pobres de su tierra. Jesús ya tenía dicho que el discípulo tiene
que seguir al maestro y cargar su cruz detrás de él (Mt 16,21.24), pero los
discípulos no entendieron bien qué estaba ocurriendo (Mt 16,22-23; 17,23). El
sufrimiento y la cruz no se combinaban con la idea que ellos tenían del Mesías.
• Mateo 20,20-21: La
petición de la madre de los hijos de Zebedeo. Los discípulos no sólo no
entendían, sino que seguían con sus ambiciones personales. La madre de los
hijos de Zebedeo, como portavoz de sus dos hijos, Santiago y Juan, llega cerca
de Jesús para pedirle un favor: "Manda que estos dos hijos míos, se
sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu Reino". Ellos no
habían entendido la propuesta de Jesús. Estaban preocupados sólo con sus
propios intereses. Esto refleja las tensiones en las comunidades, tanto en el
tiempo de Jesús como en el tiempo de Mateo, como hoy en nuestras comunidades.
• Mateo 20,22-23: La
respuesta de Jesús. Jesús reacciona con firmeza. Responde a los hijos y no a la
madre: "«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a
beber?» " Se trata del cáliz del sufrimiento. Jesús quiere saber si ellos,
en vez del lugar de honor, aceptan entregar su vida hasta la muerte. Los dos
responden: “¡Podemos!” Era una respuesta sincera y Jesús confirma: "Mi
copa sí la beberéis”. Al mismo tiempo, parece una respuesta precipitada, pues
pocos días después, abandonaron a Jesús y lo dejaron solo en la hora del
sufrimiento (Mt 26,51). Ellos no tenían mucha conciencia crítica, ni tampoco
perciben su realidad personal. Y Jesús completa: “pero sentarse a mi derecha o
mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado
por mi Padre.» Lo que él Jesús puede ofrecer, es el cáliz del sufrimiento de la
cruz.
• Mateo 20,24-27: Entre
ustedes no sea así. “Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos
hermanos”. La demanda que la madre hace en nombre de los dos produce
enfrentamiento y discusión en el grupo. Jesús los llama y habla sobre el
ejercicio del poder: "«Sabéis que los jefes de las naciones las dominan
como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser
así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros,
será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será
vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser
servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
En aquel tiempo, los que
detenían el poder no tenían en cuenta a la gente. Actuaban según como les
parecía (cf. Mc 14,3-12). El imperio romano controlaba el mundo y lo mantenía
sometido por la fuerza de las armas y, así, a través de tributos, tasas e
impuestos, conseguía concentrar la riqueza de la gente en mano de unos pocos
allí en Roma. La sociedad estaba caracterizada por el ejercicio represivo y
abusivo del poder.
Jesús tenía otra
propuesta. El enseña contra los privilegios y contra la rivalidad. Invierte el
sistema e insiste en la actitud de servicio como remedio contra la ambición
personal. La comunidad tiene que preparar una alternativa. Cuando el imperio
romano quiere desintegrar, víctima de sus propias contradicciones internas, las
comunidades deberían estar preparadas para ofrecer a la gente un modelo
alternativo de convivencia social.
• Mateo 20,28: El resumen
de la vida de Jesús. Jesús define su vida y su misión: “El Hijo del Hombre no
ha venido para ser servido, sino para servir, y para dar la vida en rescate de
muchos”. En esta autodefinición de Jesús están implicados tres títulos que lo
definen y que eran para los primeros cristianos el inicio de la Cristología:
Hijo del Hombre, Siervo de Yahvé y Hermano mayor (Pariente próximo o Goel).
Jesús es el Mesías Servidor, anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1-9;
49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12). Aprendió de su madre quien dijo: “¡He aquí la
esclava del Señor!”(Lc 1,38). Propuesta totalmente nueva para la sociedad de
aquel tiempo.
4) Para la reflexión
personal
• Santiago y Juan piden
favores, Jesús promete sufrimiento. Yo, ¿qué busco en mi relación con Dios y
qué pido en la oración? ¿Cómo acojo el sufrimiento que se da en la vida y que
es contrario a aquello que pido en la oración?
• Jesús dice: “¡No ha de ser así entre vosotros!” Nuestra manera de vivir en la comunidad y en la iglesia ¿está de acuerdo con este consejo de Jesús?
5) Oración final
Los paganos decían:
¡Grandes cosas
ha hecho el Señor en su favor!
¡Sí, grandes cosas ha hecho por nosotros
Yahvé, y estamos alegres! (Sal 126,2-3)
ha hecho el Señor en su favor!
¡Sí, grandes cosas ha hecho por nosotros
Yahvé, y estamos alegres! (Sal 126,2-3)
Orden de los Carmelitas
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