¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este lunes de la 11a
semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO
5,38-42
Lectio:
Lunes, 18 junio, 2018
Tiempo Ordinario
1) ORACIÓN INICIAL
¡Oh Dios!, fuerza de los
que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y sin
ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y
agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.
2) LECTURA
Del santo Evangelio según
Mateo 5,38-42
En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Sabéis que está mandado:
"Ojo por ojo, diente por diente". Pues yo os digo: No hagáis frente
al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha,
preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale
también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a
quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehúyas".
3) REFLEXIÓN
• El evangelio de hoy
forma parte de una pequeña unidad literaria que va desde Mt 5,17 hasta Mt 5,48,
en la que se describe como pasar de la antigua justicia de los fariseos (Mt
5,20) para la nueva justicia del Reino de Dios (Mt 5,48). Describe como subir
la Montaña de las Bienaventuranzas, de donde Jesús anunció la nueva Ley del
Amor. El gran deseo de los fariseos era alcanzar la justicia, ser justo ante
Dios. Es éste también el deseo de todos nosotros. Justo es aquel o aquella que
consigue vivir allí donde Dios quiere que lo haga. Los fariseos se esforzaban para
alcanzar la justicia a través de la observancia estricta de la Ley. Pensaban
que era por el esfuerzo que podrían llegar hasta el lugar donde Dios los
quería. Jesús toma postura ante esta práctica y anuncia que la nueva justicia
tiene que superar la justicia de los fariseos (Mt 5,20). En el evangelio de hoy
estamos casi llegando a la cima de la montaña. Falta poco. La cima está
descrita con la frase: “Sed perfecto como vuestro Padre celestial es perfecto”
(Mt 5,48), que meditaremos en el evangelio de mañana. Veamos de cerca este
último grado que nos falta para llegar a la cima de la Montaña, de la que San
Juan de la Cruz dice: “Aquí reinan el silencio y el amor”.
• Mateo 5,38: Ojo por ojo,
diente por diente. Jesús cita un texto de la Ley antigua diciendo: "Habéis
oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente!”. El abrevia el texto
diciendo: “Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, pie por pie,
quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Ex 21,23-25).
Como en los casos anteriores, aquí también Jesús hace una relectura enteramente
nueva. El principio: “ojo por ojo, diente por diente” estaba en la raíz de la
interpretación que los escribas hacían de la ley. Este principio debe ser
subvertido, pues pervierte y perjudica la relación entre las personas y con
Dios.
• Mateo 5,39ª: No devolver
mal con mal. Jesús afirma exactamente lo contrario: “Pero yo os digo: no os vengáis
de quien os hace el mal”. Ante una violencia recibida, nuestra relación natural
es pagar al otro con la misma moneda. La venganza pide: “ojo por ojo, diente
por diente”. Jesús pide retribuir el mal no con el mal, sino con el bien. Pues,
si no sabremos superar la violencia recibida, la espiral de violencia lo
invadirá todo y no habrá salida. Lamec decía: “Pongan atención a mis palabras.
Yo he muerto a un hombre por la hrida que me hizo y a un muchacho por un
moretón que recibí. Si Caín ha de ser vengado siete veces, Lamec ha de serlo
setenta y siete veces” (Gn 4,24). Fue por causa de esta venganza extremada que
todo terminó en la confusión de la Torre de Babel (Gen 11,1-9). Fiel a la
enseñanza de Jesús, Pablo escribe en la carta a los Romanos: “antes bien, al
que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera
pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te
obligue a andar una milla vete con él dos. “No devuelvan a nadie mal por mal,
procuren ganarse el aprecio de todos los hombres. No te dejes vencer por lo
malo, más bien vence el mal a fuerza de bien”. (Rom 12,17.21). Para poder tener
esta actitud, es necesario tener mucha fe en la posibilidad que el ser humano
tiene de recuperarse. ¿Cómo hacer esto en la práctica? Jesús nos ofrece 3
ejemplos concretos.
• Mateo 5,39b-42: Los
cuatro ejemplos para superar la espiral de violencia. Jesús dice: (a) al que te
abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; (b) al que quiera
pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; (c) y al que
te obligue a andar una milla vete con él dos. (d) a quien te pida da, y al que
desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.(Mt 5,40-42). ¿Cómo entender
estas cuatro afirmaciones? Jesús mismo nos ofreció una ayuda de cómo debemos
entenderlas. Cuando el soldado le dio una bofetada en el rostro, él no ofreció
la otra. Por el contrario, reaccionó con energía: “Si he hablado mal, muéstrame
en qué, pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?” (Jn 18,23) Jesús no enseña
la pasividad. San Pablo piensa que, retribuyendo el mal con el bien, “haciendo
esto, amontonarás brasas sobre su cabeza” (Rom 12,20). Esta fe en la
posibilidad de recupero del ser humano sólo es posible desde una raíz que nace
de la total gratuidad del amor creador que Dios mostró para con nosotros en la
vida y en las actitudes de Jesús.
4) PARA LA REFLEXIÓN
PERSONAL
• ¿Has sentido alguna vez
una rabia tan grande como para querer aplicar la venganza “ojo por ojo”, diente
por diente”? ¿Cómo hacer para superarla?
• ¿Será que la convivencia
comunitaria hoy en la iglesia favorece el tener en nosotros el amor creador que
Jesús sugiere en el evangelio de hoy?
5) ORACIÓN FINAL
Escucha mi palabra, Yahvé,
repara en mi plegaria,
atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío. (Sal 5,2-3)
repara en mi plegaria,
atento a mis gritos de auxilio,
rey mío y Dios mío. (Sal 5,2-3)
Orden de los Carmelitas
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