¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios y el comentario,
en este jueves de la 22ª semana del tiempo ordinario.
Dios nos bendice...
Primera
lectura
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los Colosenses (1,9-14):
Desde que nos enteramos de vuestra conducta, no dejamos de rezar a Dios por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual. De esta manera, vuestra conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificaréis en toda clase de obras buenas y aumentará vuestro conocimiento de Dios. El poder de su gloria os dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias al Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Palabra de Dios
Desde que nos enteramos de vuestra conducta, no dejamos de rezar a Dios por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual. De esta manera, vuestra conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificaréis en toda clase de obras buenas y aumentará vuestro conocimiento de Dios. El poder de su gloria os dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias al Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
97,2-3ab.3cd-4.5-6
R/. El Señor da a conocer su victoria
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.
R/. El Señor da a conocer su victoria
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.
Evangelio de
hoy
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (5,1-11):
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor
Comentario
1.1 Uno
de los aspectos más interesantes de la primera lectura del día de hoy es el
llamado hacia la plenitud. Creer es un ejercicio, un dinamismo. La vida
cristiana no puede resumirse en "tener" fe, como quien posee algo que
ha quedado bajo su poder. Más bien, ser cristiano, en la óptica de Pablo es
quedar bajo el poder de la fe, es decir, entrar en un proceso que ha tenido su
comienzo maravilloso cuando nos abrimos a la propuesta del amor divino pero que
debe perfeccionar ese comienzo hasta "llegar a conocer con plenitud su
voluntad", como hemos escuchado hoy.
1.2 El
tema de la "sabiduría espiritual" lo había tocado antes el apóstol,
en el contexto polémico de las Cartas a los Corintios, especialmente la primera
de ellas, en el capítulo segundo. Es fácil, en efecto, caer en el error de
convertir el cristianismo en un sistema de ideas, una especie de filosofía, y
por ello Pablo entiende que no podemos agarrar la esencia, la nuez del
cristianismo, si no es por gracia. Ser cristiano no es, o por lo menos no se
limita a ser, un coleccionista de ideas que encajan bien unas en otras. Pablo
ora por los colosenses, y por nosotros, porque sabe que sólo en la gracia y por
la gracia podemos llegar a descubrir la verdadera sabiduría, esa que nos MUEVE
a agradar al mismo Dios de quien la recibimos.
2.
Encuentro de dos poderes
2.1 Es
importante descubrir este aspecto dinámico de la fe y del conocimiento
espiritual entre otras cosas porque vivir en clave cristiana conlleva
presenciar el crudo enfrentamiento de dos poderes. Así lo podemos entender de
la misma primera lectura del día de hoy.
2.2 Pablo
nos habla del "dominio" de las tinieblas, ciertamente vencido por el
"Reino" del Hijo querido. Es preciso que comprendamos que el mal
tiene poder, aunque siempre es más importante que afirmemos que ese poder es
menor y está finalmente subordinado al poder y la sabiduría del Dios Altísimo.
2.3
Entender que el mal tiene poder nos lleva a obrar con seriedad en relación con
nosotros mismos y con nuestras propias tentaciones. Además, nos hace
comprensivos y compasivos con respecto a nuestros hermanos, pues no es por
capricho que una persona se daña a sí misma a través de sus pecados. O dicho de
otro modo: la primera víctima del mal es el malvado mismo. Teniendo esto
presente seremos más sabios y ponderados al abordar los problemas y
deficiencias de los demás y de nosotros mismos.
3.
Vencido en su terreno
3.1 Amo
particularmente el texto del evangelio de hoy. Porque es un texto de llamado,
desde luego, pero más aún por el modo como Cristo completa el llamado que ya
había hecho a sus primeros discípulos.
3.2
Cristo ya era conocido por Pedro. Para Pedro, Cristo era tal vez un profeta,
tal vez el mejor y más grande maestro y predicador que él hubiera conocido,
pero... hasta ahí. Es decir: Pedro tenía su terreno, el de la pesca, y Cristo
tenía el suyo, el de la predicación y los milagros. Eran dos terrenos
diferentes y Pedro quizá se sentía cómodo con esa frontera que estaba tácita
pero muy clara. En el evangelio de hoy, por el contrario, vemos a Cristo pasar
la frontera. Para atraer a Pedro hacia su terreno, Cristo "invade" el
terreno de Pedro. Hoy vemos a Cristo pescando peces para que mañana Pedro pueda
pescar hombres.
3.3 Y ciertamente Cristo no lo hizo mal como pescador de peces en el
lago de Genesaret. ¡Las redes casi se rompían, las barcas casi se hundían bajo
el peso de la pesca más grande que se hubiera visto en aquel lugar! Semejante
abundancia mostró varias cosas a Pedro y a nosotros. Primera, dejemos la idea
de los terrenos separados. Eso de que "esta parte la hago yo y la otra
parte la hace Dios" no vale para el verdadero discípulo. La comunión con
el Señor implica que estamos todos en la siembra y en la siega, en la echada de
la red y en su recogida. Segunda enseñanza: el Señor multiplica nuestros
esfuerzos y confirma con su bendición nuestro trabajo. Y tercera: él, cuando
nos llama, no anula lo que hemos sido, sino que lo plenifica, lo eleva. Como
decían los antiguos escolásticos, "la gracia no destruye, sino que
perfecciona la naturaleza".
http://fraynelson.com/homilias.html.
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