sábado, 4 de marzo de 2017

“Dejándolo todo, se levantó y lo siguió”

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dos y el comentario, en este Sábado después de Ceniza.

Dios nos bendice...

Libro de Isaías 58,9b-14.
Así habla el Señor: Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan. Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares, y te llamarán "Reparador de brechas", "Restaurador de moradas en ruinas". Si dejas de pisotear el sábado, de hacer tus negocios en mi día santo; si llamas al sábado "Delicioso" y al día santo del Señor "Honorable"; si lo honras absteniéndote de traficar, de entregarte a tus negocios y de hablar ociosamente, entonces te deleitarás en el Señor; yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor. 
Salmo 86(85),1-2.3-4.5-6. 

Inclina tu oído, Señor, respóndeme,
porque soy pobre y miserable;
protégeme, porque soy uno de tus fieles,
salva a tu servidor que en ti confía.

Tú eres mi Dios: ten piedad de mí, Señor,
porque te invoco todo el día;
reconforta el ánimo de tu servidor,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.

Tú, Señor, eres bueno e indulgente,
rico en misericordia con aquellos que te invocan:
¡atiende, Señor, a mi plegaria,
escucha la voz de mi súplica!

Evangelio según San Lucas 5,27-32. 
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?". Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".  

Comentario

El llamado de Leví a seguir a Jesús está simplificado en el evangelio; aquella decisión le debió tomar largas consideraciones al acomodado recaudador de impuestos para que abandonara su modo de vida y hacer la experiencia del Reino, el discipulado, una experiencia de madurez y de plenitud.

Para el discipulado, no pocas veces se cargan las tintas en el “dejarlo todo”, como si se tratara de una decisión casi imposible de tomar  para el   cristiano común  –¡no   hay  de   otros!– y   que  sólo   unos cuantos privilegiados –las personas de vida consagrada regulada son la referencia mental más común– serían capaces de tomar.

En realidad, “dejarlo todo” es el modo de privilegiarla experiencia del Reino antes que los propios medios de vida. Todo seguidor de Jesús está   obligado   a   dejarlo   todo   para   hacerse   aprendiz   del   Reino.   Esto no admite subterfugios. Pero esta experiencia no es un logro individual, se hace en la relación conlos demás; en la entrega generosa a los más desfavorecidos. Así se hace presente el Reino.


Servicio Bíblico Latinoamericano

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