¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este miércoles de la 3ª semana
de Cuaresma.
Dios nos bendice…
Evangelio según San Mateo
5,17-19.
Jesús dijo a sus discípulos: «No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»
Comentario
El Evangelio de Mateo nos
presenta a Jesús “como Moisés”, y que nos enseña el camino para encontrarnos
con Dios. Ese era el objetivo de la ley de los judíos: obedecer la voluntad de
Dios a fin de ser fieles y gozar de su compañía; y también el objetivo de los
profetas: hablar la palabra que Dios ha dirigido para hacer conocer su voluntad
en las circunstancias de la vida. Por eso la Biblia es llamada “la ley y los
profetas”, y sin duda, Jesús no ha venido a destruir esto sino a buscar que se
cumpla. Muchas palabras de los profetas también se cumplen con la venida de
Jesús, o con sus palabras y gestos, y así todo lo esperado llega a su plenitud.
Pero esto puede
malentenderse, como si Jesús propusiera una fidelidad a la ley semejante a la
de los judíos observantes, y no es esa su propuesta como quedará claro en los
párrafos que siguen. Cumplimiento es ir al nudo. No es hacer una escala de
valores y cumplir unos y destruir otros de los 613 mandamientos que regían a
los judíos, ni decir que todo está anulado; es encontrar espacios de libertad
para que el cumplimiento no nos oprima como si fuéramos “esclavos” de Dios, es
volvernos capaces de crear espacios de encuentro, de felicidad en la relación
con Dios y con los hermanos.
Jesús propone una
“justicia mayor”, así se “cumplirán la ley y los profetas”. Al terminar la
unidad que aquí empieza vuelva a la misma idea, para dejar claro a qué se había
referido: “esta es la ley y los profetas” (7,13): “hacer a los demás lo que
quisiéramos que nos hagan a nosotros”. Salir hacia el hermano, encontrar
espacios de amor, solidaridad, gratuidad y justicia; eso basta para cumplir
“todo”, hasta lo más pequeño de la Ley. Pablo lo formula de modo semejante: el
que ama al prójimo ha cumplido la ley... el amor es la ley en plenitud (Rom
13,8-10).
Servicio Bíblico
Latinoamericano
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