¡Amor
y paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este miércoles
de la 31ª. Semana del Tiempo Ordinario.
Dios
nos bendice...
Evangelio según
San Lucas 14,25-33.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: "Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: 'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo."
Comentario
1.
El Amor, Resumen de la Ley
1.1
Escribió hace más de 1500 años san Agustín:
"Ama,
y haz lo que quieras.
Si
callas, callarás con amor.
Si
gritas, gritarás con amor.
Si
corriges, corregirás con amor.
Si
perdonas, perdonarás con amor.
Si
está dentro de ti la raíz del amor,
ninguna
otra cosa sino el bien
podrá
salir de tal raíz."
1.2
En el siglo XX, la bienaventurada Teresa de Calcuta escribió:
"Señor,
cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando
tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando
sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando
sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando
mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando
me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando
no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando
sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando
esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando
quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi
comprensión;
Cuando
sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando
piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos
dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales,
a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor
misericordioso, imagen del tuyo."
1.3
Y san Mauro lo puso en verso:
"Desde
que mi voluntad,
está
a la tuya rendida
conozco
yo la medida
de
la mejor libertad.
Ven
Señor y toma,
las
riendas de mi vida
de
tu mano me fío
y
a tu mano me entrego
que
es poco lo que me niego
si
yo soy tuyo y vos mío
A
fuerza de amor humano
me
abraso en amor divino.
La
santidad es camino
que
va de mí a mi hermano
Me
di sin tender la mano
para
cobrar el favor
me
di en salud y en dolor
a
todos, y de tal suerte,
que
me ha encontrado la muerte,
sin
nada más que el amor."
2.
Exigencias del Seguimiento de Cristo
2.1
Estas ternuras y ternezas del amor no deben, sin embargo, hacernos creer que
sea fácil o trivial vivir en el amor. El evangelio de hoy nos recuerda de modo
agudo, casi agresivo, las infinitas exigencias del amor, que no sabe darse todo
sin pedirlo, así como es verdad que nada pide sino entregándose.
2.2
El amor nos trae todos los derechos, según aprendimos en la primera lectura,
pero por todo ello pide un precio: nosotros mismos. No hay alternativa. La
alternativa sería no amar, que equivale a amar la muerte. Una vida sin
ataduras, una vida en absoluta independencia, es una vida desatada de la vida,
es decir: un monumento a la muerte.
2.3
Catalina de Siena llegó a decir que el alma estaba "hecha" de amor.
No puede dejar de amar sin morir. Pero al amar necesita desposeerse,
arriesgarse, hacerse vulnerable, entregarse. Entonces todo el tema de esta vida
nuestra es ese: ¿por qué o para quién va a ser la vida que vas a entregar? Y
Cristo nos dice que en él, que es Fuente de todo Amor, y en su Evangelio, que
es Palabra Máxima sobre el Amor, está el único lugar justo para poner esa carga
cuasi divina que llevamos por ser humanos y que se llama amor.
2.4
Así entendemos que su "exigencia" es en realidad una
"bendición", pues al llamarnos y acogernos Cristo está dando una
ruta, --en realidad, la única y verdadera ruta-- a nuestro propio ser de
hombres o mujeres necesitados de amor y de amar.
http://fraynelson.com/homilias.html.
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