lunes, 18 de mayo de 2015

“Tengan valor: yo he vencido al mundo”

¡Amor y paz!

Estamos viviendo la última semana del tiempo pascual. Con ella, concluiremos la lectura continuada de los dos libros que nos han acompañado durante estos cincuenta días: los Hechos de los Apóstoles y el evangelio de Juan. A través de ellos hemos conocido mejor a Jesús y a su comunidad. Hemos aprendido también a encontrar un “punto de vista” objetivo en medio de nuestras incertidumbres (Claretianos 2003)

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la 7ª. Semana de Pascua.

Dios nos bendice…

Evangelio según San Juan 16,29-33. 
Los discípulos le dijeron a Jesús: "Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios". Jesús les respondió: "¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo".  

Comentario

En la lectura evangélica, ya casi al final de los discursos de despedida de Jesús que nos trae san Juan, antes de su oración sacerdotal, los discípulos exclaman en coro: “Ahora sí que hablas claro. Ahora vemos que lo sabes todo. Ahora creemos que saliste de Dios”. Ante tanto entusiasmo, Jesús les anuncia la dispersión que sufrirán cuando El sea capturado por sus enemigos, dejándolo solo. Aún en tan grave trance Jesús sabe que el Padre está siempre con El.

Y mirando más allá, a la historia futura del mundo y de la Iglesia, Jesús les anuncia a sus discípulos las luchas que enfrentarán en el mundo, cuando los odien por el Evangelio y los persigan por el nombre de Jesús. Como en efecto ha sucedido a los mejores cristianos a lo largo de los siglos. La lista de las persecuciones contra la Iglesia es bien larga, como lo saben nuestros historiadores: en el pasado y hasta el presente; y más larga todavía es la lista de los mártires. El valor con el que tantos cristianos han enfrentado los tormentos proviene de la certeza en el cumplimiento de la palabra de Jesús: “No teman: Yo he vencido al mundo”.

Desde su cruz, …Jesús reina y rige la historia, mostrándonos que Dios se hace solidario con el dolor humano, se pone de parte de las víctimas que del mundo solo han recibido dolor y explotación. Que ante la misericordia infinita de Dios ningún poder humano puede instaurar otro criterio diferente para juzgar a los seres humanos.

Esta victoria de Jesús sobre el mundo debe asegurar a los discípulos el don de la paz en medio de las luchas de la evangelización y los sufrimientos de la persecución. El cristiano sabe que ningún poder sobre la tierra es absoluto: no lo fueron los grandes imperios que se han sucedido sin interrupción a lo largo de la historia, no lo serán tampoco los poderes actuales del mercado, la eficiencia, el dinero, la técnica, la globalización informática y económica... Sobre cualquiera fuerza deshumanizadora que se erija en la historia, se levanta la cruz de Jesús que vino a los suyos para que tuvieran vida y vida abundante. Esta es la victoria de Cristo sobre el mundo que asegura a los cristianos la paz en medio de las pruebas.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica). 

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