¡Amor y paz!
Hoy, Jesús conversa con los discípulos cuando baja
de la montaña, donde han vivido la Transfiguración. El Señor no ha acogido la
propuesta de Pedro de quedarse, y baja respondiendo a las preguntas de los
discípulos. Éstos, que acaban de participar brevemente de la gloria de Dios,
están sorprendidos y no entienden que ya haya llegado el Mesías sin que antes
haya venido el profeta Elías a prepararlo todo.
Resulta que la preparación ya ha sido realizada. «Os digo, sin embargo, Elías vino ya» (Mt 17,12): Juan Bautista ha preparado el camino. Pero los hombres del mundo no reconocen a los hombres de Dios, ni los profetas del mundo reconocen a los profetas de Dios, ni los prepotentes de la Tierra reconocen la divinidad de Jesucristo.
Resulta que la preparación ya ha sido realizada. «Os digo, sin embargo, Elías vino ya» (Mt 17,12): Juan Bautista ha preparado el camino. Pero los hombres del mundo no reconocen a los hombres de Dios, ni los profetas del mundo reconocen a los profetas de Dios, ni los prepotentes de la Tierra reconocen la divinidad de Jesucristo.
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este sábado de la II Semana de Adviento.
Dios nos bendice…
Evangelio según San Mateo 17,10-13.
Al bajar del monte, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?". Él respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre". Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.
Comentario
Es necesaria una mirada nueva y un corazón nuevo
para reconocer los caminos de Dios y para responder con generosidad y alegría a
la llamada exigente de sus enviados. No todos están dispuestos a entenderlo y,
menos, a vivirlo. Es más, nuestras vidas y nuestros proyectos pueden estar
oponiéndose a la voluntad del Señor. Una oposición que puede convertirse,
incluso, en lucha y rechazo de nuestro Padre del Cielo.
Necesitamos descubrir el intenso amor que guía los designios de Dios hacia nosotros y, si somos consecuentes con la fe y la moral que Jesús nos revela, no han de extrañarnos los malos tratos, las difamaciones y las persecuciones. Ya que estar en el buen camino no nos evita las dificultades de la vida y Él, a pesar del sufrimiento, nos enseña a continuar.
A la Madre de Jesús, Reina de los Apóstoles, le pedimos que interceda para que a nadie le falten amigos que, como los profetas, le anuncien la Buena Nueva de la salvación que nos trae el nacimiento de Jesucristo. Tenemos la misión, tú y yo, de que esta Navidad sea vivida más cristianamente por las personas que encontraremos en nuestro camino.
Rev. D. Xavier Sobrevia i Vidal (Sant Boi de
Llobregat-Barcelona, España)
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