¡Amor y paz!
En su camino hacia Jerusalén, Jesús realiza otro
gesto de "curación en sábado", sanando milagrosamente a una mujer
encorvada que no se podía enderezar.
Parece como si Jesús provocara escenas como la
presente, que realiza en sábado: quiere mostrar que la fuerza curativa de Dios
ya está presente y actúa eficazmente en el mundo.
Llama "hipócritas" a los que se
escandalizan de que él haya hecho este gesto en sábado, cuando ellos sí se
permitían ayudar a un animal propio llevándolo a abrevar, aunque fuera en
sábado. ¡Cuánto más no se podrá ayudar a esta pobre mujer, "que es hija de
Abrahán" y que desde hace diez y ocho años "Satanás tiene
atada"!
Los invito, a leer y meditar el Evangelio y el comentario,
en este XXX lunes del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San
Lucas 13,10-17.
Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás curada de tu enfermedad", y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: "Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado". El Señor le respondió: "¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?". Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.
Comentario
Jesús se dedica a curar, a salvar, a transmitir
vida. El sábado -para nosotros, con mayor razón, el domingo- es el día semanal
que recuerda a los creyentes la victoria de Dios contra todo mal y toda
esclavitud.
Nos enseña que la caridad con las personas es
superior a muchas otras cosas: sobre todo a unas leyes exageradas que nos hemos
inventado nosotros mismos, y que invocamos oportunamente cuando no queremos
gastar nuestro tiempo en beneficio de los demás. Con los muchos
"trabajos" que no se podían hacer en sábado, las escuelas más
rigoristas de la época lo habían convertido, no en un día de liberación y
alegría, sino de preocupación escrupulosa. Se puede ser esclavo también de una
ley mal entendida. Jesús se opone a este legalismo exagerado.
Pensemos si también nosotros necesitamos que nos
recuerden que "no es el hombre para el sábado, sino el sábado para el
hombre", si en vez de predicar y practicar una religión de hijos la hemos
convertido en un ritualismo de esclavos.
En el día de domingo, además de participar en la
celebración eucarística, que ciertamente es el punto culminante de la jornada,
¿ayudamos a enderezarse a las personas que están agobiadas por diversos males?
Podríamos proponernos hacer cada domingo algún acto
de caridad, tener un detalle para con algún enfermo o anciano, hacer una
llamada telefónica amable, escribir una carta, visitar a algún pariente que
tenemos abandonado, "desatar" a alguien al que tal vez nosotros
mismos hemos "atado" con nuestros juicios o nuestro trato despectivo.
J.
ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 216-219
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 216-219
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