¡Amor y paz!
Desde siempre los hombres
se han interesado por el tiempo y por el clima, especialmente los agricultores
y los marinos, para tener un pronóstico en razón de sus tareas. En el Evangelio
de la Misa (Lucas 12, 54-59), Jesús advierte a los hombres que saben prever el
clima, pero no saben discernir las señales abundantes y claras que Dios envía
para que conozcan que ha llegado el Mesías.
El Señor sigue pasando
cerca de nuestra vida, con suficientes referencias, y cabe el peligro de que en
alguna ocasión no lo reconozcamos. Se hace presente en la enfermedad o en la
tribulación, en las personas con las que trabajamos o en las que forman nuestra
familia, en las buenas noticias esperando que le demos las gracias.
Nuestra vida sería bien
distinta si fuéramos más conscientes de la presencia divina y desaparecería la
rutina, el malhumor, las penas y las tristezas porque viviríamos más confiados
de la Providencia divina.
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la 29ª semana
del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio
según San Lucas 12,54-59.
Jesús dijo a la multitud: "Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente? ¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo."
Comentario
La fe se hace más
penetrante cuanto mejores son las disposiciones de la voluntad. Cuando no se está
dispuesto a cortar con una mala situación, cuando no se busca con rectitud de
intención sólo la gloria de Dios, la conciencia se puede oscurecer y quedarse
sin luz para entender incluso lo que parece evidente. Si la voluntad no se
orienta a Dios, la inteligencia encontrará muchas dificultades en el camino de
la fe, de la obediencia o de la entrega al Señor (J. PIEPER, La fe, hoy). La
limpieza de corazón, la humildad y la rectitud de intención son importantes
para ver a Jesús que nos visita con frecuencia. Rectifiquemos muchas veces la
intención: ¡para Dios toda la gloria!
Todos vamos por el camino
de la vida hacia el juicio. Aprovechemos ahora para olvidar agravios y
rencores, por pequeños que sean, mientras queda algo de trayecto por recorrer.
Descubramos los signos que nos señalan la presencia de Dios en nuestra vida.
Luego, cuando llegue la hora del juicio, será ya demasiado tarde para poner
remedio. Este es el tiempo oportuno de rectificar, de merecer, de amar, de
reparar, de pagar deudas de gratitud, de perdón, incluso de justicia.
A la vez,
hemos de ayudar a otros que nos acompañan en el camino de la vida a interpretar
esas huellas que señalan el paso del Señor cerca de su familia, de su
trabajo... Hemos de saber descubrir a Jesús, Señor de la historia, presente en
el mundo, en medio de los grandes acontecimientos de la humanidad, y en los
pequeños sucesos de los días sin relieve. Entonces sabremos darlo a conocer a
los demás.
Fuente: Colección "Hablar con Dios" por Francisco Fernández Carvajal, Ediciones Palabra. Resumido por Tere Correa de Valdés Chabre.
Fuente: Colección "Hablar con Dios" por Francisco Fernández Carvajal, Ediciones Palabra. Resumido por Tere Correa de Valdés Chabre.
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