¡Amor y paz!
El tema central del
Evangelio hoy es la autorrevelación de Jesús como el Mesías. Con un trasfondo
de alusiones al Antiguo testamento (Jonás, Nínive, reina del Mediodía, Salomón)
y un encuadre literario de género apocalíptico (juicio, signo, Hijo del
hombre), Lucas resalta la figura del Mesías predicador, profeta, como signo
pleno y señal escatológica de la irrupción salvífica de Dios en la historia,
como Señor Resucitado (aludido implícitamente también en “se levantará”, “se
levantarán”) (Servicio Bíblico Latinoamericano).
En contraposición, se
destaca en el texto la dureza y cerrazón de sus oyentes (“generación malvada”), quienes han cerrado sus ojos a la plenitud de la oferta de Dios en
Jesucristo. A veces nos vamos por las ramas, buscamos señales milagrosas,
hechos espectaculares, y pasamos por alto el mensaje del Evangelio. Nos gusta
lo portentoso, pero obviamos el milagro mayor: la resurrección del
Señor.
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la XXVIII Semana
del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga...
Evangelio según San Lucas 11,29-32.
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.
Comentario
Lo extraordinario,
frecuentemente, se convierte en el lugar donde se espera encontrar la presencia
divina. El hombre se dirige allí donde pueden encontrarse soluciones mágicas a
sus problemas, fuera del curso normal de los acontecimientos.
Esta forma de búsqueda de
señales de la presencia de Dios nos ofusca y llega a hacernos cerrar los ojos
ante la verdadera señal que Él nos ofrece que, la mayoría de las veces, se
presenta bajo las humildes apariencias de los hechos cotidianos de nuestra
vida.
La Palabra de Dios en
ellos toma la forma de una invitación a la conversión que muchas veces es
rechazada porque no nos saca de lo cotidiano sino que pide una respuesta que no
nos aleja de ese ámbito.
Por eso, en la vida se nos coloca frecuentemente ante la necesidad de tomar una decisión entre la Persona y la vida de Jesús, por un lado, y nuestro gusto por lo maravilloso, por otro. De esa decisión depende que nos situemos en medio de la generación malvada condenada por Jesús o entre los que aceptan la presencia de Dios como los ninivitas que supieron escuchar la predicación de Jonás y como la Reina del Sur que supo buscar la Sabiduría en Salomón.
Por eso, en la vida se nos coloca frecuentemente ante la necesidad de tomar una decisión entre la Persona y la vida de Jesús, por un lado, y nuestro gusto por lo maravilloso, por otro. De esa decisión depende que nos situemos en medio de la generación malvada condenada por Jesús o entre los que aceptan la presencia de Dios como los ninivitas que supieron escuchar la predicación de Jonás y como la Reina del Sur que supo buscar la Sabiduría en Salomón.
La conversión no es otra
cosa que reconocer las señales de vida ofrecidas por Dios, asumir su visión y
la defensa que Dios hace de Ella. Aceptar la presencia de Dios en Jesús y en
los hermanos y confiar en la capacidad de transformación que Dios ha ligado a
su Palabra son el único camino válido para el Encuentro auténtico con Dios.
Diario
Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
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