¡Amor
y paz!
Jesús
en el Evangelio nos plantea hoy una nueva relación entre los seres humanos, la
familia de los hijos de Dios. No se desconoce ni subvalora a la familia
tradicional, pero la trasciende, porque surge del hecho de que somos hijos de Dios
y que, por lo tanto, todos somos hermanos.
No
es sino pasar revista a las noticias diarias –sobre todo a las más recientes-- y
nos daremos cuenta de si estamos o no siendo verdaderamente la familia de los hijos
de Dios.
Es
hora de preguntarnos qué nos corresponde hacer a cada uno de nosotros para
acatar la voluntad de Dios.
Los
invito, hermanos, a leer y medita el evangelio y el comentario, en este martes de
la XVI Semana del Tiempo Ordinario.
Dios
los bendiga…
Evangelio
según San Mateo 12,46-50.
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte". Jesús le respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?". Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".
Comentario
“(…) El
Movimiento FRATRES es la concreción de una idea, fruto de la oración y la
reflexión, sobre el estado de la sociedad actual, cada vez más descristianizada
y alejada de Dios. Las consecuencias son alarmantes: aumentan el egoísmo, la
violencia, la desconfianza, la injusticia, la corrupción… Algunos son
solidarios durante ciertas campañas y momentos coyunturales, pero bien pronto
vuelven a encerrarse en su egoísmo.
La
sociedad en la que nos correspondió vivir ha hecho caso omiso de los valores
del Evangelio y, lo peor, muchos de los que se dicen creyentes lo son sólo de
apariencia, de prácticas externas, pero, en todo caso, no confirman con su vida
lo que dicen con sus palabras. El Mahatma Gandhi se quejaba de que los
cristianos son como piedras de río: mojados por fuera, pero secos por dentro.
La
Iglesia y la sociedad requieren de personas y comunidades que se comprometan
con la causa de Cristo y su Evangelio. Que trabajen por los más necesitados, no
sólo de pan material sino de pan espiritual y de amor, de ese sentimiento hoy
tan manoseado y desnaturalizado, pero que recobra su dimensión creadora y
constructora cuando se vincula a Dios, fuente y nutriente del verdadero Amor.
La
propuesta, entonces, es constituir la Fundación o Movimiento FRATRES, que en
latín significa 'hermanos', la calidad de los hijos de Dios, un distintivo que
fundamenta nuestra dignidad.
Si
somos 'Hermanos de verdad' --así dice el eslogan del Movimiento-- trabajaremos
como verdaderos prójimos (próximos) con los demás, tendremos relaciones más
amables, levantaremos las cortinas de indiferencia que existen entre los seres
humanos, nos respetaremos a nosotros mismos y a los que nos rodean; seremos
constructores de la paz y la convivencia; seremos proactivos en la práctica del
bien y no nos contentaremos con no hacerle mal a nadie; seremos verdaderos
hijos de Dios y discípulos de Cristo y no sólo compañeros, camaradas, amigos,
vecinos, colegas, 'cuates', 'parces', socios, conocidos, aliados… El ser
FRATRES le da una nueva dimensión a nuestra relación, porque la vinculamos con
Dios, nuestro Padre (…)”.
Luis Felipe Salamanca Castillo
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