¡Amor y paz!
La Iglesia celebra hoy la memoria litúrgica de la Virgen María de Lourdes y la 18ª Jornada Mundial del Enfermo, con el lema: ‘La enfermedad puede convertirse en escuela de esperanza’. Es una oportunidad para que oremos por todos nuestros hermanos que tienen problemas de salud.
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este 5º jueves del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Marcos 7,24-30.
Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio. Él le respondió: "Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros". Pero ella le respondió: "Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos". Entonces él le dijo: "A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija". Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
Comentario
Jesús viaja ahora fuera de Galilea, a la región de Tiro, pero no puede pasar inadvertido: su fama llega a oídos de una mujer pagana, extranjera, que tiene una hija poseída. Es una mujer marginada, como lo eran los pobres, los leprosos, las viudas. Aún así, le ruega que expulse el demonio de su hija. Entonces, Jesús hace notar la exclusión de la que son víctimas en aquella época mujeres como ella y utiliza para esto términos evidentemente fuertes. Los hijos son los israelitas y los cachorros, los extranjeros. Sin embargo, la respuesta de la mujer es de humildad y de esperanza, ante lo cual el Señor accede a curar a la niña.
Jesús ha hecho ver la injusticia que se comete con personas como la sirofenicia y manifiesta su amor misericordioso por encima de las exclusiones que provienen de la religión, la raza, el sexo, la nacionalidad o la situación económica.
Así lo ha hecho en múltiples ocasiones a favor de los leprosos, los pobres, los excluidos, los pecadores, los más necesitados. Y así nos invita a actuar hoy, especialmente con los enfermos, en su jornada mundial.
Así también lo entiende y actúa la Virgen María, quien el 11 de febrero de 1858 se apareció a tres niñas, Bernadette y Marie Toinete Soubirous y Jeanne Abadie. Pidamos a Nuestra Señora de Lourdes que interceda ante su Divino Hijo por tantos enfermos y desamparados.
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