Mostrando entradas con la etiqueta creer en Jesús. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta creer en Jesús. Mostrar todas las entradas

viernes, 12 de mayo de 2017

Para ir a donde va Jesús, hay que ir a través de Jesús

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la cuarta semana de Pascua.

Dios nos bendice...

Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,26-33. 

Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
"Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.
En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús.
Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara.
Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.
Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres,
fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy."

Salmo 2,6-7.8-9.10-11. 

«Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña.»
Voy a proclamar el decreto del Señor:
Él me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy.»

«Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra."
Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»

Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor

Evangelio según San Juan 14,1-6. 

Jesús dijo a sus discípulos:
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí." 

Comentario


1.1 Hoy hemos escuchado en la primera lectura la continuación del discurso de Pablo en Antioquía de Pisidia. Y lo primero que atrae nuestra atención es la luz con la que este apóstol descubre la acción de Dios a través de las desobediencias humanas. Es inmortal aquella frase: "los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús, y al condenarlo cumplieron las palabras de los profetas". ¡Es algo fantástico!

1.2 Es que a veces uno cree que para que Dios obre es necesario que la gente le obedezca, y eso, por sorprende que pueda parecernos, en cierto sentido no es indispensable.

1.3 Esto no significa que Dios pierda soberanía, o deje de ser Rey de la Creación y Señor de la Historia. Todo lo contrario: significa que, como enseña santo Tomás de Aquino, cuando algo o alguien pretende escapar de su gobierno en un determinado sentido, vuelve o se devuelve a él en otro; por ejemplo: el que huye de su amor es alcanzado por su justicia.

1.4 Esto implica que las desobediencias humanas, aunque nos parezcan "fracasos" del plan divino, no son sino entradas hacia nuevas posibilidades de la infinita sabiduría y del inagotable poder de Dios. En esta línea de pensamiento hay que afirmar que Dios no quiere nuestras desobediencias, pero a través de ellas hace que obedezcamos a un plan que no conocíamos y al que finalmente servimos. Un plan de amor que ciertamente es proporcional al tamaño de su misericordia y de su gracia.

2. Jesús, el Camino

2.1 Podríamos condensar el mensaje del evangelio de hoy con esta frase: para ir a donde va Jesús, hay que ir a través de Jesús.

2.2 La idea de que Jesús iba a "alguna parte", no necesariamente un lugar físico, nos resulta quizá más comprensible que la idea de que nosotros vamos "a través de Jesús", o "por Jesús". Por eso conviene detenernos un poco a meditar qué pueda ser aquello de ir "por Jesús", es decir, de ver en él nuestro "camino".

2.3 Una interpretación reza así: "Jesús es nuestro camino" significa tomar en nuestra vida las opciones que tomó Jesús. Es decir: obrar como él, llevar una vida como la suya, dejarnos mover por un amor como el suyo. Según esto, "camino" equivale aquí a "ejemplo".

2.4 Otra interpretación: "Jesús es nuestro camino" significa que hay que "recorrer" el misterio de Cristo. No darlo nunca por conocido sino tenerlo siempre como alguien por conocer. Según esto, "camino" equivale a "fuente infinita, pregunta inagotable".

2.5 Otra interpretación: "Jesús es nuestro camino" significa que, así como él ha venido a nosotros y se ha hecho "nuestro", ahora nos corresponde a nosotros ir hacia él una y otra vez y hacernos "suyos". Más que hacer cosas distintas a las que hacemos o hacer cosas nuevas, es hacerlas de un modo nuevo.

3. La pregunta de Tomás

3.1 Aquello que pregunta Tomás es de lo más normal para la mayoría de nosotros. Él dice: "Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?". Resulta normal que escojamos los caminos en razón de las metas, y no lo contrario. En nuestra vida cotidiana actuamos de esa manera: identificamos a dónde queremos llegar y de ahí entendemos o deducimos qué decisiones nos conducen hacia ese punto final.

3.2 Jesús no deja sin respuesta a Tomás, porque finalmente le dice: "Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por mí", en lo cual entendemos que el término del camino es el Padre.

3.3 Mas aquí acontece algo singular: normalmente cuando uno conoce una meta bien decide apropiadamente sobre los medios para alcanzarla. Tomás pregunta como si pudiera decidir el camino una vez conocida la meta. Para él parece claro que, conocida la meta, se podrá saber del camino. Este esquema no funciona en el caso presente. Es el camino, Jesucristo, quien nos da a conocer la meta, el Padre. No podemos entonces, como en las cosas de esta tierra, adueñarnos de la meta a través de nuestra inteligencia, por ejemplo, para luego utilizar esa misma inteligencia en la búsqueda de tal meta.

3.4 Lo central en todo esto es que nunca poseemos la meta, ni siquiera con nuestra mente. Necesitamos estar "adentro" de Cristo para acceder "desde" Cristo a una meta que es siempre don y nunca jornal, siempre gracia y nunca recompensa, siempre regalo y nunca salario. Tal vez sea este un sentido muy profundo de "Cristo Camino".


http://fraynelson.com/homilias.html.

domingo, 15 de marzo de 2015

Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios y el comentario, en este Domingo de la IV Semana de Cuaresma.

Dios nos bendice:

2 Crónicas 36,14-16.19-23

En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y mancharon la casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: "Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años." En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: "Así habla Ciro, rey de Persia: "El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!""
Salmo 136

Junto a los canales de Babilonia / nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; / en los sauces de sus orillas / colgábamos nuestras cítaras. R.

Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; / nuestros opresores, a divertirlos: / "Cantadnos un cantar de Sión." R.

¡Cómo cantar un cántico del Señor / en tierra extranjera! / Si me olvido de ti, Jerusalén, / que se me paralice la mano derecha. R.

Que se me pegue la lengua al paladar / si no me acuerdo de ti, / si no pongo a Jerusalén / en la cumbre de mis alegrías. R.

Efesios 2, 4-10
Hermanos: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo -por pura gracia estáis salvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.
Juan 3, 14-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios."
Comentario


1.1 La primera lectura resume en apretadísima síntesis los acontecimientos que marcaron el comienzo y luego el final del destierro de los judíos a Babilonia, cosas todas sucedidas en el siglo VI antes de Cristo.

1.2 El destierro fue para los judíos algo así como beberse el cáliz de la muerte. Perdieron no sólo su tierra y sus bienes, sino numerosas vidas, libertad, soberanía, el templo e incluso la fe en el Dios de la Alianza quedó severamente golpeada: ¿dónde estaba el Dios Salvador mientras el hambre conducía a las más horribles y asqueantes excesos a los habitantes de Jerusalén? ¿Dónde se escondía mientras ardían las casas, los hombres eran degollados, las mujeres abusadas, los bienes confiscados en medio de la más brutal altanería?

1.3 El golpe terrible del destierro desmoronó mucho pero no todo en Judá. La meditación profunda y sentida en estos acontecimientos produjo páginas de un dolor impresionante, que podemos leer por ejemplo en el libro de las Lamentaciones, pero también trajo un espíritu nuevo, un espíritu de humildad y reconocimiento de las propias culpas que llevó finalmente a la única conclusión posible, la que hemos oído en la primera lectura: "ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio".

1.4 Esta viva conciencia del pecado y de la infidelidad pertinaz del pueblo condujo, sin embargo, a un descubrimiento maravilloso: aunque nosotros seamos infieles, Dios es el siempre fiel; aunque en nosotros haya maldad, la maldad no tiene poder sobre Dios. Y así fue entrando en la conciencia del pueblo una certeza maravillosa: la bondad de Dios, cuando supera a nuestra maldad manifiesta, es puro regalo, es GRACIA. Y el poder de Dios, cuando se impone más allá de los caprichos y egoísmos humanos, es PROVIDENCIA.

2. Salvados por Gracia

2.1 También la segunda lectura nos habla de la gracia, ¡y con qué palabras tan vigorosas! Deleitémonos rumiando la dulzura de estas proclamas de amor y gozo: "estábamos muertos por nuestros pecados y él nos dio la vida con Cristo"; "por pura generosidad suya hemos sido salvados"; "en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros"; "ustedes han sido salvados por la gracia mediante la fe"; "es un don de Dios"; "somos hechura de Dios".

2.2 Es que probablemente no haya en el Nuevo Testamento otro tan enamorado de la gracia como Pablo, que apreció en su propia historia el poder del amor que redime más allá de nuestras expectativas y, desde luego, muchísimo más allá de l oque merecíamos. Ahora entendemos que el peor de los destierros no es lo que vivieron los judíos, oprimidos por los caldeos y llevados en cautiverio a Babilonia; el peor exilio es el del pecado, que nos enajena de nuestro bien propio que es la amistad divina.

2.3 Lo nuevo que nos trae Pablo es un camino para acceder a la gracia. Ese camino se llama la fe. Nuestra salvación es obra de Dios y la manera de recibir esa obra, que es manifiesta en Cristo, y sobre todo en su pasión, es mediante la fe. Reconstruidos en Cristo, es posible orientarnos hacia el bien para el que fuimos creados.

3. "Tanto amó Dios al Mundo..."

3.1 Según encuestas, la frase más amada de la Biblia, la preferida por un mayor número de personas es la que hemos oído hoy en el evangelio: "tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna". La gracia enlaza la primera y la segunda lecturas; la fe enlaza a la segunda con el evangelio.

3.2 "Creer en el Hijo" es aceptar el regalo de amor que no merecíamos pero que sí necesitábamos. "Creer en el Hijo" es reconocernos enfermos y ver en él nuestra medicina y nuestro médico. "Creer en el Hijo" es ver que sus llagas son el espejo de nuestras heridas, pero a la vez, su gloria es anuncio de nuestro destino celeste.

3.3 Hermanos, vamos a creer en el Hijo. Vamos a creer en la gracia. Vamos a creer en la providencia. Vamos a vivir en la salvación: es regalo y es real para ti, para mí y para todo el que crea en el amor sin límites de Dios.

http://fraynelson.com/homilias.html.