sábado, 16 de abril de 2011

“Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él”

¡Amor y paz!

En una sesión del sanedrín, se decide la muerte de Jesús. San Juan extrae su vocabulario de los salmos de los pobres y de los justos perseguidos, y da a la declaración de Caifás una dimensión que no poseía, descubriendo en ella el anuncio de la eficacia universal del sacrificio de Cristo. Esta escena evangélica nos pone en disposición de iniciar el camino de la Semana Santa (Misa Dominical 1990/07).

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Sábado de la V Semana de Cuaresma. ¡Mañana será Domingo de Ramos!

Dios los bendiga…

Evangelio según San Juan 11,45-57.
Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.  Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: "¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación". Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: "Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?". No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación,  y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos. A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús.  Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos.  Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse.  Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: "¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?".  Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno conocía el lugar donde él se encontraba, lo hiciera saber para detenerlo. 
Comentario

 “Conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera. Jesús morirá no sólo por Israel, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos”.

         Jesús ha resucitado a su amigo Lázaro. Este signo del poder de su amor provocó dos reacciones opuestas: La conjura de los sacerdotes y fariseos contra Él, y la de muchos judíos sencillos que creyeron en Él.

            Es evidente que Jesús siempre está a favor de la vida. El Señor quiere que todos vivan y lo hagan con dignidad. Así rompe el cerco reducido de Israel y amplía sin límites el horizonte del verdadero amor.  Esta decisión de amor a todos la ha proclamado en su predicación y la ratificará con su muerte en la Cruz y su Resurrección en la mañana de Pascua.

            Nuestra tarea, como cristianos, es dejarnos amar así por el Señor e intentar amar así a todos. Este es el amor que une y salva.

Dominicos 2004